Protestaron ayer ante la Delegación del Gobierno de Melilla para exigir que se arregle su situación legal. Algunos llevan casi tres años residiendo en el CETI.
El colectivo de congoleños que reside en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla está “desesperado”. En la jornada de ayer, las treinta personas de esta nacionalidad que residen en el centro decidieron acudir a la Delegación del Gobierno para protestar por su situación, ya que algunos llevan casi tres años en la ciudad sin que les hayan proporcionado una solución para salir rumbo a la península.
Ayer por la mañana, este colectivo de inmigrantes decidió hacer una sentada permanente frente a la sede de la Delegación, en plena Plaza de España. Aunque la decisión no era unánime, los portavoces del grupo, señalaron a El Faro que su idea era quedarse hasta que aceptaran trasladarlos a la península. “Si tenemos que hacer una huelga de hambre, la haremos”, afirmaron.
Los inmigrantes explicaron, a caballo entre el francés y el español, que se sienten impotentes al ver como otros residentes del CETI que llevan menos tiempo que ellos en la ciudad ya han sido trasladados a la península, mientras que ellos permanecen en Melilla por tiempo indefinido.
Sus casos son dispares. Mientras que algunos llevan apenas seis meses, otro rozan los tres años y se sienten “cansados”. No obstante, el objetivo de todos es el mismo: Abandonar la ciudad para poder trabajar y mandar dinero a sus familias.
El principal obstáculo para poder salir de Melilla es que los contactos con la embajada del Congo son muy difíciles a causa de la situación de violencia que existe en el país, que algunos de los inmigrantes califican de guerra civil aunque ésta acabó oficialmente en el 2003.
Además, detallaron que la mayor parte de ellos llegó a Melilla sólo, sin parientes, lo que supone una dificultad añadida para su traslado a la península, ya que desde Delegación están dando preferencia a las familias.
“Como en la cárcel”
Muchos de los congoleños afirman sentirse desesperados ante la situación, pues señalan que, literalmente, no tienen nada que hacer en la ciudad autónoma para pasar el tiempo y, lo que es más importante, para poder ganar dinero que enviar a casa.
Además, indicaron a El Faro que, como publicó este periódico en la edición del lunes, se les ha prohibido lavar vehículos en la vía pública, una de las pocas actividades que podían desarrollar para ganar algo de dinero, junto con otras como ofrecer ayuda para aparcar o llevar las bolsas de la compra.
“Estamos como en una cárcel. Nadie nos da soluciones ni sabe decirnos cuándo saldremos de aquí”, se lamentó de uno de los afectados.
Por estas razones, aseguraron que su protesta va en serio. “Nadie nos ha recibido esta mañana, pero nos quedaremos aquí hasta que nos digan qué podemos hacer”, afirmaron. Además, recalcaron que no piensan llevar a cabo ningún tipo de protesta de carácter violento, sino una sentada a las puertas de Delegación.
Por su parte, desde la Delegación del Gobierno señalaron a este periódico que el traslado de dicho colectivo de inmigrantes, así como de todos los que residen en el CETI, depende del caso particular de cada persona y de la situación en la que se encuentre el país.
Asimismo, la fuentes consultadas por El Faro recalcaron que la intención del delegado, Abdelmalik El Barkani, es que el CETI se convierta, tal y como su propio nombre indica, en un centro de estancia temporal, en el que los inmigrantes no pasen tanto tiempo en sus instalaciones como ocurre en el caso de los congoleños.
Sin embargo, desde Delegación no pudieron ofrecer una solución precisa para la situación en la que se encuentra este colectivo, pues subrayaron que obedece a factores recogidos en la Ley de Extranjería y al caso particular de cada uno de los afectados.
Según anunciaron ayer los congoleños, hoy por la mañana volverán a estar frente a la Delegación del Gobierno para reiterar sus reclamaciones.
“Nos quedaremos aquí hasta que alguien nos reciba y nos ofrezca una solución. No tenemos nada que hacer en la ciudad, lo que queremos es trabajar para ayudar a nuestras familias, no estar todo el día durmiendo y levantarnos a la hora de la comida, que es la única actividad que tenemos en el CETI”, concluyeron los inmigrantes.
Fuentes de la Delegación del Gobierno consultadas en la jornada de ayer por este periódico negaron que a día de hoy exista algún tipo de tensión en el CETI, como afirmó Prodein el pasado fin de semana.
Asimismo, recalcaron que en los últimos días no se ha producido ningún tipo de incidente fuera de lo normal.
Además, señalaron que los esfuerzos de la Delegación del Gobierno siguen centrados en devolver las cifras de ocupación del CETI a la normalidad.
En este sentido, detallaron que desde que comenzó el año se ha traslado a la península a 179 inmigrantes, y que actualmente hay en el centro 695 personas, una cifra inferior a la de las últimas semanas, aunque todavía muy por encima del límite de capacidad del CETI, que es de 480 personas.
“La voluntad del delegado es que los traslados se agilicen y el centro vuelva totalmente a la normalidad”, concluyeron.