Estamos al filo de iniciar una semana que va a traer consigo algo muy esperado por la economía melillense, aunque todavía no se sepa muy bien cómo va a funcionar: se trata de la reapertura de la aduana comercial, prevista, según la filtración publicada por ‘El País, para el miércoles día 25. Y no debe ir muy desencaminada la fecha porque este viernes la delegada del Gobierno, Sabrina Moh, cumplió su compromiso con los empresarios locales y los reunió para hablarles del tema pocos días antes de que se produzca el evento.
La cosa está en que, según destacados empresarios, tras la charla de la delegada se sigue sin saber lo que se entiende como reapertura ‘ordenada y gradual’. Tampoco se comprende bien el motivo por el que se permite que Marruecos imponga una lista de mercancías ‘autorizadas’ por ellos para exportar desde Melilla, tal y como señala un tuit de nuestro colaborador y empresario José Luis Martínez Lázaro.
O sea, que los rumores que apuntaban a que la aduana sería más para importar desde Marruecos que para exportar desde Melilla va a resultar que tenían razón. Por lo que se puede entender de lo manifestado por el citado Martínez Lázaro, Marruecos ha establecido ya qué mercancía puede o no pasar por su aduana. A ver mañana lunes lo que tiene que decir al respecto el presidente de la Confederación de Empresarios de Melilla (CEME), Enrique Alcoba, en su comparecencia ante los medios de comunicación, prevista para las 11.30 horas.
Cada vez parece más claro que el vecino del sur no va a permitir así como así un respiro a la maltrecha economía melillense. Quieren una ciudad acabada, sin futuro, socialmente rota y sin supervivencia posible. Los marroquíes han apostado por la asfixia de Melilla y no parece que vayan a parar hasta que lo consigan.
Pero será cosa de nuestros gobernantes, actuales y posteriores, que se admita semejante situación. Las autoridades europeas ya dijeron que España ni siquiera había elevado queja formal a Europa por la actitud de Marruecos de no permitir pasar ‘ni un Danone’ por sus fronteras, por no acceder a lo que es normal entre dos países como es poder llevar productos en ‘régimen de viajero’.
Sin todavía ponerse en lo peor, hay que ir exigiendo a Madrid que clarifique qué está pasando con Marruecos, por qué se admite esa actitud negativa como si fuera un hecho inamovible y si tiene previsto pedir el apoyo de la Unión Europea para la causa melillense, como ya lo hiciera cuando Argelia plantó cara a España después de que Pedro Sánchez le regalara el Sáhara al rey alauita.