El goteo de ciudadanos sirios que llega a nuestra ciudad continúa incesante. Así lo aseguraron ayer a El Faro fuentes del Centro Temporal de Estancia de Inmigrantes (CETI). La nacionalidad siria continúa así siendo la mayoritaria en unas instalaciones que esta semana han llegado a albergar a 929 residentes, una cifra elevada, aunque para que el centro está preparado tras las obras de ampliación que se hicieron el año pasado.
Esta llegada incesante, aunque no masiva, de ciudadanos sirios explica que mientras que el domingo se hablara de que había en las instalaciones alrededor de 860 personas, tras el salto de 111 subsaharianos, y unos días después el dato se haya elevado.
No obstante, la política de traslados a la península en la que tanto ha insistido el actual delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, continúa activa para evitar que el centro se sature más de lo necesario. De hecho, ayer la cifra de acogidos se redujo hasta 860 después de que el martes fueran trasladados a la península un total de 69 residentes, según indicaron a este periódico las mismas fuentes del centro.
250 sirios en el CETI
En cuanto a las nacionalidades, los sirios son mayoría, con un total de 250, seguidos de 125 personas originarias de Guinea Konakry y 120 argelinos. A pesar del incremento de residentes de las últimas semanas, en las que a la habitual entrada de sirios solicitantes de asilo se ha sumado la llegada de subsaharianos, la convivencia por el momento es tranquila según aseguran desde las instalaciones.
Sin problemas
Por el momento, no se están produciendo problemas ni entre las personas que viven en el centro ni entre los empleados que, claro está, tienen ahora más volumen de trabajo debido al incremento de residentes. No obstante, la cifra de inmigrantes del CETI sigue muy lejana a los más de 2.000 que se llegaron a concentrar en el año 2014 tras numerosas entradas masivas saltando la valla. Fue precisamente aquella sobreocupación, que obligó incluso a instalar tiendas de campaña del Ejército para dar cobijo a estas personas, lo que acabó llevando a realizar obras en las instalaciones para dotarlas de más capacidad. Las 480 plazas para las que fue creado el centro se quedaron muy cortas para la realidad que desde entonces vive nuestra ciudad.
El último salto
El último salto a la valla se produjo este pasado domingo y fue uno de los más masivos que se han registrado en la ciudad en los últimos tiempos. Un grupo de 250 inmigrantes intentó saltar la alambrada por diferentes puntos del perímetro y al menos 111 lograron entrar en Melilla e ingresaron en el CETI. Por lo menos tres de ellos tuvieron que ser trasladados al Hospital por heridas de diferente consideración que se produjeron durante el salto. Fue la tercera entrada en una semana.
Aunque la mayoría de los inmigrantes subsaharianos que hay en Melilla vive en el CETI, también hay algunos que residen en centros de menores. Según explicó ayer el consejero de Bienestar Social, Daniel Ventura, en declaraciones a El Faro actualmente hay trece menores en instalaciones tuteladas por la Ciudad que entraron en el salto a la valla del pasado domingo. Junto a ellos, ayer mismo llegaron otros siete subsaharianos que también decían no haber cumplido los 18 años. Ventura indicó, además, que en algunas ocasiones se produce el ingreso de inmigrantes que indican no haber alcanzado la mayoría de edad pero que realmente sí ha superado esta barrera y son trasladados al CETI si se comprueba que tienen más de 18 años.
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