Terrazas y playas de Melilla se han llenado este fin de semana. Los termómetros, que han rozado los 23 grados en algunos puntos del día, ha hecho que los melillenses salgan a las calles a disfrutar del buen tiempo.
Las altas temperaturas por encima de los 20 grados continuarán durante este lunes festivo aunque a partir del martes tanto las máximas como las mínimas bajarán ligeramente, según pronostica la Agencia Estatal de Metereología.
Melilla ha vivido este fin de semana temperaturas más propias del verano que de esta época del año. Un verano improvisado que ha pillado de imprevisto a muchos melillenses, pues la estampa general durante este domingo ha sido de personas paseando chaqueta en mano.
Muchos han cambiado el abrigo, sin el que se hacía imposible salir de casa hace a penas unos días, por camisetas de manga corta, sombreros y ganas de sol. Más de uno además, se ha animado a sacar del armario el pantalón corto e, incluso, las sandalias.
Parece que había ganas de verano y se ha notado. Cualquiera que haya salido este domingo a dar un paseo junto al mar, ha podido ver que el litoral de la ciudad estaba repleto. Muchos melillenses han acudido a las playas a pasar el día en familia o con amigos. No era raro ver esta mañana gran cantidad de toldos y sombrillas instalados en la arena.
Un verdadero campamento. Los melillenses se han animado a ir a la playa a comer con toallas, hamacas, neveras y todo lo imprescindible para disfrutar de los rayos de sol que se han dejado caer en buena parte del país. Más de uno, además, se ha atrevido a inaugurar la temporada de baño, dándose el primer chapuzón de la temporada.
Fuera de los muros de la playa, la situación era parecida. El paseo marítimo de Melilla nada tenía que enviar a la del resto de ciudades turísticas del país con cientos de personas. Gente paseando con sus hijos o sacando al perro, degustando unas tapas en los chiringuitos de la ciudad o tomando algo fresco para combatir este calor adelantado.
En la Plaza de las Culturas se hacía difícil poder encontrar una mesa libre en cualquiera de los bares de la zona en la tarde del domingo. Sobre todo, aquellas que no estaban a la sobra. Los melillenses han estado buscando los rayos de sol durante todo el día.
La alegría y el ambiente festivo era la tónica general en esta céntrica plaza. La música era la protagonista del lugar y las mesas de algunos locales de ocio incluso se habían aumentado.
El buen ambiente previo al Día del Estatuto se ha trasladado a otros lugares de Melilla como los Pinares. Allí muchas familias han acudido a dar un paseo, hacer senderismo, hacer deporte con sus perros o a comer en familia. La sombra de los árboles convertían a los Pinares en la zona idónea para los que querían huir un poco del calor.
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