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Sergio Mullor: "Entrenar en Melilla en ambas ocasiones ha sido un punto de inflexión en mi vida"

El técnico almeriense Sergio Mullor, nacido en junio de 1982, fue entrenador del equipo de fútbol sala del Melilla FS, dejando un huella imborrable en la historia deportiva de nuestra ciudad durante la temporada 2011-2012 y posteriormente desde el año 2014 hasta 2017.

Tras una larga y extensa carrera como entrenador de este precioso deporte en varios clubes de diferentes países, ahora quizás se enfrenta a una de sus mayores retos de su vida profesional ya que ha decidido aceptar la oferta como seleccionador de Hungría hasta el próximo año 2025.

Por ello, El Faro ha querido entrevistar a Sergio Mullor para conocer un poco más sobre su vida personal, los motivos que le han seducido para declinarse por dicha propuesta y sobre todo, cuáles son sus recuerdos de su paso por Melilla, entre otros tema muy interesantes.

1. ¿Cómo fueron sus inicios en el fútbol sala y por qué decidió entrar en este mundo?

Llevo en el fútbol sala casi desde que era un crío. Me enorgullece decir, que empecé a entrenar en el patio de un Colegio, SAFA de Almería, con dos grupos de niños de 6 y 9 años, cuando yo solo contaba con 15 años. A partir de ahí, seguí con ellos durante un tiempo, hasta que el destino me cambió mi idea de hacer periodismo fuera de mi ciudad, por hacer Magisterio de Educación Física.

Compaginé estudios con Entrenos, debutando en categoría Nacional con el Ejido FS, Juvenil Nacional, hasta que estudiando el Nivel II en Madrid, Guillermo Calva, que ese verano se convertiría en entrenador del FS Castro Urdiales en la antigua División de Plata, vio algo en mi, y me invitó a que fuera su Segundo Entrenador. Desde entonces (2005/2006) hasta hoy toda una vida de profesional, habiendo entrenado en Castro Urdiales, El Ejido, Pontevedra, Melilla, Santa Coloma, Valencia, Qatar, Hungría y Francia.

El futbol sala es una pasión, que cuando la sientes, ya no puedes dejarlo. Me enamoré de este deporte muy pronto y ya no podría vivir sin el.

2. ¿Qué le motivó para ser entrenador y cómo llegó a ser entrenador profesional?

La propia vida me fue llevando a esta profesión. Cuando tenia 15 años y empecé en el colegio, nunca pensé que me pudiera dedicar a esto. Yo quería ser periodista deportivo, amaba narrar partidos, escribir crónicas y llevar los números de la liga.

Pero conforme iban pasando los años y cuando vi que no podia estudiar fuera, me propuse hacer los cursos de entrenador. Era un apasionado, me cogía un poco de ropa en la mochila y me iba a Murcia, Granada o Madrid en bus para ver partidos de futbol sala y aprender de los mejores. He hecho muchos km para asistir a clinics de formación, muchos entrenadores cuando me veían allí, pensaban que yo era algún chico de la organización al que pedir algo que necesitaban.

Todo ese esfuerzo se convirtió en recompensa, cuando el FS Castro Urdiales me dio la oportunidad de vivir la División de Plata por dentro. Fue una experiencia corta, pero suficiente para convencerme de que debía seguir luchando por llegar a ser Entrenador Profesional.

Años más tarde, Tomas de Dios (actual entrenador del Ceuta) en Leis Pontevedra en 1ª División me dio el espaldarazo definitivo siendo su segundo en la categoría reina.

3. ¿Por qué decidió fichar por el Melilla y volver en una segunda etapa?

Fue justo después de Pontevedra, en nuestra plantilla estaba Rafita, que ya preparaba sus oposiciones para ser policía. Él volvía a casa y el club necesitaba un entrenador, dio mi nombre y tanto Jose Huertas como Marcos Sánchez, apostaron por mi para que llevara las riendas del proyecto que debía de subir a 2ª División.

Lo conseguimos a la primera. Además, en Melilla conocí a la que es mi compañera de vida, Teresa, mi esposa y madre mis hijos, Henar y Eric, también melillenses. Después de tres temporadas, apareció la primera gran oportunidad de mi vida, entrenar en 1ª División en Marfil Santa Coloma con solo 28 años.

Una temporada allí, y otra en el paro, para recibir de nuevo la llamada de Jose Huertas para darme las riendas del equipo de nuevo, tras el paso de Quique Soto. Como decir que no, a la oportunidad de volver de nuevo a nuestra casa.

4. ¿Qué resumen hace de sus dos etapas en la ciudad y qué recuerdos tiene de ello? ¿Fue un acierto en su vida profesional?

No tendría palabras suficientes para agradecer a Melilla todo lo que hizo por mi a nivel personal y profesional. La primera etapa fue sencillamente increíble. El primer año ascendimos a segunda, en una temporada, que no olvidaré por los grandes problemas que tuvimos para confeccionar la plantilla, pero donde veías a un equipo que iba todos a una desde el primero hasta el ultimo. Nos salió todo y disfrutamos muchísimo.

Y la segunda, fue como hacerme resucitar, porque la experiencia en 1ª División no había sido buena y me había quedado en paro y Melilla me puso otra vez en el escaparate.

Melilla ha sido en ambos casos un punto de inflexión, estaré eternamente agradecido a la ciudad, a Jose Huertas y a todos los componentes del Melilla FS todo lo que me dieron en esas 5 temporadas.

5. De toda su carrera profesional. ¿Cuál ha sido hasta ahora el mejor y el peor momento que ha atravesado como entrenador?

Solemos pensar que los grandes momentos, van de la mano de victorias, pero soy de los que dice, que en la etapa deportiva de la gente, se pierde mas que se gana, por lo que yo creo que mis mejores momentos dentro de nuestro deporte, son esos veranos, donde los niños a los que entrenaba con 15 años me llaman para juntarnos y cenar todos juntos. Son conversaciones/llamadas con jugadores, aficionados o amigos que se crean en ciudades en las que ya no vives. Son los idiomas que han aprendido mis hijos gracias a estar en otros países por culpa de este bendito deporte. Son los retos a los que nos enfrentamos en el día a día.

El futbol sala me ha regalado muchísimo. Soy un verdadero afortunado.

Los peores momentos pasan rápido. Las derrotas, se convierten en cicatrices que te ayudan a ponerte mas fuerte, los ceses o los momentos en los que dudas de si van a aparecer proyectos son duros, pero todo curte. Pero, lo peor, sin duda es cuando te engañan, he tenido alguno. Seguro que los responsables no pueden dormir bien, pero eso, también pasa.

6. ¿Cómo se fraguó la idea de poder ser el seleccionador de Hungría de futbol sala y qué supone este reto a nivel personal?

Sí estoy contento por mi etapa en Melilla, puedes imaginar, cuan buena fue la de Hungría. Durante cuatro años que entrené allí, siempre pensaba que querría ser seleccionador húngaro, pero lo veía como una opción muy lejana.

De hecho me fui del país para entrenar en Francia y nunca pensé en esos dos años siguientes que se me pudiera presentar la oportunidad.

Pero en esta temporada, recibí la llamada de Turzo Jozsef el entrenador saliente, que me quería invitar a una reunión en Budapest para contarme un proyecto. Proyecto que le ponía a él en un peldaño superior mas administrativo para intentar cambiar desde dentro el futbol sala y que me ponía a mi en el banquillo.

El otro día decía, que si existiera una maquina que midiera la felicidad. Yo la habría roto. Es un reto apasionante, una experiencia de vida. Que tomo con muchísima ilusión, compromiso y responsabilidad. Espero devolver al futbol sala húngaro todo lo que me regaló en esos años y lo que me regalara en los siguientes.

7. ¿Siente que todavía le quedan muchos años como entrenador de fútbol sala? ¿Qué le motiva para seguir día a día?

Espero que sí. Aun después de todo lo vivido, me considero de los jóvenes en este deporte. Me motiva crecer, desarrollarme como persona y como entrenador y sobre todo, sentir la adrenalina que te da el día a día en el trabajo.

Ademas, mi familia, me apoya y me acompaña en esta locura, esta vez, de la manera mas amarga, desde la lejanía. Por lo que ellos son el principal estimulante para seguir vivir en este deporte.

8. Y por último. ¿Qué significa el fútbol sala para usted?

Mi vida, mi salud, mis amigos, mi familia incluso. Todo lo que pudiera decir acerca de lo que significa el futbol sala para mi, no describiría ni la mitad de lo que es.

Me siento futsalero por los 4 costados y admiro a toda la gente que como yo, ama y lucha por nuestro deporte día tras día.

 

 

 

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