Uno de los momentos más icónicos de la procesión de Jesús Cautivo de Medinacelñi y María Santísima del Rocío fue el complejo paso por el puente de los Alemanes, donde los portadores tuvieron que ponerse “de cuclillas” para que el Cautivo no chocase contra la estructura.
Los hombres y mujeres de trono que llevaban al Rocío bajaron los varales y marcaron el paso agarrando el trono lo más fuerte posible. Este momento fue de los más complicados para los portadores y a la vez uno de los más emotivos para los melillenses.