Los que sí han podido tomarse unos días de descanso fuera de la ciudad autónoma han escogido un destino más cercano y una estancia de menor duración que en años anteriores. Un año más, Melilla se ha quedado prácticamente vacía durante la Semana Santa. Los días festivos en el trabajo y el cierre de los colegios han animado a muchos ciudadanos a tomarse unos días de descanso e irse de vacaciones. Sin embargo, la crisis ha hecho mella de manera más profunda que anteriores ocasiones en el bolsillo de las familias, hasta tal punto que el número de melillenses que se ha animado a tomar unas vacaciones ha descendido con respecto a años pasados.
Donde más se ha notado esta bajada ha sido en las Agencias de Viaje de la ciudad autónoma. El presidente de la asociación que las agrupa, Ildefonso Menéndez, afirmó en la jornada de ayer a El Faro que las ventas en el sector han descendido esta Semana Santa un 15%, aproximadamente.
Pese a que la palabra ‘crisis’ se ha vuelto ya una constante en los negocios locales, Menéndez destacó que las agencias de viaje de la ciudad aguantan como pueden los vaivenes de la mala situación financiera que atraviesa el país, aunque el número de clientes va bajando de manera lenta y progresiva.
Así, detalló que este año se han vendido la práctica totalidad de los billetes de avión y barco para desplazarse a la península, aunque en la otra cara de la moneda, los melillenses se han animado menos a la hora de realizar viajes más largos y a mayor distancia.
“El que antes se iba de vacaciones por Europa ahora se conforma con quedarse unos días en Madrid”, recalcó el presidente de la Asociación de Agencias de Viaje. En este plano, el importe del producto vendido decrece y se amortigua la bajada del número de clientes.
La gran novedad de esta Semana Santa ha sido el trayecto por vía marítima con Motril, el cual se estableció en julio del pasado año. En este sentido, el buque de la naviera Armas ha viajado con casi todos sus billetes vendidos durante los días de vacaciones. “El bolsillo aprieta, pero hay quien no puede resistirse a unos días en la península, así que la opción de Motril se ha convertido en algo novedoso y bastante socorrido”, señaló Menéndez.
El país vecino
Lo que es un clásico en estas fechas son los viajes a Marruecos, que este año se han vendido bastante bien como producto turístico en las agencias de viaje pese a las zancadillas de la crisis financiera.
Los grupos organizados al desierto de Erfoud han vuelto a funcionar bastante bien, como suele ocurrir durante las vacaciones de primavera e invierno, cuando el calor aún no aprieta demasiado. De igual modo, también han tenido bastante demanda los viajes concertados a las ciudades del país vecino con mayor atractivo para los turistas, como Fez o Marrakesh.
En este terreno, hay un aspecto que ha restado clientes a las agencias: El desarrollo y mejora de las autopistas marroquíes, que han facilitado el acceso a sus principales ciudades, lo cual ha animado a muchos melillenses a aventurarse por su cuenta y riesgo en el país vecino.
Además, también se ha dejado notar, aunque de manera más leve, el respaldo que está dando el Gobierno de Mohamed VI a la red ferroviaria de su país, pues ahora Beni Enzar conecta por tren con muchos puntos de interés turístico a un precio muy asequible.
Por el momento, las agencias de viaje de la ciudad apenas están operando con este producto, pues son pocos los que preguntan por él y en algunas ciudades, como Fez, las condiciones que imponen a los negocios del sector no convencen a los empresarios.
Sea como fuere, parece que el sector continúa en un estado de forma relativamente bueno en vista de como está el actual panorama económico. No obstante, como ocurre con otros negocios locales, los sucesivos años de crisis parecen que están haciendo mella en las agencias de viaje. Por lo pronto, este año cierran con un 15% menos de clientes.