Este fin de semana es el primero en el que los melillenses pudieron acudir a la terraza de un bar o una cafetería para tomar un aperitivo o un tentempié. Es uno de los momentos más esperados por muchos después de dos meses de confinamiento.
Eso ya se pudo ver el pasado lunes, cuando arrancaba la Fase 1 para Melilla y diversos comercios de la ciudad, no todos, abrían sus puertas de nuevo al público. De los comercios y locales de hostelería y restauración que abrían algunos lo hacían con timidez, pero otros, aunque precavidos con todas las medidas de seguridad exigibles hasta este momento por las autoridades, confiando también por una parte en la clientela habitual decidieron abrir sus terrazas, las cuales pudieron gozar de una ocupación bastante aceptable, teniendo en cuenta que desde el Ayuntamiento se les ha permitido ocupar más espacio para poder colocar sus mesas de forma espaciada para que se pudiese guardar la distancia de seguridad.
Este sábado era especial también puesto que era tradicional en fin de semana, cuando hay menos trabajo para algunos y no hay colegio para los pequeños de la familia, poder hacer un desayuno a media mañana fuera de casa o bien un poquito más tarde quedar con algún familiar o algún amigo para disfrutar de un refresco o una cervecita mientras se ponen al día porque llevaban tiempo sin verse.
Muchos de los ciudadanos a los que El Faro preguntó este sábado coincidieron en que había muchas ganas ya de poder salir de casa a hacer algo diferente a los paseos o la visitas obligadas al supermercado o la farmacia para hacerse con provisiones estos días. Les hacía falta verse las caras, hacer algo distinto o bien tomarse un pincho de tortilla de patatas con esa cocacola mientras se comparte un ratito de su tiempo con una amiga en uno de los bares a los que solía acudir antes del confinamiento, como fue el caso de Carolina y Carlota que estaban en la plaza de las Culturas esperando su tapa.
Aunque algunos otros comentaron y confesaron que no eran la primera vez que salían, ya que habían aprovechado alguna otra vez desde que abrieron los locales el pasado lunes. Cristina y Mª Carmen que se encontraban también en una de las mesas de la plaza de las Culturas con su grupo de amigas, que se hacen llamar ‘las chicas navoneras’ porque suelen desayunar en el bar Navona, y ahora desde que empezó la Fase 1 también.Prefieren desayunar por el momento y dejar el aperitivo para más adelante cuando la situación esté un poco más controlada. Ellas son de las personas no se olvidaron de echar en el bolso todo tipo de protección: llevan guantes, mascarillas, toallitas y sus botes de gel hidroalcohólico.
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