Categorías: Editorial

¿Somos o no somos?

Algunos paquetes que entran o salen de Melilla lo hacen, a veces, con un día o más de retraso porque tienen que pasar obligatoriamente por Madrid.

Fuentes consultadas por El Faro apuntaban ayer a Aduanas, como la responsable de que parte de la paquetería enviada o recibida en la ciudad tuviera que hacer una escala en la capital de nuestro país.
De esta forma, aunque el usuario paga la entrega en 48 horas, por ejemplo, el paquete, con suerte, llega en 72.
Aduanas se encargó ayer de despejar las dudas y se lava las manos. No tiene nada que ver con el retraso en algunos envíos que entran y salen de Melilla. La pelota está en el tejado de Correos, que no contestó a la llamada de este diario.
Si el retraso en el envío de paquetería fuera una situación generalizada en toda la península, sería entendible. El problema es que, al parecer, ocurre al menos en Melilla y nos afecta a los habitantes de este trocito de España.
Bastante tenemos los melillenses con ver cómo muchas webs que comercializan ropa o productos del hogar no realizan envíos a Melilla. Y esto no tiene nada que ver con que seamos un territorio extrapeninsular, porque muchas de estas tiendas virtuales sí contemplan las entregas de su mercancía en Baleares o las Islas Canarias.
Al retraso en la entrega de algunos paquetes enviados a (o desde) Melilla hay que añadir que con el aumento de las compras por internet, las plantillas de toda la vida de Correos se han quedado cortas. Eso llevó ayer a los trabajadores afiliados a Comisiones Obreras a denunciar “precariedad laboral” a las puertas de la oficina del barrio del Industrial.
Las compras online son un fenómeno que irá a más, en especial en una ciudad como Melilla.
Los expertos consideran que esto no tiene por qué enterrar al comercio de toda la vida. Eso sí, le obliga a ser más competitivo porque el cliente ve un producto por internet y luego se pasa a comprarlo por su tienda habitual. Allí lo adquirirá siempre que la diferencia de precio no se convierta en un obstáculo. De lo contrario, lo comprará en una página web y esperará pacientemente a que llegue a Melilla.
Correos está abocado a ser más eficiente. Los estudios apuntan a que el uso de drones agilizará las entregas de paquetes, pero mientras eso llega a la ciudad, lo más sensato es que tengamos las mismas condiciones de envío de paquetería que el resto de españoles. ¿Somos o no somos? Somos, y por eso queremos que, como mínimo, nos expliquen si se debe a una cuestión de seguridad, de precariedad laboral o de burocracia porque Aduanas ya ha dicho que no tiene nada que ver. Correos tiene ahora la palabra.

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