UNA DELEGACIÓN de PSOE de Melilla acudimos el sábado al Comité Federal, máximo órgano entre congresos del PSOE, como miembros del mismo y como convencidos socialistas que confiamos en la nueva senda de progreso y convivencia que este país está llamado a escribir. Convocados a ratificar el reciente acuerdo con SUMAR para reeditar el gobierno de coalición progresista cuatro años más, se nos pedía hacer un sencillo ejercicio conjuntamente con la sociedad española y los votantes socialistas, de contrastes entre lo que representa el acuerdo alcanzado y el que nace de los pactos entre PP y Vox en las comunidades y ayuntamiento donde gobiernan.
Avanzar hacia la universalización de la educación pública de 0 a 3 años, frente a la eliminación de la gratuidad de los comedores escolares, como hacen en Extremadura; avanzar en la transición ecológica impulsando las renovables, frente a la liquidación de carriles bici y el levantamiento de la veda en los parques naturales; reforzar el diálogo social en vez de proscribirlo, como hacen en Castilla y León; nuevos recursos para reducir listas de espera, frente a la privatización de la sanidad pública, como quieren en Cantabria; más medios para combatir la lacra de la violencia machista frete a su negación; reforzar la ciencia, frente a encumbrar a declarados antivacunas y negacionistas de la ciencia a las principales instituciones municipales y autonómicas; consolidar el bono cultural para nuestros jóvenes, frente a censurar la cultura donde gobiernan; una fiscalidad justa con el impuesto a la banca, frente a los regalos fiscales al 1% más rico en Andalucía, Valencia o Extremadura. Progreso, frente a retroceso; reencuentro, frente a enfrentamiento y desigualdad; estabilidad, frente al bloqueo y la crispación que representan los gobiernos reaccionarios del PP con Vox.
El gobierno de coalición progresista fortalecerá el Estado del Bienestar con más recursos para la sanidad pública, la dependencia, la educación y para la salud mental, seguir revalorizando las pensiones y llenando el fondo de reserva para las pensiones del mañana; materializará el derecho constitucional a una vivienda digna; luchará contra el cambio climático como una oportunidad para liderar hacer avanzar la economía verde en Europa y en nuestro país; consolidará la diversidad territorial de España en un espacio de encuentro e igualdad, abordando un nuevo modelo de financiación autonómica equitativo, justo y solidario con todos los territorios; seguirá haciendo de este país un referente en lo que nos sentimos particularmente orgulloso los socialistas, continuar siendo un referente mundial del feminismo, haciendo efectiva la Ley de Paridad para que el 50% de la población alcance la mitad del poder político y económico. Avances que solo suceden cuando el PSOE está en el gobierno. Avances en derechos sociales y reformas estructurales para consolidar y ampliar el liderazgo internacional y europeo de España. Seguir siendo una voz firme sobre los grandes debates sobre la sostenibilidad, el cambio climático, la cohesión social, el feminismo y la igualdad de género.
Pero no se puede avanzar si no se superan todos los episodios que en épocas pasadas nos dividieron y fracturaron. Estamos llamados en esta legislatura a dejar atrás la fractura vivida en 2017 con el llamado Procés. Una labor iniciada en la legislatura pasada con los indultos, ciertamente discutidos, pero que cuyos resultados han sido indiscutibles en el reencuentro y en la dinámica de entendimiento, como expresan las encuestas, se percibe en las calles de Cataluña; se siente también en las familias que fueron las principales víctimas de esa confrontación y también, se manifiesta en las elecciones cuando los catalanes tienen la ocasión de poder pronunciarse. Ni los más recalcitrantes pueden negar que la situación en Cataluña sea infinitamente mejor que la de ese fatídico 2017.
Lo que separa esa fecha de la actualidad, un Gobierno responsable que mira el problema de frente, y que avanza con paso firme para tratar de normalizar la vida política en Cataluña. Más del 80% de los catalanes defienden la vía del acuerdo frente a un problema que las derechas, no solo no aportan solución, sino que surgió con su gobierno, con su indolencia y su torpeza, aunque nunca les escucharemos reconocer un solo de sus errores de entonces. Tampoco se puede esperar ninguna ayuda, ni antes, ni ahora.
“De la necesidad virtud”, el Presidente Sánchez nos apelaba este sábado al reencuentro en Cataluña, defendiendo hoy la amnistía para superar los hechos acaecidos en la década pasada, como única vía posible para que haya un gobierno en España y no dar a Feijóo y a Abascal una segunda oportunidad de formar un gobierno que nos haría retroceder décadas en sólo unos años. Debemos hacerlo con la certeza de que su encaje, tal y como lo plantearemos los socialistas, será plenamente constitucional. Con la convicción de que se trata de una herramienta utilizada en otros muchos países europeos de nuestro entorno. Y con la voluntad de mirar adelante y cerrar, de una vez por todas, las heridas de aún abiertas de un conflicto que no debió producirse. Y de la que nadie está orgulloso.
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