Opinión

¿Solos con Marruecos?

Marruecos no se ha quedado de brazos cruzados y ha enviado cartas a los principales políticos españoles para hacerles partícipes de su malestar por la acogida en un hospital de Logroño del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, que habría entrado en nuestro país con identidad argelina falsa y en avión privado para supuestamente evadir la causa abierta en su contra en la Audiencia Nacional por delitos de torturas, genocidio o violación.

Según publicó ayer El Mundo, Pablo Casado, líder del PP, ha mantenido contactos con líderes marroquíes y se ha comprometido con ellos a preguntar sobre este tema al Gobierno de España.

Entiendo que desde Melilla no han tenido la posibilidad de hablar con Génova para explicarle la letra pequeña del conflicto, apelando a la (para nosotros evidente) política de chantaje de Rabat hacia España y cómo Marruecos patea el trasero del Gobierno central en una operación en la que Ceuta y Melilla ponen el culo.

También entiendo que como a Casado le dé por ponerse del lado de Marruecos en este o en cualquier otro conflicto que reviente en el corto plazo, al PP de las ciudades autónomas les faltará rincón donde esconder su incongruencia.

Por mucho que Imbroda haya sido el primer político que planteó en un discurso oficial dar la espalda a Marruecos y empezar a mirar hacia Europa, si Casado sigue por donde va y Vox se hace con la bandera de la defensa de nuestra soberanía española, la sangría de votos será monumental.

Ya es hora de que el PP supere la resaca de los resultados electorales en Madrid y empiece a pensar en la remontada en aquellos territorios donde el Partido Popular ya no es lo que era. En estos momentos lo último que necesitan los populares de Melilla o Ceuta es un discurso pro marroquí.

Ojo, en el contexto nacional, entiendo que Casado pueda justificar su ‘cortesía’ con el argumento de que lo mejor para España es llevarse bien con su vecino. Puede seguir por ahí, pero debería tener claro que esta ciudad le aporta un escaño, que en estos momentos las encuestas atribuyen a CpM. En ningún caso, los melillenses queremos ser moneda de cambio o convertirnos en el sacrificio necesario.

¿Qué ha pasado para que los populares sean la única formación política española que ha contestado a Marruecos? ¿Es sólo una respuesta sin más? ¿Una metedura de pata? Sinceramente, creo que sería una pena (para el PP de Melilla) que, en efecto, Casado se haya retratado en soledad. No es sólo una foto. Es la foto, como aquella de Colón que se convirtió en el principio del fin de Ciudadanos.

Ya sabemos que cuando el PP de Rajoy gobernaba en Moncloa, los populares no movieron un dedo para conseguir que Marruecos investigara el asesinato de Emin y Pisly. Tampoco hemos visto que hayan movido cielo y tierra en Europa, donde pertenecen a un grupo potente dentro del Parlamento, para que la UE tercie en la reapertura de la Aduana comercial de Melilla o fuerce a Rabat a reconocer las exportaciones de los empresarios de nuestra ciudad como movimientos de mercancías hechas por españoles.

Pero si a eso sumamos que en esta guerra económica, el PP se pone de parte de Marruecos, apaga y vámonos. La dirección nacional del partido se lo pone muy difícil no sólo a los suyos de Melilla y Ceuta, sino también a su gente de Almería y Murcia, alarmados como están con el aumento de las exportaciones de tomate marroquí, más barato y con menos controles, que el tomate que crea miles de puestos de trabajo desde Mazarrón hasta la comarca de Níjar. Vox ha visto el filón y le ha quitado ese electorado murcianico y almeriense que vive de la agricultura. ¿Van a arriesgar también Melilla?

Hasta para ser diplomático hay que pensar en las consecuencias. De la misma manera, si Casado quiere renovar el PP de Melilla, se lo pone muy difícil a una candidatura patrocinada desde Génova. Obligaría a la militancia a elegir entre Imbroda, que no acostumbra a ponerse de perfil en el cuerpo a cuerpo dialéctico con Rabat, y quien ose echarle un pulso representando a quienes se reúnen con Marruecos con la intención de poner al Gobierno de Pedro Sánchez contra las cuerdas. Ha sido un error de cálculo imperdonable. Un paso atrás en esta guerra diplomática con Marruecos, uno solo, y nos hunde a Ceuta y a Melilla en el barro.

Los votantes no perdonan a los partidos que en Madrid dicen una cosa y en provincias, otra. Todos sabemos en qué terminan esas desavenencias. Todos sabemos lo que es la disciplina de partido. Si Imbroda ya lo tiene difícil para mantener las riendas del PP, ahora se lo ponen peor. Su discurso de “Marruecos nos asfixia” no encaja con el encuentro que, según El Mundo, Casado ha tenido con políticos marroquíes para asegurarles que preguntará por el conflicto de Brahim Ghali en el Congreso.

Ya puestos, que pregunte también por la Aduana de Beni Enzar; por los menores que Marruecos no quiere recibir de vuelta; por la frontera cerrada o por la penalización a los empresarios a Melilla. Si quiere enmendar su desliz, que se luzca.

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