Así nos lo explica Cristian Artillo, orientador sexual melillense quien afirma que los hombres son más reacios a tratarse que las mujeres para hablar sobre ciertos aspectos.
“Esto pasa en cualquier ciudad del mundo, al final el medio en el que vivimos influye. Por norma general en este ámbito, en negativo. Al igual que no se nos educa para aceptar y ver la muerte como algo natural, tampoco se nos educa sexualmente, ni en casa ni en las escuelas” nos cuenta el orientador sexual.
Sin embargo, unas de las mujeres que ha querido contarnos su testimonio, Maribel de 31 años y profesora de instituto en Melilla considera que “no es un tabú hablar de sexo”, aunque haya gente que le cuesta hablar del tema.
Tampoco lo es para Carolina, una melillense de 31 años que es profesora de Inglés. Ella nos cuenta que a medida que pasan los años el sexo deja de ser un tema tabú y se habla con más frecuencia y sin tantos tapujos.
“También es verdad que depende de a quién le preguntes, personalmente no lo considero tabú, pienso que si se hablara con más normalidad a la larga dejaría de verse de esa manera” aclara.
La temática sexual en las mujeres se puede trabajar con profesionales para conseguir cambiar estructuras y conceptos o adquirir herramientas para disfrutarla.
“Hoy en día tenemos mucho acceso a la información y me parece fundamental para el disfrute del mismo. Hay varios factores que creo que influyen psicológicamente y que están muy normalizados” afirma Sara Casaña, psicóloga melillense que ha querido colaborar desde un punto generalista de la sexualidad en este reportaje.
Los dos factores que define la psicóloga son la problemática hormonal en las mujeres y la falta de educación sexual que tienen nuestros jóvenes “que evitaría muchísimos problemas hoy día”.
En ese sentido, Cristian Artillo se enfoca en que es un tema muy “polémico” y que tiene muchos detractores que se niegan rotundamente a que sus hijos e hijas sean educados sexualmente en las escuelas.
“Cualquier niño o niña, a la edad de 5 años tiene la suficiente capacidad cognitiva de entender ciertas cosas tales como por ejemplo saber que es el pene, la vagina, el ano; eso sí, siempre con la terminación correcta.
Con respecto a la problemática sexual en las mujeres, la psicóloga Sara Casaña aclara que a la mujer se le recetan pastillas anticonceptivas o se normalizan ciertos síntomas que influyen directamente en la libido (fase apetitiva en la cual un individuo trata de acceder a una pareja potencial mediante el desarrollo de ciertas pautas etológicas) y la sexualidad.
Con el paso del tiempo, las personas nos volvemos más maduras a nivel personal ya sea por las experiencias que vivimos a lo largo de los años o la toma de conciencia por algunos aspectos, como en este caso el sexo.
Según Cristian Artillo, a partir de los 30 años, en los hombres las testosterona comienza a bajar y con ello también el impulso sexual vinculado con el estilo de vida ajetreado, las responsabilidades de uno mismo y el nivel de estrés.
No obstante, las mujeres tienden a sufrir el cambio inverso. A partir de los 30 las mujeres suelen ser más activas sexualmente influido por varios motivos.
“La actividad sexual de la mujer se ve beneficiada por el propio conocimiento de su cuerpo, lo que le gusta y lo que no, incluso la seguridad que brinda la independencia.
La mayoría de las mujeres se sienten más seguras de si mismas, puesto que puede que hayan aprendido a aceptar y apreciar su cuerpo con todas las características que posee. Por lo general suelen estar más dispuestas a disfrutar a plenitud en la intimidad y a alcanzar el máximo placer en las distintas prácticas sexuales” señala el orientador sexual.
Así lo corrobora María, de 34 años de edad y funcionaria melillense. Nos asegura que su edad de plenitud con respecto a la madurez fue al alcanzar los 30 años de edad porque “una ya está más curtida y experimentada por todas las relaciones sentimentales y sexuales por las que ha vivido” apuntó en su testimonio.
También su amiga, Yolanda de 35 años y camarera. Ella nos explica que se siente mucho más segura de sí misma que hace diez años atrás porque no tiene en mente esas inseguridades de cuando “era niña”.
“Llegas a una edad que, si estás solteras, ya vas buscando otro tipo de cosas y no solo el físico es lo que te atrae de un hombre, su madurez y sus perspectivas de futuro también son un punto a favor” aclara la chica.
Carolina, la profesora de Inglés, nos dice que disfrutar de la sexualidad es una parte importante de la vida, de la que hay que cuidad y disfrutar: “no va a depender tu vida de lo que estén pensando los demás, ni vas a estar diciendo a todo el mundo lo que haces ni dejas de hacer” aporta.
El Faro ha querido preguntarles también por varios asuntos sexuales: cómo es ligar aquí en Melilla o si han fingido alguna vez un orgasmo.
Maribel, la profesora de Instituto considera que en el sexo se debe buscar un completo donde sentir físicamente y sentimentalmente. Por otro lado, cree que hay demasiada gente con poca responsabilidad afectiva.
Carolina también ha querido aportar su testimonio a nuestras preguntas.
En este caso, cree que ligar en Melilla depende de cada persona y de cómo se comunican entre ellas para evitar cualquier tipo de situaciones incómodas.
Y sí, es de las mujeres que ha fingido un orgasmo para no hacer sentir “mal” al hombre con el que ha mantenido relaciones sexuales.
En este aspecto lo último que podemos hacer es generalizar, nos dice Julia Juan Montoya, Psicóloga General Sanitaria. El deseo sexual en la mujer puede variar considerablemente, hay que recordar que cada persona es única y puede tener experiencias diferentes.
Sin embargo, es algo frecuente que algunas mujeres puedan experimentar cambios en su deseo sexual a medida que se acercan a los 40 años y más allá, estos cambios pueden deberse a una combinación de factores físicos, hormonales y emocionales.
“A partir de esta edad, siempre considerando las importantes diferencias individuales, nuestro cuerpo se prepara para afrontar grandes cambios hormonales. Durante la perimenopausia y la menopausia, los niveles de hormonas como el estrógeno y la progesterona disminuyen. Estos cambios hormonales pueden afectar el deseo sexual en algunas mujeres, disminuyéndolo” afirma la psicóloga Julia Juan.
Dentro de los factores psicológicos podemos resaltar los que derivan de los cambios percibidos en el cuerpo de la mujer y que afectan a su auto concepto como lo son el estrés, el cansancio, las preocupaciones laborales, las responsabilidades familiares y otros factores emocionales pueden influir, como en cualquier otro área funcional del individuo, en el deseo sexual.
Aún así, es importante recalcar que no todas las mujeres tienen que verse afectadas por la disminución del deseo sexual después de los 40 años.
“Algunas mujeres pueden encontrar que su apetito sexual se mantiene o incluso aumenta. En este sentido, se puede vivir esta etapa como de verdadera liberación sexual, ya que con los años se puede aumentar la capacidad de explorar, disfrutar y expresar su sexualidad de una manera libre y sin restricciones. Las mujeres mayores de 40 años pueden experimentar una mayor confianza y autoconocimiento en términos de su sexualidad” nos explicó la psicóloga Julia Juan.
En este sentido, han tenido más tiempo para explorar sus deseos, preferencias o fantasías, y pueden sentirse más "cómodas y seguras en su propia piel”.
Por otro lado, estas mujeres también han podido haber superado prejuicios sociales o expectativas limitantes a la sexualidad femenina optando por una vida sexual activa y diversa o una intimidad más tranquila y centradas en su vida familiar.
En palabras de la psicóloga Julia Juan, en las últimas décadas, ha habido un cambio cultural que ha llevado a una mayor aceptación y comprensión de la sexualidad femenina en todas las etapas de la vida, incluyendo la edad madura.
A partir de los 40 pueden surgir problemas en la libido que afecte a la satisfacción sexual y ser uno de los factores en la pérdida de interés por el sexo.
Ana tiene 42 años de edad y fue madre a partir de los 40. Con un hijo pequeño y directora en una empresa, sus hábitos sexuales han variado “muchísimo” y no prioriza el sexo por falta de tiempo y dedicación al trabajo.
“Yo pienso que a partir de nuestra edad ya nos enfocamos en otros ámbitos de nuestra vida como el trabajo. Cuando tienes niños y pasas mucho tiempo desarrollando tus labores en tu puesto de trabajo, el sexo queda apartado a otro lado” relata.
Si nos centramos de nuevo en nuestra ciudad, , pueden existir muchos factores entorno a la privacidad y la discreción de las mujeres y la forma en la que “buscan” relaciones sexuales, mantienen su intimidad o “exploran” su sexualidad.
Además, en ciudades pequeñas, los estereotipos de género y las expectativas sociales en torno a la sexualidad pueden ser más arraigados.
Esto no quiere decir, ni mucho menos, que todas las mujeres se sientan restringidas porque la mentalidad depende de cada persona.
Se añade la oportunidad de las mujeres por conocer nuevas personas y establecer conexiones sexuales o románticas que pueden ser más limitadas en comparación con ciudades grandes.
“Esto puede influir en la disponibilidad de parejas sexuales o en la diversidad de opciones, aunque esto son obstáculos que cada día se ven mas superados y cualquier mujer hoy tiene opciones de establecer relaciones íntimas, disfrutar de la intimidad con sus parejas o buscar formas creativas de explorar su sexualidad, incluso a través de recursos en línea” nos explica Julia Juan.
Asimismo, no es el caso de otra de nuestras testimonios, Carmen se muestra decidida con su situación sexual actual.
Desde que se divorció con 50 años tras estar 31 años casada, decidió encerrar en su cajón el tema de las relaciones sexuales: “Acabé tan harta que ya no quiero saber nada de los hombres” nos comenta.
Los trastornos del estado de ánimo pueden presentar entre sus síntomas la pérdida de interés por el sexo tanto en hombres como en mujeres.
El estrés laboral, doméstico y familiar también es uno de los factores múltiples el papel activo de la mujer como pieza clave en el “puzzle” familiar.
De la misma manera, Lucía con 49 años de edad y rozando los cincuenta. Es administrativa y el ritmo de vida doméstico- laboral no le permite pensar en mantener relaciones sexuales en su matrimonio.
“Cuando yo trabajo de mañana y mi marido de tarde- noche, la coincidencia en nuestra casa es mínima y, con la presencia de nuestros hijos peor todavía. Cuando eran más pequeños si es verdad que teníamos más oportunidad de mantener relaciones, pero ahora si surge algo hay que esperar al fin de semana”.
Los motivos de búsqueda de ayuda profesional por parte de mujeres para abordar cuestiones o problemas relacionados con el apetito sexual pueden ser muy variables. Los más comunes son los referidos a la pérdida o disminución del deseo sexual. Esta disminución generalmente está vinculada con factores como el estrés cotidiano, estrés agudo, cansancio o problemas con la pareja, o bien ser secundario a episodios depresivos u otros problemas de salud nos cuenta la psicóloga melillense Julia Juan Montoya.
Otro de los motivos de consulta más generalizados aquí en Melilla son las dificultades en la relación con la pareja que pueden “mermar” el deseo sexual en la mujer.
Un poco más recatada en su testimonio, Laura de 43 años y terapeuta aquí en Melilla, nos habla que entre las mujeres “hablamos de nuestras cosas” pero es lo mismo que el hombre, si tienes una disfunción eréctil no lo vas “propagando por ahí aunque algunas mujeres sufran de anorgasmia”.
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