Editorial

Sí, pero no

  • No vamos a exigir nada del otro mundo que no nos hayan prometido en campaña electoral

El director provincial del Instituto de Gestión Sanitaria (Ingesa), Francisco Robles, se preparó ayer a conciencia su comparecencia ante los medios de comunicación para explicar qué está pasando en el Hospital Comarcal de Melilla.

Robles admitió que ha habido problemas, pero en su opinión, no hay colapso. Aquí está pasando lo que en otras comunidades, dijo sin citar ejemplos, aunque todos podemos hacernos una idea de a qué se estaba refiriendo. Por ejemplo, a las camas en los pasillos de Urgencias grabadas de ‘extranjis’ en el hospital Nuestra Señora de la Candelaria en Canarias en febrero pasado o a las imágenes virales de los hospitales de la Región de Murcia con pacientes durmiendo en los pasillos durante el pico de la gripe de este año.

Aquí los usuarios del Comarcal han sido ingresados en el Hospital de Día y se han suspendido intervenciones quirúrgicas por falta de camas.

Las escenas de Canarias y Murcia se repiten año tras año en centros sanitarios de la península. En Melilla no estamos ni queremos estar acostumbrados a ellas porque que se vea mucho no quiere decir que sea normal. No lo es ni puede serlo. Y menos si no tenemos transferidas las competencias y dependemos directamente del Ministerio de Sanidad.

Ayer Robles aportó un par de datos interesantes. El primero, que el PSOE no ha interpuesto denuncia alguna contra él por prevaricación, como anunció este partido en una nota de prensa. Este periódico llamó ayer a los socialistas y confirmó las palabras de director provincial del Ingesa. No hay denuncia, todavía, pero prometen que la habrá. Dicen que están a falta de utlimar un papel. Ante tanta amenaza, ahora es Robles quien ha dado un golpe en la mesa y les advierte de que si siguen desprestigiándole les denunciará. Los socialistas no se encogen y lo animan a que dé el paso. Este culebrón promete más capítulos en los próximos días.

El segundo dato interesante es la sobreocupación del hospital debido, principalmente, a la avalancha de pacientes sin tarjeta sanitaria procedentes de Marruecos.

¿Qué se hace en estos casos? Pues por muy amigo que sea el país vecino habrá que pasarle la factura como nos la pasa Rabat cuando somos los españoles los que necesitamos asistencia sanitaria en territorio marroquí.

No seremos nosotros, humildes periodistas de Melilla, los que le enseñemos al Ingesa cómo se hace. Lo que sí vamos a exigir es una sanidad pública de calidad y menos justificaciones. Nada del otro mundo. Nada que no nos hayan prometido en campaña electoral.

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