La sabiduría de Dios requirió que haya preferencia de algunos momentos con respecto a otros, y de algunos lugares sobre otros; de la misma manera que da preferencia a algunos meses sobre otros. Y entre los meses preferidos está el mes de Sha’ban, que es un regalo, un soplo de los soplos de Dios para sus siervos, los creyentes, y una ocasión extraordinaria de bien abundante y de recompensa grande. Y este mes bendito merece este rango extraordinario y este grado elevado por diferentes motivos, entre ellos: Es el mes en el que las acciones ascienden a Dios y Él es misericordioso con quien le pide misericordia, perdona a quien le pide perdón y es indulgente con quien se arrepiente. Por esto el Profeta Muhammad amaba este mes y le atribuía una serie de características que no tienen los otros meses, excepto el mes de Ramadán. Cuenta Osama ben Zayd – Dios esté complacido de él y de su padre – Dije: “Oh Enviado de Dios, no te vi ayunar nunca tan frecuentemente como en el mes de Sha’ban”. El –Dios le bendiga y salve- contestó: “Es un mes que tiene lugar entre Rajab y Ramadán, y que mucha gente descuida; y es el mes en el que las acciones ascienden al Señor de los mundos. Me gusta que mis acciones se eleven cuando estoy ayunando”. (Narrado por Abu Dawd y al-Nasa’i. Sahih Ibn Juzayma).
Aisha, la madre de los creyentes- -Dios esté complacido de ella- contó: “No he visto al Mensajero de Dios – Dios le bendiga y salve- ayunar un mes completo excepto el mes de Ramadán, y nunca le vi ayunar tan frecuentemente como lo hacía en Sha’ban”. (Narrado por Bujari y Muslim). Hay una noche, la víspera de la mitad del mes de Sha’ban, que es una noche bendita, en la que Dios derrama Su misericordia sobre sus siervos. Abu Musa al-Ashari –Dios esté complacido de él- dijo: “Dios mira a su creación en la noche del 15 de Sha’ban y perdona a todos sus siervos, excepto a los idolatras y a quienes abrigan odio contra la gente”. Y eso porque el odio no entra en un corazón sin que lo corrompa, y cuando se infiltra en un alma hace crecer en ella el rencor, el odio, la aversión, y quien lo porta rompe con su familia, hermanos, parientes, vecinos. Asimismo, el odio impide el perdón en el momento en que se muestren las obras ante Dios Todopoderoso. Dijo el Profeta – Dios le bendiga y salve-: “Se muestran ante Dios los actos de la gente dos veces cada semana, los lunes y los jueves, y todas las personas son perdonadas, excepto los idolatras y aquel creyente que tiene una disputa con su hermano. Y Él dirá: Dejen a estos dos hasta que se reconcilien”. (Narrado por Muslim, de Abu Hurayrah).
Queridos vecinos, Dios nos ha honrado con el mes de Sha’ban y ha alargado nuestras vidas para que podamos volver a recibir este mes bendito, así pues, aprovechemos sus días realizando el máximo de obras virtuosas, siguiendo lo que la sunna profética indica para estos días virtuosos y benditos. Dice nuestro amado Profeta Muhammad -Allah le bendiga y salve-, y él es el veraz, el digno de confianza: “Haced el bien toda vuestra vida y exponeos a los soplos de la misericordia de Dios, porque Dios tiene los soplos de Su misericordia que concede a quien quiere de sus siervos. Y pedid a Dios que cubra vuestras vergüenzas y tranquilice vuestros temores” (At-Tabarani).
Por eso debemos exponernos a estos soplos y aprovechar estas ocasiones, felicitándonos por la próxima llegada de Ramadán con la máxima sumisión, arrepentimiento y petición de perdón, purificando el corazón y limpiando nuestra alma, con la incolumidad de nuestro pecho, para saludar al Dia de la Resurrección, día en el que ni dinero ni los hijos servirán para nada. Sólo servirá llegar a Dios con un corazón limpio. Debemos obrar para buscar la reconciliación entre nosotros, reparando las grietas que pueda haber en nuestra familia o con nuestros amigos o hermanos, ya que quizás la causa de la disputa sea banal e insignificante, y por ausencia de gente que razona, de gente madura que ame el bien, la grieta aumenta entre las dos partes. Hay que mantener las buenas relaciones en nuestra familia, y quien se esfuerce en eso será de las mejores gentes y estará preparado para recibir de la mejor manera este mes bendito. Dios Alabado y Glorificado sea, ordenó que nos apresuremos en hacer el bien. Eso es todo lo que quiere Dios Todopoderoso, y es lo que le satisface. Debemos obrar acorde con lo que nos ordenó Dios y seguir la sunna de su enviado -Dios le bendiga y salve- cumpliendo con lo que tanto Él como su enviado –Dios le bendiga y salve- nos han invitado a hacer y desean que hagamos. La orden de competir por las buenas acciones aparece en diversos temas del Libro de Dios. Dijo el Altísimo en el Corán: “Cada uno ha tenido una dirección a la que volverse. ¡Competid en las buenas acciones Dondequiera que estéis!, Dios os reunirá a todos. Dios es Poderoso sobre todas las cosas.” capítulo 2, La vaca, versículo 148 Y dijo: “Y competid en las buenas acciones. Todos volveréis a Dios que os hará saber la verdad de aquello sobre lo que no estabais de acuerdo.” capítulo 5, La mesa servida, versículo 48. Asimismo, aparece la orden de apresurarse a competir por las buenas acciones y por las obras que llevan al perdón. Dijo el Altísimo en el Corán: “Acudid prestos hacia un perdón de vuestro Señor y a un Jardín preparados para los temerosos, cuyo ancho son los cielos y la tierra, Esos que dan en los momentos de desahogo y en los de estrechez, refrenan la ira y perdonan a los hombres. Dios ama a los que hacen el bien” capítulo 3, La familia de Imran, versículos 133, 134. Y dijo el Altísimo en el capítulo 57, El hierro, aleya 21: “Tomad delantera hacia un perdón de vuestro Señor, y un Jardín cuya anchura son los cielos y la tierra, que ha sido preparado para los que crean en Dios y en Su mensajero. Ese es el favor de Dios que da a quien quiere. Y Dios es dueño del inmenso favor”. Es decir, gente poseedores de la razón, apresuraos y competid por hacer obras virtuosas que satisfagan a nuestro Creador. El Paraíso, con la anchura de los cielos y la tierra, está preparado para los que han creído en Dios y en Su Enviado. Haced el bien dando limosna en los momentos de desahogo y también en los momentos de estrechez; en los momentos de facilidad y de dificultad. Refrenad la ira y perdonad a la gente.
Y en eso rivalizan los competidores, y la competencia está abierta para todo aquel que ha sido fiel a Dios. Es una competición misericordiosa de resultados seguros, porque es una competencia para el Más Alla, En cambio, la competencia para esta vida es una competencia de rivalidad reprobable, alejada de la lealtad que debemos a Dios Todopoderoso. Aquí hay quien quiere llegar a lo que pretende y utiliza todos los medios para conseguirlo, apoyándose en esta frase errónea: ”El fin justifica los medios”. Y vemos que para conseguirlo acude al soborno, a la mentira, a la falsificación, engaña a la opinión pública, falseando lo que dicen los competidores y los rivales en los medios de comunicación. Y aquel que de ellos posee la fuerza puede llegar a utilizar el golpe de estado directamente, un genocidio, meter en prisión a su rival injustamente, o lo elimina directamente. Y esta es la competitividad de la que nos previno el elegido – Dios le bendiga y salve- cuando se dirigió a sus compañeros – Dios este complacido de ellos- con estas palabras que comenzaban por un juramento.” ¡Por Dios! no es la pobreza lo que temo por vosotros, sino que temo que este mundo se abra con su riqueza como se abrió a los que os precedieron, y compitáis entre vosotros por ella como lo hicieron ellos, y que os destruya como les destruyó a ellos” (Bujari). Y dijo -Allah le bendiga y salve-: “Guardaos de la codicia porque la codicia destruyó a los que os precedieron, les hizo derramar su sangre y violó sus prohibiciones “. (Muslim). Y lo que empuja a todo esto es el amor al poder y a la fama, y esto es una dolencia difícil de curar y enfermedad peligrosa. Dice al-Fudhail ben `Ayyad -Allah esté satisfecho de él-: “No hay nadie que ame el poder que no tenga envidia y no sea injusto. Rastrea las deficiencias de las personas y odia que se hable bien de alguien” y dijo Ibn Abd Al-Barr -Dios tenga misericordia de él-: El amor al poder es una enfermedad que este mundo crea, y convierte el amor en una guerra para los amantes. Hiende las gargantas y las entrañas, y las corta y ni hombría ni religión quedan.
Hermanos y hermanas, debemos siempre tener en cuenta estas orientaciones divinas e indicaciones proféticas que hemos escuchado e intentar aplicarlas en nuestras vidas diarias para que podamos prepararnos perfectamente para el mes de Ramadán; pues de las características que tienen los adoradores del Misericordioso es que no permanecen sordos cuando son exhortados con las aleyas de su Señor. Lo mismo que los comerciantes se preparan para las épocas de ventas y organizan la mercancía necesaria para ello con la esperanza de conseguir un beneficio mayor, así tenemos que prepararnos para el mes de Ramadán, con el arrepentimiento, el obrar de buena fe y los actos virtuosos, evitando todo aquello que enturbie el ambiente sagrado de Ramadán y empañe la pureza del ayuno ¡Hasta que seamos de los vencedores!
Pedimos a Dios el Todopoderoso que derrame sobre nosotros sus bendiciones en este mes de Sha’ban y que nos haga llegar sanos y salvos al mes de Ramadán.