Triunfo esperanzador.

Opciones La escuadra azulina está dispuesta a luchar hasta el último momento por una de las plazas que dan derecho al play-off Fallo Los de Cano tienen que ganar todo y esperar a que fallen sus rivales directos. El Melilla aprovechó el domingo de Resurrección para resurgir de sus cenizas y dejar claro que a pesar de los errores cometidos a lo largo de la temporada, que han sido muchos, está dispuesto a pelear hasta el último momento por una de las plazas que dan derecho a la disputa de las eliminatorias de ascenso; aunque para eso debe de ganar los tres partidos que le queda y esperar a que tanto el cuarto clasificado como sus rivales más directos en la pugna por dicho objetivo cometan errores y, precisamente en eso, en presionar a los de arriba, basa sus esperanzas el conjunto norteafricano tal y como manifestó en la rueda de prensa posterior al partido Óscar Cano.
Ayer la UD Melilla se medía a uno de esos rivales y, a pesar de las dificultades con las que afrontó el partido además de las que planteó el San Roque de Lepe, el conjunto melillense fue justo vencedor. Los azulinos volvieron a sumar tres puntos de una tacada después de tres jornadas sin hacerlo ante un equipo que llegaba a Álvarez Claro inmerso en una dinámica muy diferente a la de los locales, en la que sumó siete de los últimos nueve puntos disputados y que se marchó del feudo azulino con la sensación de que pudo haber hecho más y de haber desperdiciado una ocasión de oro para intentar acabar entre los cuatro primeros, objetivo por otra parte que no es el que se ha marcado la entidad lepera, según su propio entrenador.
Los locales afrontaron el choque con numerosas e importantes bajas sobre todo en la defensa y en el centro del campo. Con Mahanán sancionado y Povedano lesionado, Óscar Cano optó por retrasar a Dani Fragoso y dar entrada de inicio en el centro del campo a Katxorro y Nico Cháfer, ambos rayaron a un buen nivel, y a Edgar y Velasco en las bandas con Chota y Álvaro del Moral como hombres más adelantados. Un equipo muy ofensivo y que además movió la pelota con mucho criterio en la primera mitad en la que los de Cano merecieron marcharse al descanso con mayor ventaja en el marcador.
Tan sólo habían transcurrido 26 segundos de partido cuando se produjo el primer disparo con intención de los azulinos. Del Moral cedió de cabeza para que Chota, entrando desde atrás, conectara un zurdazo que encontraba respuesta en José Ramón que despejaba con apuros. Apenas unos minutos después, Nico Cháfer colgó un balón al segundo palo que Rubén Cruz llegó a cabecear pero de nuevo el meta visitante abortó el peligro. La respuesta aurinegra no se hizo esperar y al minuto siguiente, en el seis, era el central Rojas quien controlaba el cuero en la frontal del área tras un saque de esquina y golpeaba por encima del larguero y al minuto siguiente era Álvaro Del Moral quien conectaba un disparo raso que se estrellaba en la base del palo izquierdo del portal defendido por un José Ramón que sólo pudo seguir la trayectoria de la pelota con la mirada.
El partido prometía. La UD Melilla movía con criterio la pelota, con Cháfer y Katxorro muy activos y con Edgar y Velasco muy pegados a la cal para abrir el campo entrando continuamente por las bandas, sobre todo el segundo mientras ocupó zona en la medular y antes de reconvertirse en lateral izquierdo, por exigencia del guión, tras lesionarse Rubén Cruz.
El árbitro, que se ensañó con los locales a base de tarjetas, maniató el empuje azulino ya que al filo del primer cuarto de hora Nico, Katxorro y Chota ya tenían una amarilla en la mochila. La de Nico totalmente injusta ya que fue Rubén Cruz quien debió ser amonestado, por lo que el club recurrirá la primera tarjeta que vio el valenciano y que a la postre resultó clave para que el Melilla se quedara en inferioridad numérica.
El dominio seguía siendo del Melilla y producto de ello un balón a la espaldas de la defensa era aprovechado por Álvaro Del Moral que se marchó en velocidad para dibujar un pase de la muerte para Velasco cuyo disparo paró en primera instancia José Ramón pero que nada pudo hacer para evitar que el rechace lo enviara el propio Velasco al fondo de las mallas, instalando el 1-0 en el electrónico.
A raíz del gol el San Roque estiró algo sus líneas pero el dominio seguía correspondiendo al Melilla, aunque sin volver a generar ocasión de peligro en la primera mitad que acabó con una desafortunada acción de Rubén Cruz que cayó lesionado, entrando Nacho Aznar al terreno de juego y pasando a ocupar el puesto de lateral izquierdo Velasco.
El segundo acto tuvo un cariz diferente. Los visitantes, que se habían empeñado en entrar por el centro en el primer tiempo, utilizaron más las bandas y frecuentaron con más asiduidad las zonas cercanas al área unionista. El aurinegro Álvaro busco el portal desde la frontal pero su disparo se marchó alto. Poco después, Dorronsoro erró un pase y la pelota le llegó franca a un contrario que no acertó a alojar el cuero en el portal melillense totalmente desguarnecido. Poco después se produjo una buena triangulación azulina con pase de Chota  sobre Aznar que centró raso hacia atrás pero sin encontrar rematador. El visitante Álvaro lo volvió a intentar desde lejo pero Dorronsoro atajó sin problemas.
El partido parecía roto por momentos, con grandes distancias entre las líneas de ambos contendientes, y sin un dominador claro en el juego. Así, cuando el crono marcaba el minuto 68, Moscardó recortó en el área a Nico Cháfer y el cuero golpeó en la mano del jugador azulino; el árbitro, muy cerca de la jugada, no dudó en señalar la pena máxima y mostrar la segunda amarilla a Nico por lo que el Melilla afrontaba el tramo final del choque con un hombre menos. Óscar, de disparo ajustado al palo izquierdo de Dorronsoro, estableció la igualada en el marcador.
A pesar del revés, el Melilla no se vino abajo y Edgar pudo romper las tablas pero su disparo flojo lo atajó sin problemas el meta lepero. A la siguiente jugada, en el 75, se produce una serie de rechaces tras el lanzamiento de una falta lateral ejecutada por Katxorro y la pelota llega a Nino que, desde la frontal del área, conecta un cabezazo que se cuela en la portería visitante tras sortear a un adelantado José Ramón que poco pudo hacer por evitar el tanto. La alegría se desbordó tanto en el campo como en la grada y a partir de ahí, en esta ocasión sí, el Melilla supo nadar y guardar la ropa para sumar tres puntos de oro que sirven para seguir alimentando la esperanza de cumplir el objetivo trazado o, en su defecto, para optar a disputar la próxima edición de la Copa del Rey.