Sobre los planes estratégicos para Melilla

No cabe duda que el comercio fronterizo como se había venido desarrollando en los últimos años ha llegado a su fin. Quizás antes de lo esperado, pero la pandemia y las ambiciones anexionistas de Marruecos lo han precipitado. Y no hay vuelta atrás.

Esta importante actividad que -directa o indirectamente- aportaba la mayor parte del PIB ‘privado’ de la Ciudad debe ser sustituida por otras. Pero no por ello, debemos abandonar la actividad comercial propia desde hace siglos de nuestra ciudad y para ello se necesita conseguir cuanto antes la reapertura de la aduana comercial y establecer un régimen ‘asimilado’ al de viajeros para el pequeño tráfico fronterizo cuando se levanten las restricciones sanitarias. Sin el restablecimiento de las buenas relaciones con Marruecos tal como ha manifestado la UE no se podrá crear una zona de prosperidad compartida. Por supuesto, sin aceptar más chantajes ni desplantes diplomáticos por su parte.

La iniciativa del Gobierno de España, anunciada hace semanas por los Secretarios de Estado, tras los sucesos de Ceuta es muy de agradecer. Pero creo que, más que proponer un Plan estratégico desde Moncloa, se deberían estudiar las propuestas concretas que se hagan desde la Ciudad Autónoma una vez tengamos las conclusiones finales de los grupos de trabajo. Desde hace más de un año se está trabajando en el Plan Estratégico 20-29 impulsado por la CAM. Hemos participado en cuantas reuniones se nos ha invitado salvo en la últimas Mesas en las que se deben fijar las conclusiones. Esperamos conocer pronto los resultados para dar nuestra opinión, al menos, la mía.

He leído con atención el Plan presentado por el PP que coincide casi en su totalidad con lo que íbamos a proponer desde la CEME cuando nos dieran opción de hacerlo. Salvo en el tema de la entrada en la UA (hay alternativas más viables) y la decisión de anular las excepcionalidades incluidas por España en el Acuerdo de Adhesión a Schengen, poco o nada puedo discrepar de sus propuestas. Cierto es que echo falta algo más de concreción y de cómo se van a articular las medidas con proposiciones de “lege ferenda”. Entiendo que el que haya preparado el PSOE de Melilla debe ser muy similar y me gustaría conocerlo al igual que el de CPM o Vox que también representa a una parte de los melillenses.

Las líneas maestras no deben ser muy dispares de uno a otro y todos ellos requieren una acción por parte del Gobierno nacional. El Turismo no se podrá potenciar sin una mejora de las infraestructuras aeroportuarias y del Puerto, una rebaja sustancial en los precios de los transportes y un incremento de las plazas hoteleras existentes. Las nuevas actividades relacionadas con las nuevas tecnologías, el impulso a la digitalización y las TIC no serán atractivas para los inversores si no se ofrece una ciudad agradable, limpia y segura en la que vivir. Las posibles pequeñas industrias de manufacturas de materias primas o productos semiterminados que tengan que venir de fuera no serán factibles sin abaratar el coste del transporte de mercancías y un cambio en las actuales Reglas de origen.

Otras actuaciones dependen de la Ciudad. La construcción es innegablemente un generador directo de puestos de trabajo por lo que se debería impulsar la rehabilitación energética del parque actual de viviendas y naves comerciales usando para ello los Fondos de la UE y con el nuevo PGOU facilitar y hacer atractiva la inversión en la rehabilitación de nuestro patrimonio modernista y en nuevas viviendas -muchas de ellas sociales o VPO- que permitan ofrecer mejores condiciones a los funcionarios, a los estudiantes foráneos y a los profesionales que lleguen a nuestra Ciudad. Con ello, se conseguirá además abaratar el precio de los alquileres y el acceso de viviendas a los jóvenes.

Por supuesto que todas las inversiones públicas y el incremento de la presencia del Estado en cuestiones de Defensa, Seguridad, Sanidad, Educación y Justicia son más que bienvenidas. Pero habrá que ver si las mismas se pueden poner en marcha a corto plazo y sin olvidar que deben ser acciones tractoras de la iniciativa privada. Y para que lo sean, los empresarios necesitamos -antes que nada- seguridad jurídica y agilización y transparencia en los procedimientos administrativos. Últimamente, hay demasiados “errores” en las adjudicaciones de licitaciones públicas y se otorgan a dedo trabajos propios de empresas a ciertas organizaciones “sin ánimo de lucro” sin necesidad ni justificación para ello.

No se pueden adoptar medidas para cambiar la grave situación económica y social -no nos olvidemos que tenemos casi un 38% de la población en situación de pobreza y la tasa de paro juvenil más alta de Europa- sin tener en cuenta que los empresarios somos “parte de la solución” y se deben escuchar nuestras propuestas y no solo la de algunos funcionarios alejados de la realidad o de los políticos que solo buscan réditos electorales cortoplacistas.

Quedamos a la espera de ver las propuestas de todos los partidos y, sobre todo, las conclusiones del Plan Estratégico para que nos pongamos todos a trabajar en una sola dirección como venimos pidiendo los empresarios desde hace mucho tiempo. ¿Qué se podría haber hecho antes? Posiblemente. Pero no es el momento de echarse barro unos a otros ni de poner palos en las ruedas o mirar al pasado. Tenemos que ganar nuestro futuro. Y es, ahora o nunca.