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Seis denuncias a patinetes eléctricos en los últimos meses

En los últimos años los patinetes eléctricos se han proliferado en muchas ciudades, y Melilla es una de ellas. Este tipo de transporte eléctrico, que es considerado también como una alternativa sostenible al coche, se cataloga como Vehículo de Movilidad Personal (VMP). Muchas personas los utilizan ya para desplazarse dentro de las ciudades, aunque aún existe cierta controversia sobre cómo y dónde utilizarlos, ya que invaden las aceras que son espacios para peatones o las calzadas, pero tampoco son coches ni ciclomotores como tal.

Durante los últimos meses en Melilla, según ha podido saber El Faro, se han registrado al menos seis denuncias relacionadas con este tipo de vehículos. Tres de ellas por no respetar los semáforos, una por conducción negligente, otra por no ceder el paso y otra, la sexta, por entorpecer la circulación. Al cierre de esta edición, aún no se habían recibido los datos de accidentes y siniestros relacionados con estos vehículos. Sin embargo, se han denunciado a todos aquellos vehículos que hicieron un mal uso de la vía y cometieron infracciones.

A falta de una norma...

Desde la Jefatura de la Policía Local se encuentran a la espera de recibir la propuesta del Reglamento, ya que tienen pendiente una reunión con la Consejería de Presidencia y Administración Pública. Sostienen que para ellos se debe tener en cuenta la nueva directiva de tráfico a la hora de catalogar los distintos vehículos de movilidad personal. Hay que tener en cuenta que en este tipo de vehículos ya que existen diversas movilidades.

La semana pasada la consejera responsable de este área, Gloria Rojas, anunció la creación de ese reglamento y comentó que por cuestiones de plazos de tramitación tardará unos meses en publicarse, ya que tendrá que pasar por una comisión municipal. Pero aseveró que esta normativa es importante a fin de que los agentes puedan trabajar con seguridad jurídica, ya que existen directrices de la Dirección General de Tráfico, aunque, al parecer, ante determinadas situaciones no está muy claro cómo se debe proceder. Además, contar con este tipo de normas se hace necesario, no solo para los agentes, sino para la propia ciudadanía con el fin de que los usuarios, conductores y peatones, conozcan qué está y qué no está permitido.

De modo que de momento tanto la Jefatura y como la Ciudad Autónoma se encuentran a la espera de poder adaptar la normativa de la Dirección General de Tráfico, la cual indica en su instrucción 16/V-124 de la DGT acerca de los VMP que debe ser la autoridad municipal quien regule dando autorización de circulación por aceras, calzadas o carriles especiales a estos vehículos. En el caso de Barcelona existe ya una ordenanza municipal, en la ciudad condal está prohibido el uso de los VMP en aceras y por ejemplo está permitido su uso en espacios compartidos de plataforma única, con una velocidad limitada, y en la calzada solo podrían ir los más pesados y más potentes. Sin embargo, en Madrid, la norma general es que puedan circular por ciclocalles, calles residenciales o carriles bici. En cambio en Valencia, las bicicletas y los VMP pueden circular en carriles bici y calzadas. En el caso de Melilla, se desconoce cómo se harán, tal normativa acorde a las características de la ciudad, y que el carril bici está en unas zonas muy concretas del centro urbano.

La controversia

Desde la Jefatura de la Policía Local indican que hay tener en cuenta que si este vehículo tiene una velocidad de menos de 6 kilómetros por hora son considerados juguetes. Pero si su velocidad va de los 6 a los 25 kilómetros por hora se consideran vehículos de movilidad personal. Por otro lado, si estos vehículos superan los 25 kilómetros por hora son considerados ciclos a motor (que no ciclomotores).

A estos vehículos no se les exige por el momento una autorización administrativa para circular, ni para conducir, ni tampoco un seguro obligatorio. Según la instrucción de la DGT, no se detraerán puntos al conductor hasta que no se deje claro que el tipo ce vehículo que se conduce es un VPM.

Desde la DGT también se publicó una instrucción transitoria referida a los vehículos para personas con movilidad reducida. Hay muchas personas con discapacidad que utilizan sillas motorizadas, las cuales podrían entrar dentro de la catalogación de de VMP, por ello, para establecer criterios clarificadores para los usuarios hasta que se publique una regulación formal decidieron optar por este tipo de medidas.

“Las nuevas tecnologías han favorecido la aparición de soluciones de movilidad urbana que favorecen los desplazamientos peatonales mediante auxilio de de nuevos modelos de vehículos que rompen la tradicional división peatón/vehículo de motor”, se expone una de las instrucciones de la DGT, que trata de esclarecer e introducir al vehículo de movilidad personal.Se indica ahí también que en muchos casos esos vehículos tienen una masa superior a la de las personas y se mueven a mucha más velocidad que los peatones.

Por ello, y por carecer en las ciudades de un espacio propio, estos vehículos generan situaciones de riesgo a la hora de compartir el espacio urbano con el resto de usuarios, coches, ciclomotores, bicicletas e incluso peatones. No se pueden asimilar a la figura del peatón, pero tampoco como vehículos de motor por su configuración y exigencias técnicas que impiden su homologación como tal.

A nivel nacional desde Con Bici, sostienen que los carriles bici “están hechos para la movilidad activa” y no para vehículos motorizados, ya que hay algunos artilugios con acelerador, que podrían superar los 250 vatios de potencia alcanzando mucha velocidad; aunque estos VMP sean bicis, deben ir, según esta entidad en la calzada, a no ser que se cree una estructura específica para ellos.

Por otro lado, desde la Asociación de viandantes A Pie, la posición de algunas entidades de peatones a nivel nacional es que no se debe admitir a ningún vehículo motorizado, a excepción de los que sirvan a personas con movilidad reducida, por lo que su sitio indicado es la calzada.

“El 90% de la inseguridad vial la aporta el coche privado”

Melilla Con Bici ve injusto señalar al patín eléctrico como el foco de  los problemas de movilidad en Melilla

Resulta complicado trasladar todas las necesidades de todos los tipos de usuarios que nos encontramos en la vía pública, ya sea aceras, calzadas o carriles bici, ahí entran muchos factores entre los que se juntan dos pilares la seguridad vial y la contaminación. En el caso de Melilla, además, también habría que tener en cuenta la mala calidad de su asfalto, indican desde Melilla Con Bici, ya que si este factor juega en contra de los ciclistas, también lo hará para los usuarios de patinetes y demás vehículos de movilidad personal.

Aunque Javier Bocanegra, uno de sus responsables, ve interesante que se desarrolle un subgrupo dentro de la movilidad de la Ciudad de Melilla. “El 90% de la inseguridad vial y la siniestralidad la aporta el coche privado por lo que señalar al patín eléctrico como el pandemonio de la movilidad me parece distraer la atención del foco en el que realmente está la problemática actual de la ciudad de Melilla”, asevera.

Recuerda también que el 24% de la contaminación que hay actualmente es debido al tráfico de vehículos a nivel global, y en Melilla hay más de 63.000 vehículos, y según los datos de la DGT, habría 18.000 sin ITV. Algo que desde Melilla Con Bici sostienen que es un problema para la ciudad, y ven injusto el hecho de que se enfoque la problemática de la seguridad vial en este nuevo invitado en el entorno de la movilidad de Melilla, cuando realmente hay casi tantos coches como habitantes.

Para la comunidad ciclista los patines eléctricos son “aliados”, siempre que no se conviertan en un problema y respeten las normas, señala Bocanegra. Sin embargo, para la comunidad de peatones sí lo son. De hecho, a falta de una regulación sobre los patines eléctricos en Melilla, son muchos los ciudadanos los que critican la invasión de las aceras con este vehículo.

Aunque una conducción negligente también la puede tener un usuario de bicicleta que invada el espacio del peatón. A pesar de que la falta de educación vial en nuestra ciudad es evidente y se da tanto en peatones, como conductores, ciclistas y usuarios de vehículos de movilidad personal.

El responsable de Melilla Con Bici recuerda las declaraciones del director de la DGT , Pere Navarro, hace unos meses en las que afirmaba que “las aceras son para los peatones”. Además, comentó que el patinete eléctrico solo sustituye ir a pie, y que desde la institución también prefieren que los ciudadanos se muevan de esta forma “por cuestiones de salud”.

Navarro comentaba que depende de los ayuntamientos dirimir por dónde tienen que circular los patinetes, pero subrayó que no deberían circular por las aceras junto a los peatones.

En la entidad local también suscriben cada una de las palabras del director de la DGT. Además, recuerda la Agenda 2030, la reducción del gas de efecto invernadero al 45% de aquí al año 2030, por lo que el cambio a los patinetes podría contribuir a la reducción de los vehículos de uso particular que son los que más emiten este tipo de gases contaminantes y por tanto a la consecución de este objetivo sostenible.

En cuanto a la hora de elaborar un reglamento para la ciudad, sostiene que lo ideal “sería aplicar el sentido común”. “Todos nos tenemos que entender, y en este caso es una propuesta tecnológica: un vehículo de movilidad personal eléctrica”, indica.

Asegura que la comunidad ciclista no quiere desplazara los patines eléctricos, y que prefiere tener antes a uno de estos a un vehículo de hace treinta años que esté escupiendo gasoil. Por ello, desde la entidad local sostienen que desean que se respeten las normas y que exista también un reglamento que regule la situación. Incluso no verían problemas si se comparte el carril bici o los VMP fuesen por las aceras, siempre y cuando exista un límite de velocidad para circular como a 5 o 10 kilómetros/hora.

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