El servicio canino supone para los agentes de la Guardia Civil un apoyo fundamental en acciones de rastreo y reconocimiento de infraestructuras, pasos fronterizos, edificios de orden público e incluso en eventos sociales como ferias, cabalgatas o elecciones. La Comandancia de la Guardia Civil de Melilla cuenta en su Grupo Cinológico con un total de 24 perros policía y 13 guías caninos.
La unidad de Seguridad y Rescate del Servicio Cinológico de la Guardia Civil llegó a localizar en 2019 a un total de 858 personas en el puerto comercial de Melilla. Estas personas se introducían en camiones, bateas y bajos de vehículos con el propósito de llegar a los puertos de Málaga, Motril o Almería. El Faro se aproximó al puerto comercial para conocer de cerca la labor de estos agentes de cuatro patas y sus guías caninos.
Uno de ellos es Gerardo Rodríguez, lleva muchos años en el cuerpo adiestrando a estos agentes. Es el guía de Fiona, una joven labrador con muchas ganas de juego. Concretamente trabajan en inmigración. Nada más llegar las cámaras de El Faro, el agente informó que Fiona había salido ladrando hasta la línea de camiones estacionados del muelle. Rodríguez fue tras ella inspeccionando los camiones hasta que dieron con las dos personas. Como todos, su destino era ir a la península; pero Fiona les encontró antes.
Para ella localizar a personas es como un juego en el que se lleva entrenando desde que tenía tres meses.Se comienza jugando con ellos, escondiéndose y haciendo que te encuentre, y cuando da con algo, se le premia. Tras ver las reacciones de su perro, el guía debe sacarle su ladrido, es decir, “que ladre a la orden, se le da un premio, un juguete. Luego van asociando ese juego a las personas.
Pero la simpatía y afabilidad de esta perra no es un obstáculo para que sea infalible en su trabajo. El guía dijo que acierta casi al 99%. En muchas ocasiones, al tener a un perro adiestrado en la búsqueda de personas no hace falta trabajar con prendas de personas migrantes, pero sí tratan de trabajar una relación positiva entre el can y los migrantes. “Siempre he tenido la suerte de encontrarme con gente cuya única meta es marcharse; y gracias a Dios, es una situación que siempre ha sido positiva porque hoy los coges, y ellos, mañana lo vuelven a intentar, si no, pasado; entonces procuras que haya una relación también con los perros de reconocimiento de olor”, explicó. Reconoció que han tenido tanta suerte que nunca han encontrado a gente que pueda agredir al perro o su guía.
“No hay ningún tipo de problema y se hace siempre un adiestramiento en positivo”, aseveró. De esta forma, intentan trabajar como un juego esa asociación de olores, con el fin de encontrar un estímulo positivo en el perro. En el adiestramiento poco a poco se va subiendo el nivel, ya sea en distancia, como en tiempo, para que así cuando den con una persona ladren a cierta distancia y sin tocar.
Pero los perros además de los olores son capaces de detectar el estrés, la agresividad y el miedo con mucha intensidad y a mucha distancia. El guía contó que no todos los perros son iguales y tienen las mismas reacciones. “Hay perros que bajan al muelle, y ya se cargan de olor antes de llegar a los camiones y ya el perro sabe lo que hay ahí, que hay miedo, porque muchísimos se asuntan de los perros”, dijo Rodríguez, por eso prefiere trabajar con perros como Fiona que son muy sociales y cariñosos, y no tienen esa presencia más intimidadora como puede presentar un Malinois, ya que el miedo y la agresividad que el perro capta puede hacer que este se ponga furioso. Además, el guardia comentó que con estos hay que trabajar teniendo en cuenta otros factores, sobre todo porque no todos los perros son iguales.
Además, de la especialidad de Seguridad y Rescate, está el grupo de Detección de Explosivos y de Detección de Drogas. En 2019, la Guardia Civil realizó 19 intervenciones positivas con el Servicio Cinológico en las cuales se detectaron 2.281 kilos resina de hachís.
Las instalaciones centrales del Servicio Cinológico se encuentran en el recinto del Aeropuerto de la ciudad. Allí pudimos hablar con el jefe del servicio, el brigada Félix, que nos mostró las perreras en las que se encuentran los agentes caninos y nos explicó como trabajan. Cuando comienza la jornada, los guardias recogen a su can, los pasean por los terrenos de las inmediaciones antes de iniciar el servicio y luego se trasladan al puerto, al aeropuerto, donde se encuentran la mayoría de los servicios, cuyas tareas son de reconocimientos para la prevención del terrorismo y también reconocimiento en el puerto de diferentes vehículos que van a la península.
Así, el adiestramiento del perro suele enfocarse en la zona de trabajo pero también en las zonas fronterizas como Beni Enzar o Farhana. A cada guía se le asignan dos perros para su adiestramiento y cuidado. “Lo que se hace son refuerzos positivos, se crea un vínculo, y lo que se hace es impregnar un juguete de cierto olor, y se van reforzando esas actitudes del perro cada vez que haga una búsqueda; y cada vez que encuentre un objeto, se le va premiando”, explicó.
Los perros trabajan con la emanación del olor, y para que puedan marcar un lugar. “Si existe emanación de olor, sí que son cien por cien fiables, no hay margen error, aunque lo que ocurre es que a veces es difícil porque trabajan con sistemas de ocultación que son complicados de detectar”, dijo, por ello, muchas veces la Guardia Civil y la Policía deben prepararse y actualizarse en la forma de actuación de los delincuentes.
Acompañamos a los guías en uno de los paseos de los perros policía. La perrita del brigada Félix, Simba, una mezcla de pastor catalán y labrador, está especializada en la detección de explosivos. También conocemos a Tanque, el perro de otro guía, es un veterano beagle especialista en encontrar drogas. En los terrenos pudimos ver un ejercicio básico que realizan con una hilera de bloques de hormigón, se llama ‘punto a punto’. En uno de esos bloques los guías esconden aquello que deben encontrar los perros.
Simba, que en todo momento buscaba su pelota, de inmediato se sentó ante el bloque que contenía el tarro de hexógeno, un componente de los explosivos. Por su parte, Tanque demostró también su dotes olfativas a la orden de su guía, siguió la hilera de bloques hasta pararse en uno, donde comenzó a rascar. También encontró un tuvo de ensayo con colillas que desprendían un fuerte olor a resina de hachís.
En su retiro, vivirá con quien ha sido siempre su guía; y además, tiene relevo: la pequeña Vilma
Los perros llegan a las unidades de la Guardia Civil con apenas tres meses, con el fin de que entren en contacto con esta dura labor como policías caninos. Pero todos se preguntan qué pasa con ellos cuando estos canes finalizan su periplo profesional. La respuesta es sencilla, los perros son devueltos a los servicios centrales del Servicio Cinológico, con el que cualquier familia puede entrar en contacto para adoptar a estos perros jubilados.
Aunque muchos guías caninos deciden quedarse con los perros que han trabajado con ellos, una vez se han jubilado, ya que han pasado mucho tiempo con ellos y han creado un vínculo muy fuerte, como es el caso de Tango y Gerardo. El guardia civil, además de ser guía canino de Fiona, lo es también de un pequeño teckel llamado Tango que se jubila muy pronto. Se conocieron hace más de doce años, cuando un amigo de Rodríguez encontró perdido por la sierra de Madrid al cachorro de teckel y se lo regaló al guardia que, hacía poquito que había perdido a un perro de la misma raza.
“Vine a trabajar a Melilla y me venía con labrador y con él, que no era perro oficial todavía, pero, lo estuve probando, funcionaba muy bien lo preparé”, contó. Así que decidió presentarlo ante el coronel del Cinológico y a su capitán explicándoles que había realizado pruebas con tango y este ofreció buenas respuestas, de modo que se había adaptado muy bien. Y con la aprobación de sus superiores, desde hace 11 años Tango es un perro oficial de la Guardia Civil.
“Desde entonces está conmigo, se ha especializado por instinto en meterse en tuberías, en camiones con dificultad, con palés, con herramientas, neveras, en las bateas de las chatarras, de los sacos de cemento... y la verdad es que ha dado un resultado impresionante; para mí es lo mejor que he tenido para ese tipo de servicios”, explica el guía mientras gruñe por lo bajo el veterano agente.
El agente dijo que Tango es muy valiente y entregado, que tiene un olfato finísimo que le ha permitido realizar servicios realmente espectaculares como encontrar inmigrantes en depósitos de combustible con restos de gasoil y ácido. Según Rodríguez Tango encontró a cinco jóvenes escondidos en este lugar y les salvó la vida. El guardia civil relató que al encontrarlos tuvieron que romper la parte lateral del camión para sacarlos inmediatamente y llamar al servicio de urgencias, ya que el ácido les estaba produciendo muchas llagas y heridas.
Con el tiempo el perro se ha ido especializando y dándose a conocer en la Comandancia. Todo el mundo le tiene mucho cariño. Gerardo sabe que cuando se tenga que dar de baja a Tango y solicite permiso al coronel, para quedarse con él, la respuesta será afirmativa. Tango ha sido para Gerardo como un compañero, y además como un hijo.
Pero el puesto de Tango tiene un relevo: Gerardo ha estado preparando a otra teckel llamada Vilma para que ocupe su lugar. En estos momentos se encuentra en los servicios centrales de El Pardo (Madrid) terminando su adiestramiento. Se encuentra dentro del Plan Aurora, uno de los programas de la Guardia Civil para adiestrar a perros policía. En este caso, el agente ha acogido en sus primeros meses al cachorro para su fase de asociación y adaptación.
Vilma tiene 10 meses y era la única de su camada con grandes dificultades de visión pero Gerardo la sacó adelante, y viendo que la perra es útil para el servicio el coronel está interesado en que la perra fuese intervenida y continuase con el adiestramiento.
Han operado a Vilma recientemente, y se encuentra en los servicios centrales donde la atención es constante, esperan que para finales de este mes de febrero la perrita se encuentre ya en Melilla junto a Tango quien la ha acompañado en sus primeros meses.
También intentó trabajar con Fiona, pero esta cogía a la pequeña teckel y se la llevaba al coche con si fuera su cachorro. “Entonces tuvimos que quitar un poco a Fiona y centrarnos con el compañero Tango, que ha sido el que ha enseñado a la perrita”, dijo. Vilma cogerá el relevo de Tango pronto y la podremos ver operativa junto a su guía en la próxima Operación Paso del Estrecho.
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