Un individuo ha sido condenado a dos años de prisión como autor de un delito de lesiones. El hombre reconoció este martes ante la titular del Juzgado de lo Penal número 2 de Melilla que, en medio de una discusión con una tercera persona, sacó una catana y le agredió en la pierna. Así, admitió los hechos tal y como estaban expuestos en el escrito acusatorio del Ministerio Fiscal, al que El Faro ha podido tener acceso.
El suceso enjuiciado tuvo lugar el 22 de julio de 2016, sobre las 20:00 horas, en la calle Panamá de Melilla, en el barrio de Cabrerizas. “El acusado comenzó una discusión con la víctima y, tras buscar un cuchillo de grandes dimensiones, tipo cortacañas, comenzó a agredirlo en la pierna”, relata la fiscal en su acusación.
A consecuencia de la agresión, el denunciante sufrió lesiones consistentes en una herida inciso contusa en la región lateral externa y posterior de la rodilla izquierda, siendo de unos diez centímetros de longitud.
La víctima presentó también una fractura femoral, además de una sección del paquete vasculo nervioso posterior de la rodilla, así como la sección de estructuras tendinomusculares de la zona.
Al día siguiente de la agresión, el lesionado fue trasladado al Hospital Regional Universitario de Málaga, donde se le intervino quirúrgicamente realizando la “extracción de la vena safena interna de la pierna derecha”. El hombre sufrió en consecuencia cicatrices quirúrgicas. Además, precisó la reconstrucción de la vascularización de la pierna lesionada, para lo que fue necesario prolongar la herida inicial hasta los 22 centrímetros y así colocar “material de osteosíntesis”.
El denunciante necesitó para su curación un total de 163 días, de los cuales 13 fueron hospitalarios y 150 impeditivos para el desempeño de sus ocupaciones habituales, con 27 puntos de secuela y perjuicio estético. Así quedó plasmado en el escrito de la Fiscalía.
El día del juicio, el encausado aceptó llegar a un acuerdo de conformidad con el Ministerio Público. Esto implica una rebaja en la condena solicitada, siempre que la persona procesada reconozca los hechos tal y como se exponen en el escrito de acusación. En consecuencia, el individuo se autoinculpó y la fiscal modificó su calificación. Aunque el un primer momento le pedía una pena de cuatro años de prisión, finalmente se solicitó que fuera condenado a dos años.
La representante de la Fiscalía, por su parte, no se opuso a la suspensión de su ingreso en prisión. Esto es posible en los casos en los que la persona procesada carece de antecedentes penales de la misma naturaleza delictiva y cuando la pena que se reclama no supera los dos años de cárcel.
No obstante, el individuo no podrá volver a delinquir en los próximos cuatro años porque, de lo contrario, se le revocaría la suspensión. Esto también ocurriría si no abonase la responsabilidad civil, por valor de 48.000 euros, con la que el inculpado tendrá que indemnizar a la víctima por las lesiones causadas con arma blanca.
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