Sin sillas, con 32 niños por aula y sin horarios, así está el Velázquez

El colegio ‘sufre’ la falta de organización del Ministerio de Educación que ahora le exige cambiar las clases para que pasen de 55 a 45 minutos.

Matriculaciones de última hora, revisión de las decenas de becas para material y transporte escolar, la atención a los padres, la falta de mobiliario en el centro y por si fuera poco, el enfado de los profesores que tienen que cambiar sus horarios de clase. Todo esto es lo que lleva a sus espaldas el equipo directivo de un colegio público. Fuentes de la dirección del Velázquez aseguran que, por si no tenían suficiente trabajo en el colegio con el inicio de curso, ahora les toca reorganizar las clases porque un “capricho” del Ministerio de Educación .   Se preguntan por qué la Administración echa a atrás sus horarios  cuando ya se ha iniciado el curso, si el Ministerio tiene estos documentos desde julio.
La polémica por el cambio de horario en diez centros no se ha termiado aún. El Ministerio exige que el tiempo de cada clase sea de 45 minutos y no de 55, que es lo que reservaron estos centros. Ahora les toca modificar los horarios para que al día se den seis clases y no las cinco habituales. La justificación de la Administración para esta nueva medida es que es una forma de que los alumnos reciban lecciones de Lengua y Matemáticas a diario.
Pero en el colegio Velázquez no están de acuerdo con esta justificación. Afirman que es una “excusa barata”. Fuentes de la dirección del centro explican a El Faro que en su colegio se dan a diario clases de estas dos asignaturas, por lo tanto, no le parece que reducir las lecciones a 45 minutos sea una exigencia para facilitar que haya lecciones de Lengua y Matemáticas todos los días.

El Ministerio no trabaja
Fuentes de la dirección del centro resaltan que tampoco los maestros entienden por qué tienen que cambiar los horarios después de tres semanas de clase.
Toda la documentación sobre la organización del centro se envió al Ministerio en julio, por lo tanto, los técnicos han tenido dos meses para revisar y encontrar lo que ahora es un fallo. Por ello, aseguran que la falta de organización, de interés y de trabajo durante el verano por parte de la Administración les obliga en pocos días a rehacer una planificación en la que invirtieron mucho tiempo. En consecuencia, rechazan las declaraciones del Ministerio, que aseguró a El Faro que desde abril los centros tenían conocimiento de la exigencia de los 45 minutos por clase. Los docentes afirman que es una decisión que la Administración “toma de buenas a primeras”.
También rebaten lo que señala la norma. Por un lado, el Ministerio asevera que la ley dice que las lecciones deben de durar 45 minutos. En cambio, desde el Velázquez se indica que la normativa especifica que los colegios tienen autonomía para decidir si las clases duran entre 30 y 60 minutos.
Fuera del lío entre lo que dice o no la normativa hay más problemas que se tienen que analizar en los centros, entre ellos, la elevada ratio. El Velázquez tiene a unos 32 alumnos por clase, es decir, que supera en dos estudiantes el máximo que marca la legislación. Mientras que los escolares llegan a clase, abren los libros, escuchan al maestro y prestan atención, se pierden unos diez minutos. Una clase de 45 minutos es, teniendo en cuenta esta situación, muy poco tiempo para dar una lección. Así lo aseguran las fuentes de la dirección del centro. Y a los maestros de Educación Física, por ejemplo, les harán falta más minutos porque salen al patio con los grupos y luego los tienen que volver a llevar a las aulas.
Desde el Velázquez se afirma que la persona que ha determinado esta nueva forma de horario no tiene ni idea de cómo se organiza un centro. No es desde un despacho en Madrid, sino en las clases de los colegios de Melilla donde hay que dar lecciones a más de 30 niños y cumplir unos objetivos a final de curso, critican.
Fuentes de la dirección del centro aseguran que el cambio del horario no es el único problema al que deben hacer frente en los próximos días. Aún no les han llegado las sillas y las mesas que necesitan para sus alumnos. Además, tienen mucho trabajo atrasado de temas administrativos porque se han dedicado en los últimos días a sellar las becas de material y transporte escolar.

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