Un hombre podría ser condenado a un año y medio de prisión, además de a una multa de 600 euros, como presunto autor de un delito de atentado a la autoridad y otro leve de lesiones. La Fiscalía de Melilla lo acusa de pegar un tortazo y empujar a un policía en el paso fronterizo de Beni Enzar. Según describe en su escrito, el procesado huyó al lado marroquí para que los agentes no pudieran detenerlo.
Estos hechos se enjuiciaron ayer en el Juzgado de lo Penal número 1 en ausencia del encausado, ya que no acudió a la vista, pese a haber sido citado en tiempo y forma. El juicio pudo celebrarse sin que estuviese presente porque la pena que se le pide no supera los dos años de cárcel, de lo contrario hubiera tenido que aplazarse.
En la vista declararon tres agentes a través de videoconferencias, ya que no se encontraban en la ciudad de Melilla. El primero en testificar fue el policía que, presuntamente, fue agredido por el acusado. Explicó que el 21 de febrero de 2015, sobre las 22:00 horas, se encontraba en el paso de Beni Enzar realizando labores de control y que sobre las 22:00 horas suelen cerrarse las puertas para el tránsito de personas hacia Marruecos.
Fue entonces cuando el agente “invitó” al individuo a salir de la ciudad. De acuerdo con el relato del funcionario, el encausado lo acompañó hacia la puerta y, de repente, se dio la vuelta para pegarle un tortazo en la mejilla y empujarlo. “Luego salió corriendo hacia Marruecos”, recordó.
Según expuso, estando al otro lado de la frontera, el encausado amenazó “con gestos” a los agentes. “Hacía como si nos fuese a cortar el cuello”, señaló. Contó que se pusieron en contacto con las autoridades marroquíes para que le facilitaran los datos del individuo. Así fue como, según dijo, lo detuvieron otros compañeros a los días cuando se disponía a cruzar de nuevo el paso fronterizo para entrar en España.
El policía aclaró que sólo sus compañeros fueron testigos de lo ocurrido puesto que a esa hora, en la que se cierra la frontera, ya no quebaban otras personas por la zona. “Él era el último individuo que estaba allí”, sostuvo.
El segundo agente que declaró apuntó que vio perfectamente cómo el acusado dio tortazo a su compañero en el rostro cuando estaba desalojando la zona. “No le sentaría algo bien, porque se volvió y le dio un guantazo”, contó. Explicó que el hombre salió corriendo a la “zona de nadie” de la frontera”.
Otro policía, testigo de lo ocurrido, relató que el acusado “parecía muy enfadado” cuando uno de los agentes le indicó que tendría que salir de la zona y cruzar el paso. “Pegó al compañero con la mano en la cara, en la mejilla izquierda, y también le empujó”, dijo, asegurando que vio la agresión.
Además, agregó que el procesado se quedó por las inmediaciones de la frontera, “en tierra de nadie”, para insultar a los agentes y amenazarlos a través de gestos. “Las autoridades marroquíes fueron testigos de los hechos”, contó.
Tras escuchar las declaraciones, la fiscal solicitó que el individuo fuese condenado al considerar que los hechos habían quedado debidamente acreditados con la versión aportada por los agentes. Así, aclaró que se opondría a concederle la suspensión del ingreso en prisión, pese a que la pena que le solicita no supera los dos años de cárcel.
Fundamentó su decisión en el historial de antecedentes penales del hombre, condenado anteriormente por resistencia, robo con violencia, y hurto. El juez tendrá que dictar sentencia.
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