Hace unos meses la fachada del Palacio de la Asamblea recuperó sus colores originales a la vez que fue remozada y rehabilitada.
Estas actuaciones también afectaron a la entrada principal del Palacio de la Asamblea, que con una rampa, que salva el escalón de la entrada, cumplía así los preceptos de accesibilidad de la ciudad. No obstante y cuando pensábamos que las obras habían finalizado, el pasado jueves los obreros volvían a la entrada del Palacio de la Asamblea para poner el remate final: Una cenefa decorativa alrededor de esa rampa de entrada en la que se recuerda la conversión de Melilla en Ciudad Autónoma, en 1995, y el cambio del Palacio Municipal en Palacio de la Asamblea.