La violencia vial en nuestra ciudad está presente allí donde fijemos nuestra mirada, coches y motos a gran velocidad recorren las calles, ya sean por zonas residenciales, lugares de ocio, zonas escolares, donde el uso del móvil se suma a esta lacra social, pues está muy presente en ese tipo de desplazamientos. Patines sin regulación, ciclistas por las aceras, peatones cruzando por donde quieren, todas variables evitables en esta problemática sin aparente solución que amenaza siempre a los más débiles.
Los grupos vulnerables como su propio nombre indica son los más dañados según los datos estadísticos relativos a nuestra ciudad, en el año 2019 y 2020 todos los heridos graves pertenecen a este grupo (peatones, ciclistas y motoristas) y el único fallecido también forma parte de estas cifras.
Estas pasadas 48 horas hemos sufrido por parte de estos colectivos a saber; ciclista atropellado por un motorista que no deteniendo se en un stop lo arrolla provocándole pérdida de consciencia siendo trasladado a urgencias, policía local que en el ejercicio de sus funciones resulta atropellado por un conductor “despistado” siendo golpeado fuertemente rompiendo la luna delantera y en última oportunidad una niña patinadora arrollada por un motorista en una zona cuyo límite es 20km/h, dándose a la fuga provocando le lesiones de consideración.
Esta serie de siniestros viales “evitables” todos ellos, deben ser objeto de análisis y estudio por los actores implicados; Consejería de Medio Ambiente, Fomento, Obras Públicas, Seguridad Ciudadana y si me apuran Salud Pública. Hace solo unos días mi entidad Melilla Con Bici se reunió tras años de espera, con el primer grupo de trabajo en el desarrollo de los planes y acciones necesarias en materia de seguridad vial.
Mi exposición en este grupo responsable de “asesorar” a la Comisión de Seguridad Vial, máxima autoridad en materia de siniestralidad vial, desarrolló tres ejes fundamentales que inciden directamente en la “accidentalidad” en nuestra ciudad; velocidad, despistes y distancia de seguridad. Según la propia DGT nacional, estos simples 3 factores provocan el 80% de los “accidentes” en carretera, las propuestas de mi entidad fueron Melilla #Ciudad30, vigilancia con todos los medios disponibles en la lucha contra el uso del móvil, medios de retención y regulación de los VMPE (vehículos de movilidad personal eléctrica).
En Melilla circulan cientos de vehículos sin seguro, otros tantos sin carnet, miles sin I.T.V., el simple uso de los sistemas de retención son una quimera. Cuando el responsable indocumentado provoca o sufre un siniestro, este ante la posibilidad sufrir una fuerte sanción administrativa o penal, se da la fuga, muchos son los casos en los que se produce este tipo de conducta y muchas son las personas que son heridas y abandonadas a su suerte, personas que si son auxiliadas sufrirán unas secuelas y si no, otras mucho más graves. Me cuentan como personas de cierta edad cuando son atropelladas difícilmente recuperan su vida, postradas en casa por miedo o rechazo, ya no vuelven jamás a ser las mismas, este es el principal grupo vulnerable “nuestros mayores” (les recuerdo que todos lo seremos algún día).
Guelaya y Melilla Con Bici llevan denunciando años la alta siniestralidad que sufrimos. Estas entidades reclaman en un aparente desierto, las medidas necesarias, para cambiar un estatus quo que condena el cambio social, que otras ciudades han puesto en marcha hace décadas. Todos los políticos de nuestra ciudad y el jefe de la policía local saben de nuestras demandas, el que nada cambie creo que es responsabilidad de todos.
Los desplazamientos este año pasado se han reducido en un alto porcentaje debido al COVID-19, los siniestros viales en términos absolutos también, casi un 35%, sin embargo, este año pasado hemos sufrido un herido grave más y una víctima mortal, de 16 H.G. hemos pasado a 17 H.G. y de cero víctimas mortales a una. Estos datos plantean una cuestión fundamental y es que la velocidad y no el número de desplazamientos son la principal responsable de los heridos graves que sufrimos.
Espero que algún día (más pronto que tarde), sean conscientes de la responsabilidad que se les exige y la valentía y formación que se le supone. Sufrimos una pandemia llamada siniestralidad vial desde hace más de dos décadas, el que no se produzcan los cambios necesarios en esos años pasados, han provocado nuestro rechazo a las medidas aplicadas hasta la fecha, concienciar, educar, participar, mostrar, enseñar son todos términos muy diplomáticos y poco evaluables, esa forma de afrontar un problema endémico en nuestra sociedad, nos resulta en cierto modo pueril y poco consecuente con las cifras presentadas hoy. Dice el refrán “si esperas resultados distintos no hagas siempre lo mismo”, nosotros planteamos en ese grupo de trabajo una nueva perspectiva más realista y ambiciosa. El que se reúna “más tarde que pronto”, este grupo responsable de asesorar a la Comisión de Seguridad Vial, por petición de uno de los integrantes (DGT), retrata el carácter de esta entidad, aunque el Consejero de Medio Ambiente la solicitó a un mes vista, algo que en la mesa y desde aquí apoyamos. Los heridos y fallecidos en carretera no pueden esperar, “reduzcan la velocidad de todo el entorno urbano y salvarán vidas a coste cero”.
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