La responsable de Asuntos de Interior de la Comisión Europea, YIva Johansson, ha explicado en una respuesta por escrito a una pregunta de dos eurodiputadas holandesas que le interpelaron por los motivos de la detención durante dos días de un compatriota cuando hacía cola para embarcar desde Melilla hacia Málaga que en las dos ciudades autónomas, por no formar parte del ‘espacio Schengen’, se aplican “reglas especiales para viajar” hacia territorio europeo. “Los viajeros”, recordó la política sueca, “están sujetos a controles de identidad y documentos con el objetivo de verificar si todavía satisfacen las condiciones de entrada, como se verifica en las fronteras externas”.
Si en el contexto de tal verificación surge “una duda” sobre la autenticidad de un documento de viaje, las autoridades “tienen que tomar medidas para aclararlo siguiendo las normas prescritas por la legislación nacional”.
El Código de Fronteras Schengen obliga a los Estados miembros a comprobar “al menos uno de los identificadores biométricos integrados en los pasaportes y documentos de viaje, ya sean imágenes faciales o huellas digitales, de las personas que disfrutan del derecho de libre movimiento bajo la ley de la UE”.
Actualmente catorce Estados miembros intercambian los certificados necesarios para acceder a las huellas digitales almacenadas en el chip del pasaporte, pero España no está entre ellos.