Con motivo de la celebración este 2 de abril del Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, la asociación TEAMA ha leído un manifiesto junto a la mesa informativa que han colocado en la plaza Menéndez Pelayo de Melilla este sábado por la mañana.
El encargado de leer el manifiesto ha sido Pablo Soler y en el texto han señalado que las personas con autismo suelen enfrentarse a un alto nivel de discriminación en todos los aspectos de la vida por la falta de concienciación que hay en la sociedad sobre esta afección. También piden que no se juzgue a sus familiares, pues lo que necesitan es apoyo y comprensión.
La plaza estuvo repleta de los usuarios de la asociación y sus familiares. Cuando terminó de leerse el manifiesto, todos soltaron globos azules al aire. Al acto acudieron la consejera de Hacienda, Dunia Almansouri, y la consejera de Políticas Sociales, Francisca Maeso.
El manifiesto
Hola a todos, me llamo Pablo y estoy contento de poder dirigirme hoy a vosotros. Bajo el lema «Un feliz viaje por la vida», hoy celebramos el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo.
Para mi ser feliz en la vida implica poder disfrutar de todos los momentos buenos y lograr sobreponerme de los malos aprendiendo de ellos. Pero para conseguirlo tengo que sentirme tranquilo y apoyado. Y muchas veces es muy muy dificil para mí sentirme así.
Me gustaría contaros que, las personas con TEA solemos enfrentarnos a un nivel muy alto de discriminación en todos los aspectos de la vida, debido en gran parte a la falta de concienciación sobre el TEA. Esto hace que cumplir con el lema de este año nos resulte dificil muchas veces.
Algo que también me gustaría contaros es que a nuestros familiares también les cuesta disfrutar de una vida feliz, necesitan de vuestro apoyo y comprensión. Nunca les juzguéis.
En definitiva, y haciendo referencia al lema, para poder hacer un viaje feliz, las personas con TEA debemos aligerar peso en nuestro viaje liberándonos de prejuicios, soledad, incomprensión o falta de recursos...y necesitamos llenar nuestra maleta de vuestra empatía, amor, comprensión y apoyo.
Para terminar, recordando las palabras de un compañero de camino, os pido que no tengáis miedo de conocernos y no os dejéis llevar por prejuicios. Tenemos muchas ganas de sentirnos tranquilos y sobre todo de ser felices.
Gracias por escucharme.