El sindicato asegura que las autoridades policiales superiores son favorables a que los funcionarios destinados en el Grupo de Fronteras merecen una recompensa. El Sindicato Unificado de Policía (SUP) solicitó ayer, a recomendación del Foro de la Mujer, que se elabore un informe individualizado de las situaciones laborales vividas por las mujeres policía destinadas en las fronteras tras los incidentes ocurridos en Melilla en las últimas semanas.
Según informó ayer el SUP en una nota de prensa, responsables de este sindicato mantuvieron ayer un encuentro con el jefe superior de Policía de Melilla y el responsable de la operativa policial, el comisario jefe de la UCOT, para analizar la situación vivida, no sólo en las últimas semanas, cuando los incidentes se agudizaron, sino desde el pasado mes de junio.
El sindicato calificó la reunión como “muy receptiva” por parte de las autoridades policiales superiores, quienes consideraron que todos los funcionarios destinados en el Grupo de Fronteras merecen una recompensa profesional, como puede ser la Cruz Blanca al Mérito Policial.
En cuanto a las mejoras de las condiciones laborales, el SUP mantiene que se debería incrementar el número de funcionarios hasta alcanzar la cifra de doscientos en los puestos fronterizos, que se deben construir unas cabinas de control, dotadas de los medios técnicos necesarios.
Asimismo, se considera que los controles documentales se deben situar a treinta metros de las verjas de entrada y que se debería potenciar el paso fronterizo de Farhana ampliando su efectividad, así como su horario.
El SUP comunicó a la Jefatura que el próximo 1 de octubre tendrá el acto de homenaje a las mujeres policías en el que se les entregará una distinción meritoria del sindicato.
Tierra de nadie
Por último, denunció que, a pesar de que la situación se ha normalizado en líneas generales, los dos protagonistas de los incidentes permanecen en las inmediaciones de las verjas de entrada y salida, por lo que constituyen un foco de tensión en ese punto.
“Insistimos en que nadie debe permanecer allí, tratando de ejercer algún tipo de control sobre las actuaciones policiales, ya que si alguien esta facultado para supervisar la realización del servicio de ambos cuerpos –españoles y marroquíes– son sus superiores jerárquicos”, se asegura en la nota.
Por ello, consideran “una injerencia intolerable” la permanencia de estos individuos en una zona que debe ser considerada exclusivamente de paso.