Eduardo de Castro es el único presidente de un gobierno que acomete la cuarta remodelación de su equipo en dos años y se presenta ante la prensa con una sonrisa en la cara. Aparentemente no tenía muchos motivos para estar contento. De hecho, llevaba un día ajetreado porque poco antes estuvo en el homenaje que la Armada hizo en el cementerio de la Purísima a los marinos muertos en el Desastre de Annual.
Pues sí, visiblemente satisfecho, el presidente explicó que cesa a Mohamed Mohand sin querer, obedeciendo a un deber, en base al artículo 35 del Reglamento de Gobierno y después de intentar que el socialista dimitiera durante casi una semana.
Este miércoles, cuando no quedaba más remedio porque la secretaria general del PSOE, Gloria Rojas, le pidió públicamente que cesara a Mohand y el consejero había puesto su cargo a disposición de Presidencia, De Castro envió al Boletín Oficial de Melilla el decreto que tenía perfilado desde hacía varios días y que tanto le ha costado firmar.
Lo hizo deprisa y corriendo y convocó a la prensa de manera “precipitada”, según lo describió él mismo, para anunciar el cese del hasta ahora consejero de Turismo, Emprendimiento y Activación Económica, Mohamed Mohand.
En su comparecencia ante los periodistas, De Castro no explicó el motivo de su decisión. Lo podemos imaginar, lo podemos intuir, pero el presidente evitó meterse en el berenjenal y se guardó la bomba en el bolsillo. Nada más empezar su rueda de prensa dijo lo que algunos sabíamos que iba a decir porque había salido publicado poco antes en el BOME.
¿Cesó a Mohand presionado por Gloria Rojas o por decisión propia? No lo sabemos, pero también lo podemos intuir porque el propio De Castro confesó que lo de cesar a Mohand no ha sido coser y cantar.
De hecho, comentó a la prensa que habría preferido que Mohand asumiera una posición “menos gravosa” y dimitiera él solito, para de esta forma, ahorrarse su cese. Pero Mohand no le hizo caso.
¿Se imaginan a Núñez Feijoó o a Isabel Díaz Ayuso llamando hasta tres veces a uno de sus consejeros para pedirle que dimita? Pues eso ha pasado en Melilla porque aquí el presidente básicamente no manda en su equipo entre otras cosas porque no es su equipo sino el equipo de CpM y de PSOE.
Tenemos un gobierno de coalición dirigido por un presidente que no lleva detrás las siglas de ningún partido. Y a la intemperie siempre hace frío, especialmente en situaciones como ésta en la que normalmente estos detalles se negocian a más altas esferas.
Es evidente que Mohand lleva una semana sin tomarse muy en serio a De Castro porque éste le “aconsejó” que dimitiera el viernes pasado, se lo repitió el lunes y se lo volvió a decir el martes.
Para sorpresa o espasmo de todos, De Castro le aconsejó a Mohand que entregara su acta de diputado. Como dice el refrán, “Consejos vendo que para mí no tengo”. ¿Con qué moral le dice De Castro a Mohand que entregue su acta de la Asamblea si él no la entregó cuando lo expulsaron de su partido?
Y otra anomalía más. Tras el cese de Mohand, el presidente de Melilla traslada todas las competencias de éste a Gloria Rojas hasta que la socialista decida quién de los tres diputados que tiene el partido en la Asamblea se ocupará, entre otras cosas, de gestionar los más de 40 millones de los fondos europeos que han sido destinados, fundamentalmente a Turismo.
Este es el gobierno que tenemos en Melilla. El presidente no tiene respaldo para tomar decisiones con lo cual su cargo se convierte en un título nobiliario.
Por otra parte, este miércoles Gloria Rojas puso el listón alto pidiendo a De Castro el cese de Mohand. Tradicionalmente en los partidos mayoritarios, los cargos públicos sólo son invitados a dimitir al ser llamados a juicio oral. Aquí se ha llevado la ejemplaridad a un nivel superlativo y ni así convencen a la derecha incombustible.
Y este listón lo sube Rojas justo cuando el PP estaba contra las cuerdas por el inicio del juicio contra Hassan Dris y el rifirrafe por la ayuda que Marín admite que una empresa suya cobró de Promesa. Justo entonces, los socialistas se hacen el harakiri que llevaban aplazando desde hace una semana. No pudieron esperar al lunes. Tenía que ser ya.
Por cierto, una hora después de que Mohand pusiera públicamente su cargo a disposición del presidente De Castro, una persona que durante mucho tiempo ha estado vinculada a la política me envió un documento que en su opinión enmierda un poco más al socialista. Supongo que esperaba que hoy me pusiera a hacer leña del árbol caído. Pero así es la vida. Hay quien ve la paja en el ojo ajeno y no ve la viga en el propio.
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