Las tres facultades del Campus de la UGR en Melilla están manos a la obra midiendo las aulas, calculando el número de alumnos que pueden entrar guardando la distancia de seguridad de 1,5 metros y preparando horarios para los dos posibles escenarios que se van a dar en septiembre. La decana de la Facultad de Ciencias de la Educación y del Deporte, Alicia Benarroch, explicó a El Faro que se plantean una situación en que debido a un rebrote haya que hacer las clases online; y otra que es la “presencialidad adaptada”, es decir, en la que haya clases presenciales, dando prioridad a las prácticas, y otras online para la teoría. Y es que si la falta de espacio ya era notable en el Campus antes de la crisis sanitaria ahora es más acuciante porque guardar distancias de seguridad reduce la capacidad de las aulas y no hay espacios tan grandes para dar todas las materias de forma presencial.
Ayer los tres decanos recibían un acuerdo marco de los rectores de Andalucía (Acuerdo sobre criterios comunes para la adaptación de la enseñanza universitaria a la exigencia sanitaria) que apuestan por la “máxima presencialidad”, algo que se ha empezado a valorar aún más tras el confinamiento. Pero ahora la UGR tiene que hacer su propio plan y no quedará otra opción que luego cada facultad lo vuelva a adaptar a sus particularidades y características.
Benarroch indicó que no tienen espacios lo suficientemente grandes para que todo el alumnado pueda ir de forma presencial a las clases. Afirmó que tienen grupos de 75 alumnos de media y al respetar la distancia de seguridad de 1,5 metros, la capacidad real de las clases se reduce a menos de la mitad. Ya han estado midiendo esa distancia.
“Las clases prácticas serán presenciales en espacios más amplios para asegurar la distancia de los 1,5 metros entre alumnos y profesores y las clases teóricas probablemente las tengamos que dar desde casa porque espacios no hay. Para alojar 75 alumnos en una clase necesito aulas magnas de 150 puestos y no existen en nuestro campus”, afirmó.
En cuanto a las prácticas de los alumnos en los centros educativos, la decana de la facultad espera que se puedan realizar en este curso. Afirmó que siempre han contado con el apoyo de la Dirección Provincial de Educación y que si hay clases presenciales en los centros educativos, podrán ir los futuros profesores a realizar sus prácticas allí.
También comentó que es complicado cambiar de ese primer semestre dichas prácticas y pasarlo a otro momento de la formación porque trastocaría todo el plan de estudios. Espera que estas prácticas se puedan hacer de forma presencial, pero insistió en que todo esto está en el aire.
Benarroch aseveró que el curso va a estar muy marcado por los espacios que haya.
Y también hay el temor de baje el número de matriculaciones. En esta facultad el doble grado de Primaria y Ciencias del Deporte tiene un alto porcentaje de alumnos foráneos, pero no existe en otras universidades públicas. No obstante, desea que los estudiantes vean que esta situación de incertidumbre la van a tener en todos lados y que se tienen que adaptar a esta realidad.
En el caso de la Facultad de Educación se optó por eliminar la parte de defensa pública de los trabajos de final de grado. Fue una petición de los alumnos y Benarroch cree que ha sido acertada aceptar esta solicitud debido a las circunstancias extraordinarias.
Y en el caso de esos trabajos se han evaluado diferentes puntos, como la asistencia a seminarios virtuales; el trabajo y la asistencia a las tutorías. Añadió que eso no ha implicado que las notas sean superiores o inferiores, sino que solo se eliminaba ese requisito que hacía someter a más estrés a los alumnos. “Los grandes afectados son los estudiantes, pues no es igual estudiar en casa solo y aislado que compartir con los profesores y alumnos las dudas que surgen”, añadió.
Asimismo, Benarroch indicó que la mayoría de los profesores han diversificado la forma de evaluar para que los estudiantes no se jugaran todo a una única carta.
La decana de la Facultad de Ciencias de la Salud, María del Mar Alfaya, explicó a El Faro que espera que la falta de alumnos de fuera de la ciudad se pueda compensar con los estudiantes que se queden aquí en Melilla. Cree que es inevitable que haya menos estudiantes de fuera en el próximo curso, no solo por el temor de las familias a que estén lejos ante un rebrote del coronavirus, sino también porque han surgido dificultades económicas que les van a impedir comenzar o seguir con sus estudios en la ciudad.
De hecho, Alfaya explicó que en la UGR se van a facilitar todos los traslados de los estudiantes que así lo demanden, pero preferentemente a Granada, ya que todas las universidades se van a ver con el mismo problema: falta de espacio para sus alumnos.
Como en el caso de la Facultad de Educación, Alfaya ya está con todo el equipo mirando las aulas, calculando cuántos estudiantes caben con 1,5 metros de distancia entre ellos y analizando los horarios de las clases.
También en esta facultad se trabaja con dos hipótesis: que vuelva a haber confinamiento y todo sea online; o bien que se pueda asistir a clase con “una presencialidad adaptada”.
En Ciencias de la Salud se está analizando la forma de que las clases teóricas sean virtuales y las prácticas se hagan en la facultad pero en grupos reducidos. Y también hay otra opción y es que la mitad de la clase asista una semana a la universidad y el otro grupo lo haga la siguiente semana. Todo ello intensificando las medidas de seguridad, no solo con la distancia social, sino con el uso de hidrogeles y mascarilla.
En su caso hay grupos de entre 45 y 50 alumnos, por lo que habría que readaptar todo a colectivos aún más pequeños. Pero también apuntó que hay asignaturas con hasta 70 alumnos y no hay espacios tan grandes para todos.
Por otro lado, Alfaya no cree que se quede sin alumnos. Aseveró que siempre hay un listado de estudiantes que se quedan fuera y que tienen una buena nota pero no suficiente para entrar ante la gran demanda de Enfermería y Fisioterapia que hay en el país. Por ello, cree que dará más opciones a los alumnos de Melilla de entrar en estas carreras y no solo los que vengan de Bachillerato, sino también de la Formación Profesional que se imparte en la ciudad.
El decano de la Facultad de Ciencias Sociales y Jurídicas, José Antonio Marmolejo, indicó a El Faro que el objetivo es dar el máximo de clases presenciales, según lo que permita la situación sanitaria. Aunque también analiza otro escenario y es de que no se pueda volver a las aulas, como se valora igualmente desde la Facultad de Ciencias de la Educación o de Ciencias de la Salud. Subrayó que hay que adaptar los horarios para los dos escenarios. “Yo creo que el curso arrancará con una normalidad adaptada”, aseveró. Además, apuntó que su esperanza es que, al haber grupos pequeños en Melilla, la mayor parte de las asignaturas y de todos los grados se puedan dar de forma presencial salvo casos excepcionales”.
Marmolejo apuntó que la norma exige 1,5 metros de separación, pero que hay una puerta abierta a que esta distancia se reduzca a la que se deja cuando hay que hacer un examen (asiento sí y asiento no) si se lleva mascarilla.
Como las otras dos facultades, están calculando cuántos alumnos pueden entrar en las aulas con ese 1,5 metros de distancia y con la otra opción si llevan mascarilla y se enviará esta documentación la universidad.
Una vez que tengan estos números y las matrículas podrán ver si se pueden dar las clases presenciales o bien van a tener que optar porque la teoría se dé por videoconferencia y las prácticas de forma presencial en subgrupos.
Además de la capacidad del aula, es importante que de cara al nuevo curso se revisen los sistemas de ventilación.
Por otro lado, el decano de la Facultad de Ciencias Sociales y Jurídicas indicó que se ha planteado el aumento del tamaño de la cafetería con un toldo con el objetivo de ampliar esta instalación, así como se han instalado circuitos de entrada y salida y de cómo llegar a un espacio del campus para garantizar la seguridad de los alumnos y de los profesores.
Marmolejo reconoció que ha habido mucho más trabajo para los profesores el estar en una formación online al tener que atender dudas a cualquier hora. Indicó que también los exámenes se han hecho de forma virtual y para ello se ha tenido que hacer una plataforma más por parte de la UGR con el objetivo de evitar que la principal, donde se han impartido las lecciones, se viera colapsada y se colgara por la afluencia. Y los profesores también han asistido a cursos de formación en estos meses.
Los exámenes se han hecho de todo tipo y ya no hay dificultades como las que había al inicio de esta situación. El decano indicó que había alumnos sin ordenadores ni recursos y se les ha prestado desde la facultad, así como se han recibido tarjetas con Internet de la UGR.
“La docencia se ha dado en unos términos muy razonables y estoy muy orgulloso del profesorado de mi facultad que se ha volcado para hacerlo lo mejor posible”, aseveró.
A estas alturas del año muchos alumnos de la universidad están escogiendo sus mejores galas para asistir a la graduación en su facultad. Este año no será posible hacer este tipo de actos que son entrañables para ellos y también para los profesores que les dicen adiós. Pero es que este final de curso universitario es atípico debido a la crisis sanitaria. Se había previsto la graduación de la primera promoción de Fisioterapia y se ha aplazado. Eso por parte de la Facultad de Ciencias de la Salud, que espera celebrar estos eventos antes de que finalice el año.
Pero también había un evento importante este año para la Facultad de Ciencias de la Educación y del Deporte con una conferencia de decanos de todas las instituciones de Educación que se iba a celebrar en nuestra ciudad por primera vez en su historia, a la que iba a asistir la ministra de Educación, Isabel Celaá, y que finalmente se retrasa de octubre hasta febrero por el temor a que los brotes de coronavirus hagan suspender este encuentro mucho antes.
La decana de esta facultad, Alicia Benarroch, explicó que la situación es complicada siempre a final de curso, este año aún más con que todo es online, y con el añadido de que deben planificar un nuevo curso con todas las incertidumbres que genera esta crisis sanitaria.
Para el decano de la Facultad de Ciencias Sociales y Jurídicas, Juan Antonio Marmolejo, subrayó que ha sido mucho más trabajo atender de forma telemática que las clases presenciales.
Y si hay algo común entre las tres facultades del Campus de la UGR en Melilla es la felicitación de los tres decanos a sus profesores y a sus alumnos. Aseguraron que han hecho un gran trabajo y un gran esfuerzo en esta parte final del curso para adaptar la enseñanza las circunstancias.
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