San Martín defiende a las asociaciones de vecinos y asegura que son el enlace entre los ciudadanos y los políticos l Espera que este Gobierno se desarrolle “sin sobresaltos” y se luche por los melillenses
Carmina San Martín lleva muchos años en política y en el nuevo Gobierno local continuará, una legislatura más, al frente de la Viceconsejería del Mayor y Relaciones Vecinales. Asevera que su puerta siempre está abierta para todos los ciudadanos y que esa cercanía no se puede perder. Resalta que los años más duros en cuanto a críticas fueron los últimos cuatro. Sin embargo, señala que los años venideros serán “fructíferos” y que se ha formado un “Gobierno de conciliación”. En cuanto a las asociaciones de vecinos, San Martín defiende el trabajo de estas entidades y asevera que son una forma de garantizar el bienestar social de todos los melillenses.
–Son muchos años en el Gobierno local, ¿cuál es su valoración de tantas experiencias al frente de diferentes áreas de la ciudad?
–Entré en política en el 1992 o 1993, como senadora suplente de Carlos Benet, y en 1995 entré por primera vez como diputada local y hasta el día de hoy. En ese año ocupé la Viceconsejería de Turismo y Comercio y luego también tuve Festejos. Más tarde, en el 2000 continué con Festejos hasta el 2007. Desde aquel año hasta ahora tuve que encargarme de la Viceconsejería del Mayor y Relaciones Vecinales. Son muchos años de trayectoria. Con muchos momentos felices y otros no tantos. Pero los años en política, al fin de cuentas, son un bagaje. Son una mochila grande de emociones que te cuelgas en la espalda. Aunque algunas de las situaciones vividas no fueron agradables, te dan la experiencia, sabiduría y la fuerza para seguir trabajando.
–Los momentos más duros, ¿tienen que ver con las críticas que no sólo ponen en tela de juicio su valía como gestora, sino que salpican a su familia?
–Bueno, las críticas han surgido en esta última etapa. Los últimos cuatro años han sido muy duros para el Gobierno. Pero, gracias a Dios, las cosas malas están pasando y ahora estamos formando un Ejecutivo fuerte, estable y con visión de futuro. Es un Gobierno que tiene muchas ganas de trabajar. Es un Ejecutivo de conciliación, como ya ha dicho en más de una ocasión el presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, en el que todos vamos a contar con todos, tanto oposición como el equipo del Gobierno. Vamos a intentar que los próximos cuatro años sean fructíferos para el pueblo de Melilla, sin que haya sobresaltos y centrándonos en el trabajo que es lo que necesitan los ciudadanos, que luchemos por ellos.
–No todo el mundo comprende la necesidad de las actividades en se organizan desde su Viceconsejería, como las comidas para los mayores o los viajes de ocio. ¿Es un área incomprendida?
–No. Creo que la sociedad es inteligente y sabia. Reconoce que las personas mayores se merecen todo lo que les podamos dar. Han vivido una época muy dura, pues sufrieron una guerra, años de penurias y escasez y no sólo de trabajo, sino de libertades. Fueron años muy duros, ahora en esta etapa de madurez, hay que hacer algo por ellos. El presidente de la Ciudad y el resto del Ejecutivo tiene muy claro que se va a apostar por este colectivo. Hay personas mayores que me han llamado llorando porque estaban muy agradecidos de poder participar en los viajes de ocio porque su pequeña pensión no les hubiera permitido nunca costearse unos días de vacaciones. Precisamente las bases de los viajes de ocio y balneoterapéuticos puntúan especialmente a los mayores con menos recursos económicos para que puedan estar en esta actividad. Por ello, es una gran labor social la que se realiza con estos viajes. En cuanto a las comidas, lo que puedo decir es que los mayores de Melilla, esas personas con más de 70 años, lo que desean es disfrutar. Por eso, todo lo que podamos hacer por ellos es un dinero bien invertido porque ellos trabajaron muy duro por la sociedad pasando por situaciones muy difíciles y gracias a su esfuerzo, estamos nosotros aquí.
–¿Ve las actividades de esta Viceconsejería como una forma de devolver ese trabajo a los más mayores?
–Sí. Es una forma de darles las gracias por todo lo que han trabajado en su vida y de demostrarles el respeto y cariño del resto de la sociedad. El Gobierno tiene esta idea muy clara y vamos a seguir apoyando esta área.
–¿Ha sido muy difícil dirigir estos temas? Porque tanto las personas mayores como las asociaciones de vecinos son colectivos exigentes.
–Sí es cierto que son exigentes, pero también son entrañables. Mi puerta está siempre abierta. No doy cita, sino que se recibe a la gente sobre la marcha. Tengo una relación cercana con los ciudadanos y de complicidad con los vecinos. Ellos me cuentan sus preocupaciones y situaciones personales. Tenemos un trato que va más allá de la atención política y gracias a ello podemos abordar lo que necesitan. Es nuestra obligación estar con ellos.
–¿Le piden mucho?
–No. Se trata de charlar con ellos los minutos que necesiten, nos tomamos una botella de agua y unos caramelillos y me cuentan qué tema les tiene preocupados. En ocasiones son cosas como que no han podido entrar en los viajes de ocio y en otras, son asuntos del barrio o de una persona mayor que necesita ayuda. La cercanía que tiene esta Viceconsejería es muy positiva para los mayores y vecinos y es necesaria para que haya esta relación normal que debe haber entre los ciudadanos y los políticos.
–Ahora las redes sociales sirven para mostrar el estado de los barrios. ¿Cree que esta labor la han desempeñado las asociaciones de vecinos?
–Estas entidades son muy importantes. Los políticos nos metemos en proyectos y no nos damos cuenta de las pequeñas cosas que son relevantes para los ciudadanos para que el día a día sea agradable para los melillenses. Por este motivo las asociaciones de vecinos tienen una trayectoria de más de 30 años en la ciudad. Nos avisan desde las asociaciones de que hay farolas estropeadas, que ha aumentado la inseguridad ciudadana o nos llaman para decirnos que la vecina del cuarto, que es muy mayor, se ha caído y necesita la ayuda de Servicios Sociales. Son situaciones variopintas, como se puede imaginar, y son las asociaciones las que nos las cuentan. A través de ellas, podemos poner remedio. Además de acercarnos al ciudadano, estas entidades nos permiten conocer las necesidades específicas de cada zona de Melilla. Cada barrio tiene su idiosincrasia, su propia forma de vivir. Averroes no tiene las mismas problemáticas que las barriadas de Monte María Cristina o de El Tesorillo. Los vecinos también necesitan actividades distintas. Cuando se piden las subvenciones de la Viceconsejería para estas iniciativas vecinales unas entidades piden más talleres de manualidades o de corte y confección porque en su entidad hay muchas personas mayores y otras en cambio, solicitan cursos de informática y apoyo escolar porque hay mucha gente joven en esta barriada. Las asociaciones saben lo que necesitan sus vecinos. Además, estas subvenciones son pequeñas ayudas para que puedan salir adelante y celebrar sus festividades. Así, es una forma de implicar al barrio y de aunar a la gente entorno a una fiesta para que convivan y se integren en la sociedad.
–¿Ha conocido alguna historia dura o impactante?
–Hay muchas situaciones difíciles en los hogares melillenses. Muchas veces no se pueden solucionar desde mi área, pero sí que puedo ponerme en contacto con algún compañero del Gobierno para explicarle la situación que vive un vecino y ver cómo se le puede echar una mano. Todo el Gobierno está para solucionar los problemas de los mayores y vecinos. Hablamos de personas que por vergüenza o por desconocimiento no han pedido ayuda a Bienestar Social y a través de las asociaciones de vecinos se les informa e incluso se les ayuda con la documentación para movilizar peticiones de atención social.
–Con tantos años hablando y viendo de forma directa cómo están los barrios, habrá visto si realmente la ciudad está mejor con el paso del tiempo.
–La ciudad ha ido mejorando y no hace falta que lo diga yo, sino que es una realidad palpable que todo el mundo que pasea por sus calles lo puede ver. Sólo el presupuesto de Servicios Sociales, que sirve para ayudar a los más necesitados, ha experimentado un incremento para lograr este objetivo. Siempre se necesita más, pero Melilla es una de las autonomías, en porcentaje de ayuda, que más población necesitada cubre con todo tipo de atenciones. Pero no sólo ha mejorado Servicios Sociales en los últimos años, sino todas las áreas en la asistencia al ciudadano. Las obras de mejora de las infraestructuras, aunque los vecinos se quejen y con razón porque tardan más de lo que deseamos, están dando mejor servicio a los melillenses y haciendo una ciudad más bonita.
–¿Cuáles son los retos que tiene en su área para los próximos años?
–Lo principal es dar a los mayores todo lo que se merecen. Esto se puede realizar con muchos proyectos. Los viajes de ocio y tiempo libre son la estrella de la Viceconsejería. Los primeros porque ofrecen a los mayores una semana de actividades sin parar y los segundos, porque las personas de la tercera edad vienen con las pilas cargadas para afrontar un invierno mejor con ese tratamiento de salud. La Semana del Mayor es otra forma de reconocer la labor de estas personas y además, les ofrece durante una semana iniciativas pensadas para ellos con el objetivo mejorar su calidad de vida. Incluso los recorridos en el tren turístico y la ruta de los templos son momentos felices en los que nuestros mayores y vecinos salen de su entorno para conocer otras partes de Melilla que desconocían porque su situación no les permite dejar los alrededores de su casa.
–¿Cómo es trabajar con el consejero de Educación, Juventud y Deporte, Antonio Miranda?
–Es un político que lleva años de experiencia, hemos trabajado codo con codo durante años, pero sobre todo, es muy buena persona. Es un consejero muy válido en su área y se puede trabajar con él porque siempre está apoyando a esta Viceconsejería.
–¿Ha sido más complicado trabajar estos años con la bajada de presupuesto que hubo al inicio de la crisis?
–Es cuestión de amoldarse. Cuando hay crisis, hay menos y cuando la cosa mejora, se cuenta con más. Lo importante es saber gestionar y repartir el presupuesto según las necesidades que veamos. Siempre se tiene que tener cabeza para administrar los presupuestos.
–Por último, ¿cómo afronta los próximos cuatro años?.
–Con ilusión y ganas. Cuando entras en política, sabes que estás para servir al ciudadano. Muchas veces las situaciones personales se quedan relegadas porque tu deber es estar con los ciudadanos, por ejemplo, el Día de los Reyes Magos y el Día de la Madre. No podemos estar con la familia en esos momentos, pero estamos con los ciudadanos viviendo unos ratos felices. Soy funcionaria del Estado y soy muy cuadriculada en el trabajo, pues perfeccionista. Pero en política no hay horario de funcionario. Se trabaja muy duro todo el día. Aunque estemos hasta arriba del trabajo, el contacto con el ciudadano te engrandece el alma y el corazón. Tenemos que esforzarnos para que los melillenses vivan mejor y si se va logrando, eso te ensancha el espíritu.