La presencialidad vuelve a las aulas de Melilla después de que el curso anterior se redujeron las horas lectivas. “Aplaudimos la vuelta a la presencialidad porque, aunque las medidas que se tuvieron que tomar han demostrado ser necesarias porque la incidencia en las aulas ha sido mínima, es verdad que quedó de manifiesto una falta de medios tecnológicos y falta de recurso entre el alumnado”, señaló a El Faro Mohamed Al-Lal, responsable de la Federación de Enseñanza de UGT en Melilla. “Eso ha dificultado mucho que se pudiese mantener el ritmo habitual de las clases”, expuso.
Desde CSIF, Sergio Ramírez, expuso que “la pandemia sigue ahí”. Aunque cree que ya “se ve la luz al final del túnel”. La presencialidad la ven “correcta”, pues “está claro que la Educación tiene que ser presencial” y resaltó el esfuerzo que realizó la comunidad educativa, especialmente los profesores, para sacar adelante las clases a distancia.
Para volver a la presencialidad, sobre la que incidió que es fundamental, Ramírez recalcó que desde CSIF pidieron dos puntos: que los docentes estuviesen vacunados y que se mantenga el cupo COVID, principalmente para bajar las ratios.
“Que se vuelva a la educación presencial, desde luego es fundamental”, expresó por su lado, Ricardo Jimeno, de CC.OO. Quiso matizar que se ha demostrado que la enseñanza online está bien, pero como apoyo y que la presencial es insustituible, especialmente para los más pequeños. Es por ello que ven bien que se pueda retomar la enseñanza presencial siempre y cuando se pueda contar con todas las medidas de seguridad sanitarias contra el covid.
José Luis López Belmonte, miembro de SATE-STEs , subrayó que siempre que se mantengan los criterios de exigencia y la garantía de la salud entre el profesorado y el alumnado, aceptan que se restituya la ratio habitual.
Acerca de que se mantengan los 170 profesores del cupo covid, Jimeno cree que es una maravilla. “Lo que ya no es tan magnífico es que no sabemos con los espacios que se va a contar” porque hay que tener en cuenta que las horas estaban partidas, señaló. Es por ello que, teniendo en cuenta la masificación que hay en las aulas de Melilla, a CC.OO. le preocupa saber qué espacio se dará a este grupo de docentes.
Al-lal cree que también es importante que se siga manteniendo la distancia de seguridad entre los alumnos, el uso de mascarillas, la higiene, etc. y en los niveles inferiores se necesita un personal de apoyo en añadido para ello, como pueden ser técnicos de infantil, conserjes. Subrayó que siempre han pedido que este personal sea fijo y no dependa de unas circunstancias concretas.
Ramírez apuntó también a que hay que bajar las ratios, un asunto que “ha sido una dejadez año tras año”. Relató que, desde CSIF, no piden subidas de nóminas o asuntos por el estilo; sino que solicitan que baje el número de alumnos por aula y poder darles una educación de calidad. “Es fundamental bajar las ratios con el cupo covid”, expresó.
Además, Ramírez criticó que el alumnado de Ceuta y Melilla es el único que ha perdido presencialidad en todo el país por el número de niños y niñas que había por aula, a pesar de haber estado advirtiendo sobre el asunto desde hace años. “Han perdido entre dos horas y media y tres horas por día” y cree que la calidad de la enseñanza ha bajado.
Jimeno expuso también que hay aulas donde hay más de 30 alumnos en numerosas aulas, las cuales no son lo suficientemente grandes para guardar la distancia de seguridad. Dada la situación, piensa que el curso debería comenzar con todos los estudiantes vacunados; eso sí, cree que la vacuna tampoco es la panacea porque ya se está viendo que hay personas con la pauta completa que se han contagiado, eso sí, más leve que si no tuvieran la vacuna. “Abogo por comenzar el curso con las máximas garantías posibles”, manifestó.
Recalcó que las ratios son “inviables” y puso en valor que este año, los alumnos han estado más contentos de poder estar con 15 o 20 compañeros en cuenta, pues se ha aprendido más, se ha escuchado más al profesor al escucharse mejor, etc.
Por su lado, López también cree que este año “se ha atendido extraordinariamente bien” al haber un número reducido en clase, permitiendo a los docentes poder avanzar de una manera mucho más rápida en las distintas materias. “El camino debe ir en esa dirección y que, por una vez, el Estado sea consciente de que es inasumible el número de alumnos que tenemos y que tiene que compensarlo”, pues la calidad educativa desciende y es un plus de carga laboral para los docentes. Sabe que se han estado buscando espacios, pero insistió en que tienen de media un 25% más de alumnos por aula que el resto del país; de ahí que lo óptimo sería contratar a unos 210 docentes más.
En añadido, puso el foco también en que el índice de profesores por estudiante en Melilla es muy bajo y, aunque ven bien que se mantengan los 170 del cupo covid, estiman que harían falta alrededor de unos 200. También acentuó la importancia que los jóvenes de a partir de 12 años estén vacunados por la importancia que tiene mantener la salud pública y para que los profesores puedan desempeñar su labor de la mayor manera posible.
López hizo hincapié en que hay que tener en cuenta que, durante el verano, parte de la población no está en Melilla y posiblemente no hayan podido vacunarse, señalando que cree que una parte importante del alumnado debería estar vacunado. Ramírez, de CSIF, anima a todo el cuerpo docente, que no ha querido vacunarse, hacerlo lo antes posible. Al-lal tiene entendido que la vacunación se ha ralentizado, lo que dificulta comenzar el curso con la inmunidad de grupo. Aún así, recordó que durante el periodo anterior, cuando Melilla tenía los peores datos de incidencia de todo el país, se mantuvo a raya la pandemia dentro de los centros educativos. Por lo tanto, cree que si se mantienen las mismas medidas que el curso anterior, no debería existir un mayor problema.
Acerca del número de profesores, Al-lal se preguntó si el cupo covid seguirá adelante los próximos años, pues estos 170 docentes de más era un número de personal que venía haciendo falta desde hace años, expuso. Así pues, tienen la inquietud de si este cupo se mantendrá en los próximos años y es que subrayó que históricamente, Melilla ha tenido déficit de profesores, de casi 20 puntos. Este cupo ha conseguido reducir la diferencia, pero si, cuando el coronavirus deje de ser un problema, se dejen de hacer estas contrataciones, la educación se retrotraería a los tiempos anteriores a la pandemia. Por ello piensa que este cupo covid debería pasar a llamarse ‘cupo ordinario’. “Ese personal hace falta”, señaló.
Aún añadiendo personal, Al-lal expuso que faltarían espacios para crear los nuevos grupos. Habiendo un nuevo centro en construcción, cree que es aliviar un poco la situación, pero a medio plazo, ya que los nuevos colegios tardan años en completar su cupo de alumnos, pues se completan los primeros años de la edad escolar, pero los alumnos del resto de cursos están en otros centros y además, las familias suelen ser reticentes a cambiar a sus hijos e hijas a un colegio o instituto que no conocen. Por ello piensa que deberían haber dos más de Infantil y Primaria y otro de Secundaria. “Sabemos que es un esfuerzo económico importante, pero es necesario si queremos darle a Ceuta y Melilla la media que tienen el resto de comunidades”, apuntó. Si se hicieran ya estos centros educativos que necesita la ciudad, Al-lal estima que en siete u ocho años ya se tendría una media de ratios mejor.
Desde CSIF señalan que hacen falta dos centros más de Infantil y Primaria y dos de Secundaria para bajar las ratios. Ramírez argumentó que, aunque la presencialidad es la vía, lo ideal es con 20.25 niños, no con 30 o más. “Es que con 35 alumnos, hay veces en las que no caben en el aula, no es que estén apretujados, es que ni cabe”, aseguró. Todos los años, relató, entre aulas e incluso entre centros, se pasan sillas y mesas.
Ramírez también cree que hay que mantener el cupo covid más años, además de seguir con la limpieza covid, con la compra de material anticovid, y contar con los apoyos Covid de los planes de empleo. Recalcó que estos planes deben mantenerse todo el curso y no cambiarse a mitad de curso.
Al-lal, de UGT, enfatizó que un punto positivo de este curso es que los interinos van a recibir sus nóminas “en tiempo y forma” a diferencia de años anteriores, pues cobraban la de septiembre y octubre juntas finales de este último mes.
También quiso poner el acento sobre la estabilidad de los interinos, señalando que han quedado 38 plazas sin cubrir. Expuso que desde UGT llevan tiempo llamando la atención sobre que, tras la firma del plan de estabilización, no se ha optado por un sistema de acceso transitorio.
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