Silvia Cano Moreno es la médico responsable del Área de Psiquiatría en el Hospital Comarcal de Melilla y recibió el viernes un galardón que nunca esperó: la Medalla de la Orden del Mérito Civil. Le fue entregada por el Rey en un acto muy sencillo y luego tuvo la oportunidad de hacerse fotos con su majestad y de compartir unos minutos de charla. Ella fue uno de los ciudadanos que, en nombre de sus autonomías, recibieron este reconocimiento y que pertenecen a diferentes sectores, como el ámbito sanitario, en el caso de Cano Moreno, la agricultura o los servicios. Todos fueron de sectores en los que el trabajo no cesó durante la pandemia. De hecho, la doctora aseveró a El Faro que este reconocimiento lo podría haber recibido cualquiera de sus compañeros del hospital porque se siente una más de ese gran equipo.
Cano Moreno fue acompañada solo de su marido porque otros años sí que podían ir más invitados, pero la pandemia ha limitado el aforo del acto. Explicó que se sintió muy nerviosa en esos momentos, pero que a la vez tenía un gran sentimiento de gratitud por recibir esta medalla.
–¿Cómo conoció que la habían elegido para recibir esta medalla?
–Pues hace poco tiempo, la directora gerente del hospital me lo comento. Y más adelante la Casa Real contactó conmigo, pero se hizo de forma discreta para no darlo a conocer antes de este acto.
Es una medalla y el ingreso a la Orden del Mérito Civil y le han dado este galardón a muchas personas de diferentes ámbitos, como la agricultura o la investigación. Es un reconocimiento al trabajo. Y en mi caso era un reconocimiento al trabajo médico y es que se lo podrían haber dado a cualquiera de mis compañeros, la verdad. Pero he tenido la suerte de que me propusieron a mí y he tenido el honor de recibir la medalla. Estoy encantada. Que te reconozcan el trabajo, siempre es de agradecer.
Hemos vivido, como sabe, unas circunstancias muy difíciles y creo que por eso ha sido mi elección. Con todo lo que ha pasado en el hospital... Y también que las personas en tratamiento en Salud Mental son aún más vulnerables en una situación de crisis. Entiendo que eso también se ha valorado y destacado.
–¿Cómo ha sido este año largo de trabajo bajo el Covid-19 teniendo en cuenta que los pacientes de Salud Mental no pueden ver interrumpido su tratamiento?
–Pues en los primeros días del mes de marzo fue muy complicado. Y es que, además, tuvimos la mala suerte de que en la planta de Psiquiatría, el personal ingresado, así como los profesionales, como enfermeras, auxiliares e incluso familiares se infectaron. Tuvimos una planta con pacientes psiquiátricos y con infecciones por covid y con la mitad de la plantilla afectada y de baja. Esto supuso una complicación importante.
Pero como se hace en estas situaciones, salimos con el trabajo de todos y en equipo. Contamos con mucha ayuda de la dirección y los compañeros de Medicina Interna hasta que mejoró la situación.
También teníamos el reto de que no podíamos interrumpir el tratamiento de nuestros pacientes mentales más graves. Y entre todos, con la Unidad de Salud Mental, y con mucha implicación de enfermería y de los psicólogos, logramos que se hiciera seguimiento a los enfermos por teléfonos. Incluso seguimos yendo a los domicilios a poner medicación porque hay pacientes con fármacos de larga duración y que se ponen con inyectables y tenía que ir el personal sanitario. Y todo esto con las dificultades que esos primeros días en los que no teníamos materiales de protección como ahora. En esos primeros momentos, no fue una labor mía, sino de mi equipo y de todo el hospital. Siempre he recalcado eso y le dije a su majestad el Rey también la labor encomiable de la directora gerente, porque yo he sido solo un granito de arena más, unas manos más que han ayudado.
–De la salud mental se está hablando mucho ahora tras la pandemia. El confinamiento y estar lejos de familia y amigos nos ha afectado a todos tengamos o no una enfermedad diagnosticada relacionada con la salud mental. ¿Lo han notado?
–Esto ya se esperaba y los expertos ya decían que la siguiente pandemia que viene ahora es de salud mental. Y no solo por el agravamiento de las personas que tengan o tuvieran un trastorno, sino porque personas que estaban bien han desarrollado uno. Ahora, en estas últimas semanas, han salido varias publicaciones, sobre todo, de pediatras. Lamentablemente una de las poblaciones más afectada por la pandemia está siendo la niñez. Los niños y los adolescentes han vivido un aislamiento en una época en la que las dinámicas sociales son muy importantes. Y la verdad es que se empieza a ver muchas patologías e incluso se habla de suicidio a edades muy jóvenes. Es un momento para preocuparse por la salud mental.
–¿Cree necesario incorporar la prevención en salud mental y hablar de ella en colegios e institutos, incluso que se pueda hablar sin complejos de las enfermedades mentales sin tantos complejos ni estigmas?
–Sí claro. Siempre que se habla de estrategia en salud mental, uno de los primeros eslabones que se incorpora a ellas, es el trabajo de luchar contra la estigma. Y esto va parejo con lo que me comenta. Hay que hacer más visible los problemas que son mucho más comunes y frecuentes que lo que se piensa. Siempre hay prejuicio y se intenta que no se visualicen. Pero por ahí debe ir el objetivo de dar visibilidad a las enfermedades mentales. También sería muy positivo llevar programas de prevención, cómo no, a menores en edad escolar. Éste sería un camino fundamental que habría que recorrer.
–¿Y cómo fue ese momento de recibir la medalla por parte del Rey y poder hablar con él unos minutos?
–Bueno fue un intercambio breve porque estos actos son muy protocolarios. Y la verdad me ha sorprendido que conocieran nuestros nombres y sabían la profesión de todos. Y eso sorprende.
El acto fue emocionante. Y la verdad es que estaba muy nerviosa. Pero estaba muy agradecida.
–¿Y nos cuenta algo de esa conversación con el Rey?
–Fue hablar muy poquito. Los Reyes, tras el acto, fueron saludando y se hicieron fotos con todo el mundo y fue ahí cuando pudimos hablar ese poco. Me encargado de que Melilla suene.
Estuvo en el acto la ministra de Exteriores, y nos preguntó por la situación de Melilla. Y está bien que haya ese interés y que en esos foros se hable de la ciudad.
–Que parece que la ciudad es una de las olvidadas.
–Pues algo así le dijimos a la ministra de Exteriores. Y ella misma nos dijo que estamos muy conectados emocionalmente con la península y es que yo creo que necesitamos quizás aún más ese sentimiento de conexión que otros sitios al estar más lejos.
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