El diputado y presidente de Somos Melilla, Amín Azmani, ha hecho públicas sus preocupaciones y condena por el reciente ataque sufrido por la COA, donde la línea de autobús de Cabrerizas ha sido víctima de un apedreamiento.
Desde el partido indican que este nuevo incidente ha dejado sin servicio de transporte a todos los vecinos de Cabrerizas. "No puede ser que cada vez que haya una agresión, todos los vecinos de una zona sean los perjudicados".
En este sentido, Azmani manifiesta su total comprensión y apoyo hacia la COA, al tiempo que insta a la convocatoria de una reunión urgente de la Junta Local de Seguridad Ciudadana. La finalidad de esta reunión, indican desde la formación, es coordinar acciones entre la Policía Nacional, Guardia Civil y Policía Local con el objetivo de intensificar las investigaciones y tomar medidas que garanticen la seguridad y el bienestar de los ciudadanos. "Debemos arrinconar a estos sinvergüenzas que solo pretenden causar daño y perjudicar al conjunto de la ciudadanía", ha manifestado el diputado.
Asimismo, Somos Melilla condena firmemente estos actos vandálicos y urge al Gobierno de la Ciudad a intervenir de forma inmediata y efectiva.
Finalmente, Azmani hace un llamamiento a la COA para que restablezca el servicio lo antes posible tras reparar los daños, algo que le consta están haciendo ya. "Ante hechos vandálicos, lo que no puede ser es que se interrumpa un servicio público esencial de forma casi indefinida. La COA desempeña un papel crucial para nuestra ciudad y es imperativo que su funcionamiento no sea interrumpido por actos de este tipo", ha finalizado.
El apedreamiento de un autobús no es un caso aislado. Muy al contrario, ha ocurrido ya muchas veces en Melilla y de nada han servido por ahora las denuncias presentadas ante la Policía, como este lunes volvió a hacerse por parte de los directivos de la cooperativa.
Según ha explicado el asesor de la COA, Lino Ferrer, los hechos ocurrieron sobre las seis y media de la tarde y provocaron la rotura de uno de sus cristales laterales cuando todavía había pasajeros dentro del autobús.
Para Ferrer, lo importante no es ya siquiera el coste de la luna rota, que está algo por debajo de los 3.000 euros, sino el hecho de que la COA tenga que dejar parado uno de sus vehículos por un tiempo que ahora mismo no puede calcularse porque depende incluso del momento en que ese repuesto llegue a la ciudad.
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