El ministro de Sanidad Salvador Illa ha advertido de que la pandemia evoluciona a peor y que esperan unas semanas duras en las que van a aumentar los casos, la positividad y la presión hospitalaria.
Lo que es evidente, es que la flexibilización de las restricciones durante las fiestas de Navidad han provocado un repunte notorio devido al aumento de los contactos sociales y a la movilidad.
En Melilla, ayer hemos sumado una bueva víctima mortal decoronavirus, la 45 desde que comenzó la pandemia, y el nñumero de casos activos a vuelto a superar la barrera de los 400 infectados. Se ha pasado de tener una tendencia positiva, en la que se registraban más pacienmtes curados que nuevos engermos a un crecimiento exponencial del nñumero de contagiados.
Cuando hay cifras buenas, quizá hay que apostar por mantenerlas y no aprovechar que se producen para dar mayor permisividad. Es posible que la reducción de las normas sanitarias tengan consevcuencias muy negativas y tengamos que arrepentirnos. Las autoridades sanitarias auguran unas malas fechas, de hecho está aumentando la presión hospitalaria al haber más ingresos, sobre todo de personas mayores. Si la situación no mejora, habrá que buscar decisiones que sean cumplidas a rajatabla para no tener que asistir a otra curva despiadada que nos devuelva a los peores tiempos de la segunda ola, la que más víctimas dejó en nuestra ciudad.