El secretario de la Federación Estatal de la organización, Mikel Mazkiaran, avanza que pedirán explicaciones al Gobierno sobre este asunto vía parlamentaria, máxime cuando el Ejecutivo sabe de la peligrosidad de las cuchillas.
A medida que se ha ido conociendo la decisión adoptada por el Gobierno de volver a instalar la antigua concertina en la valla de Melilla y que, de hecho, ya está colocada en tres de los 12 kilómetros del perímetro, las críticas han ido proliferando, desde los sindicatos policiales y la AUGC Melilla hasta organizaciones nacionales pro derechos humanos. Es el caso de SOS Racismo, cuyo secretario de la Federación Estatal, Mikel Mazkiaran, criticó ayer en declaraciones a El Faro, que la recolocación de la concertina se haya realizado casi “a escondidas”. Afirmó que la noticia ha pasado “muy desapercibida”, en especial en medios de comunicación nacionales.
Consideró que a todas luces la colocación de cuchillas en la valla de Melilla es “grave”, dado el evidente peligro que supone para la integridad física de los inmigrantes. “El Gobierno sabe perfectamente que este tipo de instrumentos suponen un atentado grave contra la integridad física de los inmigrantes”, afirmó Mazkiaran y recordó que por este motivo el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero procedió a su retirada entre 2006 y 2007.
Las cuchillas que conforman la concertina provocan “heridas profundas en manos y piernas”, refirió el representante de SOS Racismo en España y añadió que esto “también lo sabe el Gobierno”. Por ello, Mazkiaran consideró que la reinstalación de este elemento tan lesivo “agrava la situación física de estas personas”.
Como iniciativa en protesta a esta decisión del Gobierno, Mazkiaran explicó que a través de algún diputado de la oposición en las Cortes, pedirán explicaciones al Ejecutivo de Mariano Rajoy sobre esta decisión.
Una semana de polémica
Desde que el delegado del Gobierno en la ciudad, Abdelmalik El Barkani, informara el pasado lunes de la instalación de la malla ‘antitrepa’ y de la concertina en algunos tramos de la valla perimetral han sido numerosas las voces críticas.
En primer lugar, los sindicatos policiales de Melilla coincidieron en posicionarse en contra de esta medida, tal y como expresaron a El Faro esta semana. La UFP, el CEP y el SUP manifestaron en estas páginas sus dudas sobre la efectividad de dicha decisión, pues dijeron que ello no evitará que los inmigrantes sigan saltando. La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) fue un paso más adelante y afirmó que la instalación parcial de esta medida, que no impedirá a los inmigrantes saltar la valla, indica a éstos “por dónde saltar y por dónde no” y sugirió la posibilidad de colocar la malla en todo el perímetro. Además, desde la AUGC aseguraron que es cuestión de tiempo que los inmigrantes encuentren la forma de sortear estos nuevos obstáculos.
Los sindicatos policiales abogaron por una política de inmigración europea “seria y eficaz”, destinando las ayudas humanitarias que se conceden a los países de origen de estos inmigrantes a una mejora real de la calidad de vida de los ciudadanos para evitar así que se vean obligados a emigrar. En esa política “seria”, los sindicatos policiales señalaron que las partidas económicas deberían estar en todo caso fiscalizadas para asegurar el cumplimiento de estos objetivos.
A pesar de las voces en contra, el pasado sábado el delegado del Gobierno en Melilla defendió al instalación de la concertina como medida para evitar que salten los inmigrantes y entren en territorio nacional. Argumentó que esta decisión responde al mandato de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado (CyFSE) en el cumplimiento de esta misión, aunque a él personalmente no le agrade tal medida.
“A mí no me gusta que esté la concertina, a mí no me gusta que esté la valla, a mí no me gusta que haya problemas con la inmigración irregular, pero lo que está claro es que hay un mandato que hay que cumplir por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que es que los subsaharianos no consigan entrar”, aseveró El Barkani.
Así pues, parece que no hay marcha atrás en esta decisión a pesar de que ya en 2005, tras los asaltos masivos a la valla y las lesiones que sufrían los inmigrantes, suscitaron la denuncia de numerosas ONGs y del propio Defensor del Pueblo, organismo que más tarde aplaudió la decisión de desinstalar la concertina.
Un retroceso en derechos de los inmigrantes
Amnistía Internacional también se ha pronunciado esta semana sobre la colocación en la valla de Melilla de la concertina con cuchillas. El sitio digital ‘kaosenlared.net’ se hacía eco de la protesta de esta organización, cuyo portavoz en España, Esteban Beltrán, en declaraciones a ‘infolibre.es’, afirmaba que esta medida supone un retroceso en los derechos de los inmigrantes. Además, destacaba que la colocación de la concertina supone obviar la vida de los inmigrantes en aras de primar el derecho de los Estados de “protegerse”. Por último, indicó que ni la malla ‘antitrepa’ ni la concertina disuadirán a los inmigrantes de querer saltar el perímetro fronterizo y sí provocarán un problema añadido que es que los inmigrantes sufrirán graves heridas.
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