El paso de Barrio Chino continúa sin funcionar como debería. Las autoridades de Marruecos continúan con su política arbitraria a la hora de determinar que mercancía puede atravesar la frontera y cual no. Cientos de personas se acercan cada día al control sin sabes si finalmente podrán pasar con los productos que cargan o si será una jornada perdida.
La incertidumbre es la peor de las amenazas que puede sufrir el comercio. No saber si la inversión y el trabajo dedicados a determinada actividad van a obtener algún rédito espanta a la compraventa. La inseguridad y la desconfianza no son buenos compañeros de viaje de los negocios.
Muchos empresarios de Nador quieren que las mercancías lleguen preferentemente a través de puerto de la ciudad y las autoridades del país vecino están en sintonía con ellos.
El en un tiempo fructífero comercio en la zona ha sufrido un declive paulatino y amenaza con desaparecer.
No se puede dejar morir el comercio transfronterizo sin ofrecer alguna alternativa a los cientos de personas que viven de ello, aquí y en Marruecos.
Si es sistema se ha agotado hay que buscar otras opciones que compensen la riqueza que se ha perdido en el camino.