Categorías: Editorial

Sin propuestas ni alternativas

El desempleo, el alto número de trabajadores desocupados, es sin duda el mayor problema de nuestra ciudad.

Los datos correspodientes a junio indican que por segundo mes consecutivo Melilla es la única región donde aumenta el número de parados. Tambien es la única (en esta ocasión, junto con Ceuta) donde hay más desempleados que hace un año.
La imprecisión en los datos ofrecidos ayer por Esther Azancot, directora del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), no permite comprobar hasta qué punto este incremento del paro se debe a la finalización de los planes de empleo. Tampoco es posible conocer el nivel de incidencia que tienen los parados que llegan a nuestra ciudad desde otros puntos del país. Curiosamente, Azancot ofrece el número de los trabajadores desocupados que vienen, pero afirma que no sabe cuántos se marchan de Melilla.
En consecuencia, es difícil hacer un análisis detallado porque falta concreción en las cifras. Precisamente este aspecto monopoliza en gran medida el debate  sobre el paro en nuestra ciudad: La influencia que en cada momento tienen los planes de empleo y el interés de cada interlocutor en concederles más o menos peso a la hora de explicar el incremento o la disminución del paro, según haya sido la evolución cada mes.
En cualquier caso, hay dos aspectos evidentes. El primero, sobre el que no cabe discusión, es que hay más parados que hace un mes (614) y que hace un año (837). El segundo, que la única medida efectiva para reducir el número de trabajadores desocupados son los planes de empleo. Tanto Gobierno como oposición coinciden en que no son la solución definitiva, se trata de una medida de choque. No debería aplicarse más que de modo puntual para corregir desviaciones imprevistas en el mercado laboral o para hacer frente a situaciones de emergencia. Sin embargo, se han acabado convirtiendo en un socorrido salvavidas ante la más que evidente falta de ideas y propuestas para encarar el desempleo desde otras perspectivas. De hecho, en breve se pondrá en funcionamiento otro plan de empleo, al que hay que añadir el plan de inserción laboral, que todavía no se ha puesto en marcha y que ,a pesar de ello, ya se planifica el segundo sin tener sobre la mesa los resultados del primero.
¿Cómo abordamos el problema del paro en Melilla para que deje de ser un problema crónico? ¿Qué hacemos para que primero las listas del paro dejen de crecer y luego comiencen a disminuir? La pregunta lleva tiempo en el aire sin respuesta. Sólo se escuchan reproches de unos y excusas de otros. Las críticas exigiendo que se tomen medidas se mezclan con la promesas de seguir trabajando para combatir el desempleo. Sin embargo, no queda claro qué medidas reclaman los primeros ni qué proyectos desarrollan los segundos. Ambos están centrados en los parados, cuando la solución debe buscarse en los empresarios. Cuando nos preguntemos cómo incentivar la actividad de las empresas locales y qué hacer para que las foráneas vengan a instalarse en la ciudad, quizá dejen de  ser tan imprescindibles iniciativas como los planes de empleo o de inserción, que distorsionan las cifras del mercado laboral.

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