Dice Fidel Moga, del PSOE de Melilla, que nuestra ciudad sufrió con el Gobierno de Mariano Rajoy un abandono sin precedentes en la historia. No voy a discutirle a un hombre al que muchos reconocen como el delegado del Gobierno en la sombra que los populares pudieron hacer más por nosotros. Siempre se puede hacer más. Eso no es discutible.
No me parece suficiente que hayan remodelado la frontera tercermundista que teníamos; hayan reforzado la valla con inversiones en malla antitrepa o que hayan aumentado la deducción del IRPF del 50 al 60% desde 2018.
Tampoco me parece que debamos contar como mérito que hayan normalizado la solicitud de asilo en nuestra ciudad y que hayan desatascado los traslados a la península de los refugiados.
Mucho menos creo que haya que aplaudir a los populares que mantuvieran la subvención del 50% en el transporte marítimo y aéreo con la península o que fomentaran la competitividad ofreciéndonos las mejores y mayores ofertas de conexión con la península que hemos tenido en esta ciudad.
Con ellos, es cierto, se atascó la obra del Mercado Central, no se inauguró ningún nuevo colegio y el Hospital Universitario durmió el sueño de los justos.
Por eso he disfrutado con ganas que Moga embista como un miura a Daniel Conesa. Estoy deseando ver las reacciones, aunque sean a toro pasado.
Pero el discurso del socialista me recordó a la otrora todopoderosa María Dolores de Cospedal cuando justificaba la parálisis y los recortes del Gobierno de Rajoy con “la herencia recibida”.
Pedro Sánchez llegó al poder en junio de 2018 tras la moción de censura que tumbó a Rajoy. Han pasado casi tres años desde entonces y ¿qué tenemos en Melilla? Cerró la aduana de Beni Enzar, cerró la frontera, se terminó el comercio atípico, no se respetan los traslados de migrantes a la península, se legalizaron las devoluciones en caliente; tenemos la peor y más cara conexión con la península y la gestión de la pandemia, en nuestra ciudad, que depende del Gobierno central, ha sido un asco; una tomadura de pelo, una vergüenza o como quieran llamarlo.
Pues bien, me gusta que Moga le plante cara a Conesa, pero que el popular trague no significa que el socialista tenga razón. No la tiene. Hoy estamos mal, muy mal pese a que las obras del Mercado central se inauguraron y supuestamente se retomaron las obras del nuevo hospital.
No podemos decir que el cambio de Gobierno en Madrid haya sido beneficioso para Melilla. Tenemos una inseguridad galopante porque la delincuencia heredada del PP se ha venido arriba con los socialistas en la Delegación. Y ahora, por primera vez en años, tenemos el hocico de Marruecos echándonos su vaho encebollado en el cuello.
Miren a su alrededor. Sigue muriendo gente. Hasta tres miembros de una misma familia han fallecido en esta ciudad porque el coronavirus está desbocado. Hemos sido noticia nacional porque hemos tenido las urgencias hospitalarias más colapsadas de España y encima nos dimos el lujo de autorizar la celebración de la Pascua Grande y hasta una boda de un miembro del Gobierno al que pertenecen los socialistas, bailando sin mascarillas y celebrando a todo tren.
Aunque la Consejería de Salud Pública dijo que iba a investigar lo ocurrido, seguimos sin ver los resultados de esa investigación. Y probablemente pasarán años hasta que sepamos que finalmente sí llevaban mascarillas invisibles.
El PSOE de Melilla no está en condiciones de hablar de la herencia recibida. Pobre del PP si le toca gobernar después del tripartito. Lo tendrá más difícil que Joe Biden para recomponer el odio que ha dividido en dos a los Estados Unidos; que ha sacudido su democracia y que, junto a la mala gestión de la pandemia, amenaza a la primera economía del mundo.
Me parece, sinceramente, una tomadura de pelo que nos anuncien que pese a la que está cayendo, Melilla tendrá prioridad para la vacunación anti-covid y que la semana que empieza ahora nos llegarán otras 1.000 dosis.
¿De verdad un millar de vacunas demuestra que somos una prioridad? ¿De verdad alguien en su sano juicio se lo cree?
En nada nos beneficia depender directamente de Madrid. En nada nos beneficia un Gobierno de PSOE en la Moncloa. Quieren nuestros votos y en cuanto se los damos nos pisan la cabeza.
Basta ya de mirar para atrás y de esconderse tras la herencia recibida. Tienen cuatro años para demostrarnos que pueden hacerlo mejor porque de momento todo lo que hemos visto es un aumento desproporcionado de la estructura del Gobierno. En lugar de formar una administración austera, tanto en Madrid como en Melilla, han creado monstruos cuyo funcionamiento deja mucho que desear.
Nos toman por tontos. Creen que no nos damos cuenta de que no tienen un plan B para esta ciudad.
La Democracia, tanto que deseábamos en "aquellos tiempos que perduran en el recuerdo,se la han cargado aquellos derechistas e izquierdistas que bebían los vientos por ella.Y han convertido sus partidos en corrales inespugnables para que los rebuznos sean azules o rojos, o incluso mezclas de ambos, muy ténues para que apenas canten mucho. Y vemos, con impotencia cómo se ridiculiza, se apalea verbalmente al que es de otra cuerda o color. Volvemos a lo mismo que se confirma cada día y en cada escena y que se resume en aquello que dice: "Si quieres conocer a Juanillo, dale un puestecillo". Porque si no, esto no marcha y los obsequiados conservan ese puestecillo como oro en paño, arremetiendo contra propios y extraños para no perderlo, caiga quien caiga.