Un cielo encapotado parecía premonitorio en los episodios de la Pasión que están por llegar. Este Miércoles Santo las calles de Melilla y sus feligreses se han preparado para acoger el trono de la imagen de Nuestro Padre Jesús en su Dulce Nombre, el Nazareno, que saldría acompañado del paso de María Santísima de los Dolores, también conocida cariñosamente como la Virgen de las Lágrimas.
Ambas imágenes son titulares de la Real Cofradía del Nazareno, decana de las hermandades de la ciudad y protagonista de esta jornada Santa, que comenzó a las 00:00 horas de esta madrugada con el encendido de velas de la Virgen de las Lágrimas. Durante esta vigilia cada gota de cera se convertía en una lágrima de devoción y oración a la Madre del Nazareno.
Ya en la tarde, sobre las 20:15 horas, al fín tenía lugar uno de los momentos más esperado para la Cofradía del Nazareno: sus dos titulares cruzaban el portón de la Plaza de Toros arropados por la devoción y el sentir de centenares de melillenses, pese a la amenaza de posible chubasco.
Bajo un pesado cielo gris que anunciaba ya el ocaso del día, se habría paso entre la multitud la imagen del Nazareno en un trono de Misterio portada por decenas de cofrades ataviados con un elegante traje negro de chaqueta.
La antigua talla del Nazareno viste una túnica granate con bordados en oro, su pelo natural ondea en cada paso que dan sus portadores. Su rostro aciago ya premoniza y muestra el pesar de las siguientes emblemáticas estaciones. La figura se encuentra rodeada de claveles rojos. En esta estación Jesús porta su cruz, realizada en madera y pan de oro.
El Nazareno va escoltado por el Cuerpo de la Policía Nacional, que vistió de gala y encabezó la procesión; y por los soldados del Tercio Gran Capitán I de la Legión. Ocho legionarios acompañaban al trono de Nuestro Padre Jesús en su Dulce Nombre. Tras él acompaña también la banda del Nazareno ofreciendo un compás a los pasos de los costaleros.
La procesión del Miércoles Santo Melillense, se completa con el paso de la madre del Nazareno: María Santísima de los Dolores. La figura, cuya faz apenada de porcelana por la condena de su hijo enmarcada en un rostrillo de puntilla blanca, provoca mucha devoción entre los fieles melillenses. Tras el paso del Nazareno, salía por la puerta lateral de la Plaza de Toros su paso de palio que avanzaba suavemente.
El capataz animaba continuamente a los portadores de la Virgen de las Lágrimas. Se acercaba hacia el respiradero del las faldas del paso y les gritaba: “¡Al cielo con ella!”. Entonces los portadores avanzaban con la imagen a un ritmo más enérgico. Uno de los momentos más emotivos de este Miércoles Santo los trajo el capataz de este trono, cuando, a las puertas de la Plaza de Toros, trajo un bebé y se postró ante sus faldas.
Ahí el capataz declaró a uno de los portadores que tenía entre su brazo a “la joyita” que tanto le había costado conseguir. Así, con la pequeña en brazos, el capataz ha animado al portador y al resto de su cuadrilla a levantar el pesado trono de la Virgen de los Dolores ante la multitud espectadora.
Al igual que el trono del Nazareno, el paso de la María Santísima de los Dolores también iba acompañada de música, la Orquesta de Melilla era encargada de poner la banda sonora en este día de Semana Santa.
Tras pasar por las calles más emblemáticas del centro, alrededor de las 22:00 horas estaba entrando ya la procesión en la Avenida Juan Carlos I para entrar en Carrera Oficial y realizar la Tribuna. Primero llegó el Nazareno, a la altura de la Plaza Menéndez Pelayo, y el vicario de Melilla, Eduardo Resa, ofreció unas palabras a la imagen y rezó con los fieles un Padre Nuestro.
A paso ligero el Nazareno dejó paso a la Virgen, que entre vítores y fervor, entraba en la Tribuna, donde fieles y nazarenos rezaron la oración del Dios te salve, antes de entrar en Carrera Oficial.
La procesión dio a su fin sobre las 1:00 horas, cuando la Cofradía y los cortejos de las imágenes se recogieron en la Plaza de Toros. La Cofradía del Nazareno saldrá de nuevo el Viernes Santo a las 21:45 horas para intentar acercar a los fieles de la ciudad al Santísimo Cristo Yaciente. Aunque en esta procesión también se podrá ver a María Santísima de los Dolores en Soledad junto al Cristo del Socorro.
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