La Unión General de Trabajadores (UGT) de Melilla conmemoró en el día de ayer la Jornada Mundial por el Trabajo Decente con una concentración reivindicativa a las puertas de su sede, situada en la Plaza Primero de Mayo. La secretaria de Acción Sindical, María Teresa Molina Requena, encabezó la protesta, en la que estuvo acompañada por los máximos dirigentes de la formación ugetista. Fue ella la encargada de leer ante los asistentes un manifiesto en el que, básicamente, se criticaban con dureza los recortes laborales llevado a cabo por el Gobierno de Mariano Rajoy, así como el elevado nivel de economía sumergida que hay en la ciudad autónoma y que afecta a un tercio de los trabajadores que hay en Melilla, según el sindicato.
“El contexto de crisis en el que nos encontramos está sirviendo de excusa para apostar por un sistema de trabajo en el que priman los puestos precarios, la bajada de salarios y la destrucción de derechos. Nos enfrentamos a las viejas ideas y a un empobrecimiento generalizado de la población”, aseguró Molina. “La dificultad no está en generar nuevas ideas, sino en huir de las voces que van en contra de los trabajadores. Nuestra labor consiste en defenderlos, tanto dentro como fuera de la empresa”, defendió.
Asimismo, aseguró que combatirán aquellas medidas del Gobierno central que vayan dirigidas a recortar servicios públicos como la educación, la sanidad o la Justicia. Además, manifestó que en Melilla se ha detectado un alto número de empresas que incumplen los compromisos adquiridos con sus trabajadores, algo que incluye retrasos a la hora de efectuar los pagos salariales. “Son muchos los empleados que callan por miedo a ser despedidos”, afirmó.
Por otro lado, lamentó que los niveles de desempleo hayan crecido “hasta unos niveles inconcebibles” en la ciudad, lo cual ha contribuido a que se den situaciones “muy abusivas” a la hora de negociar los convenios colectivos. “Se puede decir que Melilla ha retrocedido cinco años en el tiempo por la subida del paro”, apuntilló. También apuntó que es bastante pesimista de cara al futuro, pues ve que el Ejecutivo de la Ciudad Autónoma está apostando por el ladrillo como modelo económico a medio y largo plazo, algo “que ya se ha demostrado que es insostenible y con escaso recorrido”.
Para finalizar, acusó a los empresarios de “querer sacar tajada con contratos precarios que rozan el fraude” en sus condiciones laborales, lo que se une a los altos niveles de incumplimientos y la existencia de empresas que no pagan a sus trabajadores y vulneran sus derechos, aprovechando el “miedo” de éstos a ser despedidos si protestan.