El Sindicato Unificado de Policía (SUP) propone que se impartan clases de formación entre los vecinos de La Cañada para dar a conocer la labor de la Policía y destacar que sus actuaciones tienen como único fin garantizar la seguridad de los ciudadanos. De este modo, espera que los habitantes de dicha zona confíen más en los agentes y rompan con el “pacto de silencio” que, según explica, existe entre los delincuentes y los propios residentes.
El sindicato lamenta que cada vez que se produce un incidente en La Cañada, los vecinos se nieguen a colaborar y ayudar en la investigación de un caso por temor a que se les tache como “chivatos” o a que su ayuda pueda tener una repercusión negativa en amigos o familiares.
La entidad policial aplaudió que el pasado lunes el delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, también instó a la colaboración vecinal, aunque señaló que la Policía lleva tiempo pidiendo la ayuda de posibles testigos, y que aún no han percibido un cambio de actitud. Por ello, proponen que se impartan clases en asociaciones vecinales del barrio para acercar a los asistentes cuál es el papel de la Policia. Esperan que a través del diálogo y la comunicación, el personal de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad se pueda despojar de su papel de “malo de la película”.
El SUP explica que los múltiples choques con la Policía en La Cañada ha generado división de opiniones entre los vecinos: Mientras algunos pueden pensar que la actuación de la Policía es “desmedida” y que únicamente busca fomentar los estereotipos y generar una imagen errónea de sus habitantes, otros consideran que la falta de agentes en el barrio ha llevado a generar un clima de impunidad entre los delincuentes.
Pacto de silencio
Desde el SUP, no obstante, lamentan que, independientemente de la opinión que tenga cada vecino de la Policía, al final acaba reinando el silencio. “Existen un pacto de silencio no escrito que dicta que los vecinos tienen que defender a los delincuentes”, explican.
Insisten en que la Policía requiera la ayuda de todos los ciudadanos y que sin ellos, cualquier investigación se hace más compleja y se dilata en el tiempo. “No podemos poner un agente en cada casa, por ello, es importante que se eche una mano al personal de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Cualquier pista, por muy insignificancia que pueda parecer, podría ser clave”, indican.
Además, insisten en que los ciudadanos no sólo tienen “derechos”, sino también “obligaciones”. “Es un error pensar que cada vez que la Policía actúa es con fines de marginar a los vecinos”.
La Unión Federal de Policía (UFP) explica que en La Cañada se ejecutan infinidad de actuaciones contra el crimen, y los ciudadanos no deben obstaculizarlas, sobre todo porque desde fuera es difícil discernir qué están intentando hacer en cada momento los agentes.
Estrés adicional
El SUP y UFP lamentan que, para los agentes, entrar en La Cañada supone una causa de estrés adicional y temen que esta situación repercuta en la seguridad de los vecinos. “Los agentes no van al barrio con miedo, pero piensan que cuanto menos tiempo estén allí, mejor”, dicen.
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