Editorial

Sin inversiones previstas en seguridad

El Plan Estratégico Integral de Melilla hace referencia a la necesidad de ampliar la plantilla de la Policía Nacional y la Guardia Civil, una vieja reivindicación de los sindicatos y asociaciones de ambos Cuerpos, que lleva años cayendo en saco roto.

Sin embargo, pese a que el Plan reconoce que se debe ampliar la dotación de personal de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, no incluye ninguna previsión para el incremento de las plantillas o la mejora de las infraestructuras de la Jefatura Superior y la Comandancia de la Benemérita.

Admite, además el Plan Estratégico que Melilla tiene una tasa de criminalidad superior a la media española, pero paradójicamente la gente dice sentirse segura al caminar por la calle y eso quizás ralentice la urgencia de las inversiones.

Consultados al respecto, los representantes del Sindicato Unificado de Policía y la Unión Federal de Policía coinciden en lamentar que un plan que nace con el objetivo de cambiar el modelo económico de Melilla no contemple mejoras en seguridad ni tenga en cuenta la necesidad de reforzar la plantilla para afrontar los cambios en la frontera.

Uno de ellos, el control de las salidas a Marruecos, que se ha empezado a hacer desde que reabrió Beni Enzar en mayo pasado. El otro es el reto que supone afrontar el inicio del trasiego de mercancías previsto para enero próximo cuando se supone que abrirá la aduana comercial. Y un tercer motivo: la Operación Paso del Estrecho que este año se hizo con las habas contadas.

Porque aunque el Ministerio del Interior sacó 20 plazas de refuerzo para Melilla este verano, como no se pagan dietas ningún policía se desplazó a la ciudad y en la Jefatura Superior tuvieron que apañarse con los agentes en prácticas que cubrieron bajas y puestos de trabajo para los que no están preparados aún.

En Melilla llevamos muchos años hablando de frontera inteligente; de impermeabilizar la frontera y de agilizar el tráfico fronterizo. Sin embargo, en pleno siglo XXI los ciudadanos siguen esperando una media de tres o cuatro horas para cruzar a Marruecos. Eso no ocurre ni siquiera en los aeropuertos con más tráfico del mundo como los de Nueva York, París o Madrid y, por tanto, no debería ocurrir tampoco en Melilla.

De nada sirve que informaticemos la frontera si al cruzar a Marruecos los ciudadanos son sometidos a media hora de control de coches y pasaportes. El atasco, desde siempre, está y ha estado del otro lado y no se ha hecho nada hasta el momento para corregirlo.

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