El Servicio Jesuita a Migrantes achaca las colas de Asilo en Melilla al silencio administrativo

El Servicio Jesuita a Migrantes (SJM) señaló al silencio administrativo positivo como responsable de las colas de marroquíes frente a la Oficina de Asilo de Beni Enzar y no la sentencia del Tribunal Supremo avalando la libre circulación, tal y como apuntaban organizaciones de la Policía Nacional y la Guardia Civil.

“Yo creo que sería un error pensar que el responsable del efecto llamada sea el reconocimiento del derecho fundamental”, ha argumentado Josep Buades Fuster, responsable de Frontera Sur del SJM.

En su lugar, apuntan a la falta de medios y de refuerzos de los equipos administrativos que entrevistan y examinan esas entrevistas como uno factores determinantes, preocupándose por que los funcionarios tengan que trabajar en “unas condiciones tan malas con tanta presión” porque esta situación no es buena para la salud física y psíquica de estos ni de los solicitantes de protección internacional.

Desde el Servicio Jesuita resaltan, además, que las personas encargadas del proceso deben poder discernir bien cuáles son los casos que necesitan protección y es por ello que piden a la Administración que refuerce los equipos y que proceda a la admisión a trámite y cuando no, sabiendo que hay un derecho a reexamen, que informe a la persona que ha pedido asilo que no encaja en el perfil del protección internacional.

Sobre aquellas solicitudes admitidas por silencio administrativo, entiende que hay respuestas que llegan muy tarde e incluso algunos procesos que llevan abiertos entre tres y cuatro años.

Asimismo señalaron que, teniendo en cuenta el número importante de solicitudes de marroquíes, si se rechazan aquellos perfiles que no encajan en la protección internacional, desaparecería dicho efecto llamada.

“No confundamos: una persona que tiene derecho a la permanencia provisional en España, tiene derecho a la libre circulación y esto es algo que está en la ley y que no hay que tocar”.

El Servicio Jesuita remarcó también que “lo que sí que tenemos que pedir a la Administración es esa diligencia a la hora de examinar las solicitudes y reforzar esos equipos para que trabajen en condiciones para discernir las situaciones de las personas que están solicitando protección”.

¿Y a qué tipo de personas se les suele conceder la protección internacional?

Desde el Servicio Jesuita explicaron en declaraciones a El Faro que esta se da por situaciones personales, como la persecución, que la vida esté en riesgo, etc. También hay países en guerras o conflictos generalizados que los ciudadanos de estas zonas están solicitando protección, como puede ser el caso de los yemeníes o los sirios.

En el caso de los ciudadanos de Marruecos, recordó que hace unos años miembros del colectivo LGTBI se enfrentaban a una posible legislación persecutoria en su país y se consiguió que se les reconocieran sus derechos; también señaló las revueltas del Rif del 2016 por las que muchos activistas decidieron buscar refugio en España

¿Qué ocurre ahora en Marruecos que justifica que haya tantas personas que soliciten protección?

“No lo sé, lo que sí tengo que decir es que si yo estoy en los servicios públicos de asilo tengo que escuchar a persona por persona” sin que se deba excluir que haya personas que sí sufran una situación particular. “Lo difícil es atender a tantas personas a la vez”, expresó.

También subrayó la importancia de que se cumpla el plazo de seis meses estipulado en la ley para resolver si una persona adquiere el estatus de refugiado o no. “Cuanto más nos atengamos a los plazos legales, mejor para todos”, dijo.