Advierte que el servicio corre el riesgo de desmontarse si no se dobla al personal y pide una plantilla proporcional a la de hospitales pensados para una población como la de Melilla. Personal del Servicio de Tocología y Obstetricia del Hospital Comarcal denunció ayer que el INGESA “maquilla los datos” y elude su responsabilidad ante una realidad “extrema”, marcada por la presión desbordante en el mismo servicio.
Según aseguraron a este Diario trabajadores del mismo ala hospitalaria, en lo que va de año ya se han registrado 206 partos más que en el mismo período de 2010. De ellos, un porcentaje elevadísimo, por encima del 60% se corresponde con partos de extranjeras, en su práctica totalidad marroquíes procedentes de la vecina provincia de Nador.
Reacción
Las voces del servicio de Tocoginecología no se han hecho esperar después de que el pasado viernes la dirección del INGESA en Melilla compareciera en rueda de prensa para minimizar la importancia de las denuncias por la saturación en el ‘Comarcal’ y calificara de ajustado a la normalidad en el centro hospitalario el altísimo número de partos que, in crescendo, se vienen atendiendo año tras año.
Según el INGESA, a fecha del pasado 3 de agosto, el número de partos atendidos en Melilla fue de 1.355, de los que un 51,21% fueron de mujeres extranjeras, en su casi totalidad marroquíes. Sin embargo, fuentes del mismo Hospital cifraron en 1.427 el número de partos atendidos al día de ayer, justamente 206 más que en el mismo período del mismo año.
En concreto, en 2010 se registraron 2.250 partos en el Comarcal y para este, si continua el ritmo actual, se prevé que se superen los 2.500.
Lo peor es que no se trata de un aumento circunstancial, puesto que el número de partos en el ‘Comarcal’ crece progresivamente año tras año. De hecho, en 2004, el número total no alcanzó ni siquiera el millar, al rondar los 900.
Para tocoginecólogos, matronas y demás personal del mismo servicio, que el INGESA intente restar importancia a esta realidad es “inadmisible”. De ahí que hayan optado por dirigirse a este Diario para insistir en la extrema presión de un servicio que, continuamente, tiene ocupadas al cien por cien las camas de la planta y que, muy a menudo, debe trasladar a gestantes recién paridas a otras plantas como las de Trauma o Medicina Interna.
El doble de médicos y matronas
Para los denunciantes, la realidad es que el Hospital requiere “el doble de médicos y matronas”, si se toman como referencia hospitales para poblaciones similares a las de Melilla, como los de Algeciras, Linares, Úbeda o Motril, cuyo número de partos anuales no supera los 1.500 aunque vienen a contar con una plantilla de 15 ó 16 ginecólogos. “Lo normal –dice uno de los médicos del mismo servicio- es que haya una proporción de un ginecólogo por cada cien partos. Hay que tener en cuenta que también hay que atender consultas y otro tipo de cuadros clínicos o casos, porque no todo en este departamento son partos”. En Melilla, la plantilla es de 8 y el número de matronas es igualmente reducido en relación al intenso trabajo en el servicio. “Literalmente están reventadas”, señalaba una de las voces que se dirigió ayer a ‘El Faro’ para contrarrestar una realidad “bien distinta a la que quieren ofrecer maquillando datos y estadísticas”.
A lo anterior se une el conflictivo perfil de la mayoría de las parturientas, que suelen venir de Marruecos sin ningún tipo de control médico, lo que eleva a casi un 28% el total de cesáreas que se practican. “Muchas más, desde luego, de las que nos gustaría realizar, pero que hay que hacerlas porque no tenemos otro remedio”.
La falta de recursos humanos es el hándicap principal en esa lucha titánica que día a día se libra en el servicio de Tocoginecología del Hospital. “Las guardias localizadas –señalan las mismas fuentes- ya no son tales, se han convertido prácticamente en presenciales”. “Estamos hartos de que no se asuma lo que está pasando. A todos nos gusta mucho nuestro trabajo, pero ejercerlo en estas condiciones da asco, porque trabajamos al borde del error humano y no esperamos que el sistema sanitario nos eche un capote si pasa algo”.
Amenazas y saturación
A lo anterior se une un perfil de parturientas cuyos familiares son “más exigentes que los asegurados y que no dudan en amenazar con denuncias a la primera de cambio”.
La pasada semana se batió el récord de partos en el ‘Comarcal’ con un total de 19 en un solo día. No obstante, ya es norma que haya unos diez partos por día para un par de ginecólogos por turno.
“Si no se toman medidas el servicio acabará desmontándose y no habrá tiempo ni para pasar consultas ni para nada, porque no habrá opción de salir del paritorio”:
La regla a seguir cada vez que el servicio está saturado y alguien “tiene mano” para forzar un ingreso en planta, pasa por una llamada de dirección solicitando que se dé algún alta.
En opinión de los denunciantes, la situación sólo admite dos soluciones: “O se dobla el personal de manera inmediata o se toman medidas en la frontera, para evitar que vengan tantas parturientas”.
Las ambulancias marroquíes llegan hasta Urgencias, pero luego, cuando se da algún alta que, no obstante, exige que el enfermo sea trasladado a su hogar igualmente en ambulancia, “no pueden pasar la frontera, entre otras razones porque la Policía española tiene directrices de no dejarlas pasar”.
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