l Unos 50 estudiantes, acompañados de algunos profesores y miembros de UGT, PSOE, IU o CpM se concentraron frente a Delegación l Los gritos contra el delegado del Gobierno centraron las protestas.
Apenas un centenar de personas, de los que unos 50 eran estudiantes, participaron ayer en la concentración convocada por el Consejo Estudiantil de Melilla (Cemel) y otras asociaciones juveniles para secundar la huelga general de Educación que se desarrolló en todo el país. A pesar de la poca presencia de alumnos en la concentración, los convocantes cifraron el índice de apoyo a la jornada de huelga en un 84%.
No obstante, el baile de datos fue la tónica, una vez más, dependiendo de la fuente. Así, mientras que los convocantes apuntaron que un 84% de los estudiantes de la ciudad no había estado en sus aulas, el director provincial de Educación, José Manuel Calzado, señaló que el seguimiento no había llegado a ese porcentaje. Aunque reconoció que en algunos centros, como el IES Rusadir, se había alcanzado un índice del 90%, dijo que en otros el apoyo no había llegado al 30% de los estudiantes. La Delegación del Gobierno, por su parte, señaló que el seguimiento de la jornada de huelga había sido del 68% en Secundaria, Bachillerato y FP, aunque aclararon que el grupo que se sumó a la protesta fue “ínfimo”.
Pasadas las 11:30 horas y a pesar de no contar con autorización, las primeras personas comenzaban a congregarse frente a la Delegación del Gobierno, aunque a esa hora aún no había ni rastro de estudiantes. El secretario general del PSOE, Gregorio Escobar, el líder de IU, Rosendo Quero, la diputada de CpM, Dunia Almansouri o el máximo dirigente de UGT en Melilla, Alonso Díaz, fueron algunos de los que llegaron en primer lugar a la zona.
Frente a ellos un cordón policial, casi tan numeroso como el grupo de manifestantes, aseguraba la zona y vigilaba que todo transcurriera con normalidad.
A medida que se fueron acercando las 12:00 horas, también fue aumentando el número de melillenses que se sumó a la protesta, hasta alcnzar en torno a cententar, entre los que había un grupo de unos cincuenta jóvenes, la mayoría alumnos de los primeros cursos de la ESO.
La no autorización por parte de la Delegación del Gobierno de la manifestación prevista inicialmente y de la concentración que finalmente se celebró centró la mayoría de las consignas que gritaban los jóvenes, que atacaron directamente al delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, al que se calificó, entre otras cosas, como “dictador”. No obstante, tampoco faltaron los gritos contra la nueva Ley de Educación (Lomce) y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, al que le pidieron la dimisión, al igual que hicieron con El Barkani.
Mientras tanto, algunos agentes de Policía Nacional se encargaron de recoger los datos de los organizadores del acto para hacérselos llegar a la Delegación. Hay que recordar que El Barkani ya dijo en días anteriores que se trataba de una protesta no autorizada y que por tanto los que acudieran a ella y la organizaran recibirían las sanciones administrativas que establece la ley.
El manifiesto
Aunque la protesta no estaba autorizada, la Policía permitió a lo jóvenes, que en todo momento mantuvieron un comportamiento pacífico, continuar con la concentración. El secretario de Juventudes Socialistas de Melilla (JSME) Sergio Martínez fue el encargado de leer el manifiesto reivindicativo contra la Lomce. Antes de comenzar la lectura, Martínez insistió en recordar que el delegado del Gobierno había prohibido por primera vez una concentración estudiantil y le acusó, al igual que ya hicieron el miércoles, de haber vulnerado sus derechos.
Asimismo, en su lectura señaló que el Gobierno de Rajoy quiere acabar con la educación pública en beneficio de la educación privada y concertada. Aseguró que en un año y medio ha realizado un recorte de 6.000 millones de euros y ha prescindido de 60.000 profesores. En Melilla, dijo, hay más alumnos y menos profesores, lo cual está influyendo directamente en un empeoramiento de la calidad de la enseñanza.
‘Encierros’ en los centros
El secretario de JSME recalcó en que el seguimiento de la huelga había sido un éxito aunque reconoció que la concentración había contado con poca participación. Martínez indicó que la confusión por la no autorización de la Delegación del Gobierno era una de las razones que habían hecho que los estudiantes no tuvieran claro si realmente habría o no protesta. Además, el socialista señaló que habían tenido noticias de que en algunos centros de Educación Secundaria los equipos directivos habían “encerrado” los alumnos para que no pudieran acudir a la concentración ni ejercer su derecho a la huelga.
Martínez se refirió también a la no autorización por parte de la Delegación del Gobierno de esta concentración. El líder de JSME aseguró que no es necesario avisar para una concentración, siempre y cuando no se vaya a cortar el tráfico. Así, reconoció que la Delegación les avisó de que no contaban con autorización, pero aseguró que ellos en ningún momento habían solicitado permiso para concentrarse, porque no consideraban que fuera necesario.
Polémicas a parte, la jornada de huelga transcurrió con tranquilidad y con un seguimiento desigual en los centros educativos de la ciudad.