Un hombre se enfrenta a dos años de cárcel por sendos delitos de violencia de género y amenazas a su exmujer. Según la denunciante, el acusado se presentó en la tienda de telefonía móvil donde ella trabaja y “en voz baja”, para no ser oído por las demás trabajadoras y los clientes, le dijo: “Chatarra, putón, te vas a arrepentir”.
El inculpado, que responde a las iniciales H. A., fue el primero en declarar, pero sólo respondió a las preguntas de su abogado. Afirmó que lleva más de un año divorciado de su expareja y que el pasado día 18 acudió al establecimiento de en el que ella trabaja para “recoger” un móvil.
“¿Fue por algún tema sentimental?”, le consultó el letrado. “No, sólo como cliente”, replicó él. Asimismo, negó que amenazara a la que fue su esposa.
Testigo perjudicada
La supuesta víctima, de iniciales R. U., afirmó a preguntas de la fiscal que el inculpado no ha aceptado la separación. “No ha llevado el divorcio tan bien como yo”.
La denunciante recordó que, antes de que su exmarido se presentara en su centro de trabajo, le preguntó “por teléfono si los niños se quedarían a dormir con él” esa noche. “Él dijo que no”.
“Cuando vino (a la tienda) me dijo que lo amenacé con los niños”, añadió R. U. La mujer aseguró que él le dijo: “Es lo peor que me has podido hacer. Chatarra, putón, te vas a arrepentir”.
De acuerdo con su declaración, el hombre le “quitó los cables” del ordenador y le “bajó la pantalla”. Además, asegura que le espetó: “De aquí no me voy hasta que me des el teléfono”.
“Crisis de ansiedad”
Finalmente, el acusado le anunció: “Ahora me voy, pero a las ocho y media estoy aquí”. Entonces, ella sufrió “una crisis de ansiedad” y fue una compañera suya quien llamó a la Policía Nacional.
“No quiero tener miedo”, dijo R. U. a la fiscal, y pidió que se imponga a su ex una orden de alejamiento.
Su abogada le preguntó si temía a su ex, a lo que dio un sí por respuesta. “Si me ve con un muchacho, viene, me insulta y me escupe”, aseveró.
Después declaró una compañera de la supuesta víctima, que admitió no haber escuchado la conversación, pero sí que “él estaba cerca de ella” y también el “gesto de poner la mano en la mesa, sobre los cables”. “No era la actitud habitual de un cliente”.
También dijo que, al irse el inculpado, llamó a una ambulancia, puesto que la denunciante “no podía ni respirar”.
“Iba a volver”
Otra trabajadora afirmó haber escuchado que él dijo que “iba a volver”. Y la última empleada en declarar señaló que su compañera estaba “muy nerviosa” y “llorando”.
La fiscal reclama un año de cárcel por un delito de violencia de género y otro por amenazas. Aparte, por las injurias, pide que el acusado cumpla 30 días de trabajos en beneficio de la comunidad.
La defensa, sin embargo, solicita la absolución, afirmando que “la violencia de género se usa como cajón de sastre de que todo vale”.
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