El delegado del Gobierno en Melilla, Gregorio Escobar, afirma que están instalados ahí de forma voluntaria y señala que su desmantelamiento es competencia de la Ciudad.
El delegado del Gobierno, Gregorio Escobar, confirmó ayer que los inmigrantes que en estos momentos se encuentran viviendo en unas chabolas junto al Río de Oro lo hacen de forma voluntaria pues ninguno de ellos ha sido expulsado del Centro de Estancia Temporal (CETI).
Con estas palabras, Escobar salió al paso de la polémica surgida como consecuencia de la existencia de este pequeño poblado de chabolas que en estos momentos agruparía a unas cincuenta personas aproximadamente.
En cuanto a las razones por las que estos inmigrantes decidieron salir del CETI, Escobar declinó ofrecer ningún tipo de información pues según parece, estos subsaharianos salieron del centro al temer que fueran a ser expulsados a sus países de origen, situación que no se ha producido.
En cualquier caso y a preguntas de los periodistas, Escobar comentó que por el momento no hay ninguna previsión de que estos inmigrantes vayan a ser expulsados de esas chabolas, entre otras cuestiones porque no es un problema cuya solución dependa de la Delegación del Gobierno sino de la Ciudad Autónoma.
Sobre este punto ya se pronunció en su día Escobar al afirmar que pese a ser una competencia de la Ciudad, desde Delegación estaban dispuestos a colaborar en todo lo posible con el fin de evitar más chabolismo y reconducir una situación poco deseable en la ciudad, pues hace muchos años que desapareció el chabolismo como forma de vida.
Pese a ello, no se han apuntado las medidas que podría tomar Delegación para colaborar con la Ciudad entre otras cuestiones porque desde el Gobierno local tampoco se ha establecido por el momento ningún tipo de solución al respecto.
De momento el campamento de chabolas sigue en la misma ubicación inicial sin que se haya notado el aumento de inmigrantes viviendo en él. De hecho, el delegado del Gobierno confirmó que en estos momentos el CETI se encuentra a plena capacidad pero sin problemas, pues hay albergadas unas 550 personas a pesar de las últimas salidas, como por ejemplo la más reciente de los bengalíes.
“Estamos dispuestos a trabajar con la Ciudad para evitar el chabolismo”, afirmó Escobar, quien recordó que en los últimos días no se había producido ningún intento de entrada ilegal en Melilla gracias a la labor que llevan a cabo las Fuerzas de Seguridad del Estado en todo el perímetro fronterizo.
De hecho, la última de ellas fue la entrada de unos siete inmigrantes que lograron entrar a Melilla a través de la valla perimetral, en concreto por la zona del barrio chino. Pese a ello, fueron expulsados a Marruecos ya que las autoridades de aquel país decidieron aceptar la petición española.
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