UNA tercera persona ha fallecido en Melilla por coronavirus en dos días, la víctima mortal número 105 desde que comenzó la pandemia. El número de casos activos se mantiene por encime de los 400 y en el hospital hay una quincena de personas ingresadas.
La pandemia de coronavirus sigue muy presente en Melilla, a pesar de que la relajación de algunas de las normas sanitarias parecen invitar a lo contrario. Muchos optan por no portar la mascarilla en los exteriores, aunque no se respete la distancia de seguridad, y las reuniones sociales superan en algunos casos los aforos recomendados.
Mientras nos seamos conscientes de que el virus no ha desaparecido y de que la vacuna solo es una ayuda en la lucha contra el virus, no vamos a poder deshacernos de la enfermedad que nos golpea desde marzo del año pasado.
Es necesario que las autoridades se pongan serias. Los mensajes de advertencia respecto a los riesgos que aún entraña el coronavirus deberían ser recurrentes pero se han convertido en un mero pie de página. También es preciso que se persiga el cumplimento de las normas en vigor. Se ha dado la mano y muchos han cogido el brazo. Se debe seguir vigilando y multando a quine no cumpla. Si no lo hacemos, el coronavirus seguirá llevándose vidas por delante y se retrasará aún más la ansiada normalidad y la recuperación plena de la economía.
Los datos epidemiológicos de Melilla siguen disparados en comparación con otras regiones del territorio nacional, es necesario hacer un balance de la situación y actuar sin más dilación para detener la escalada de contagios.