Los pescaderos del Mercado Central lamentan que la venta ambulante en las calles del Rastro, en vez de ir a menos, ha ido a más en los últimos meses. Sobre este asunto, el consejero de Seguridad Ciudadana, Isidoro González, señaló en declaraciones a El Faro que propondrá sanciones para las personas que fomentan la actividad ilícita con sus compras.
González reconoció que su área se ha centrado más en los últimos meses en frenar la venta ambulante que tiene lugar en las inmediaciones de la frontera. “No podemos llegar a tantos sitios”, admitía. La intención es que, una vez pasadas las fiestas navideñas, los agentes ejerzan una mayor vigilancia sobre la zona del Rastro.
Según apuntó el consejero, hasta el momento tampoco ha dado resultados multar a quienes que se dedican a la venta ilícita de pescado. “Casi todos son marroquíes, por eso no tiene mucho sentido sancionarlos”, señaló González. Por ello, propondrá una modificación del reglamento para la Convivencia Ciudadana.
En estado de “asfixia”
Mientras tanto, los pescaderos del Mercado siguen sintiéndose “asfixiados” por las pérdidas que les genera la competencia ilegal. Según apuntaron, en las calles del Rastro hay aproximadamente unas 60 personas que se dedican a la venta ambulante.
“Nosotros pagamos el impuesto de autónomos, los trimestrales, el precio del puesto, los gastos de traer el pescado desde Marruecos... Y ellos nada”, se quejaron. Según subrayaron, todos estos pagos pueden llegar a superar los 350 euros cada mes.
Estos trabajadores afirmaron que cada día ven cómo las furgonetas de distribución reparten pescado a los vendedores ambulantes. “Este problema lleva mucho tiempo y no vemos que se haga nada para ponerle freno”, lamentaron. Este colectivo cree que las tiendas también proporcionan productos a los que ejercen la actividad en la calle.
Los pescaderos insistieron en que esta situación está llevando a muchos de ellos a la ruina. “Muchos tienen deudas porque no pueden afrontar los pagos, porque no hay ganancias. Otros, directamente, han cerrado su puesto”, dijeron.
Como recordaron, estos trabajadores están obligados a que sus productos cumplan determinadas condiciones higiénico sanitarias, porque sino serían sancionados. Por ello, incidieron en que lo mismo debería hacerse con los que venden pescado en la calle, sin que tengan en cuenta estas garantías en materia de salud pública.
Amenazas por protestar
Por otro lado, los pescaderos afirmaron que recibieron amenazas y presiones por parte de los vendedores ambulantes a raíz de las protestas que protagonizaron en febrero de este año. “Nos vienen a decir que ellos también son padres de familias y que se tienen que buscar la vida”, explicaron.
Los vendedores del mercado incidieron en que los días posteriores a las manifestaciones sí que se notó menos actividad ambulante. Sin embargo, esta mejoría sólo duró unas semanas. “No hacen lo suficiente para terminar con este problema. Y así nos va”, zanjaron
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