El borrador del Reglamento para la Convivencia establece sanciones entre 750 y 3.000€ ante el vandalismo, la utilización de menores para mendigar, mecánicos y taxis piratas, entre otras prácticas.
La Consejería de Seguridad Ciudadana ha elaborado el borrador del Reglamento para la Convivencia que pretende tratar con mano dura a los incívicos. Los principales problemas de convivencia de los que se quejan los melillenses quedan recogidos en el texto, que ahora están estudiando los grupos de la oposición. El texto, por tanto, no es definitivo, pero recoge la mayoría de las prácticas incívicas que perturban la tranquilidad en las calles de Melilla. La mendicidad, especialmente en las situaciones en las que se utilizan a menores de edad, los mecánicos y taxis piratas, el vandalismo, la suciedad, los malos olores o ejercer la prostitución en lugares inadecuados son sancionados con multas de entre 750 y 3.000 euros.
Uno de los capítulos más extensos en cuanto a la prohibición de ciertas conductas es el relacionado con el uso inadecuado del espacio público. Se sanciona con multas de un máximo de 1.500 euros a las prácticas que “bajo apariencia de mendicidad o bajo formas organizadas, representen actitudes coactivas o de acoso”, especialmente si para ello se utilizan de manera directa o indirecta a menores de edad o personas con discapacidad.
Esta prohibición se recoge en el artículo 36 en el que también se prohíbe lavar, asearse o bañar a las mascotas en las fuentes y estanques públicos.
Está prohibido “practicar juegos o introducirse en las fuentes decorativas incluso para celebraciones especiales, si en este último caso, no se dispone de la preceptiva autorización municipal”.
Tampoco se podrá jugar en la calle si los juegos ponen en peligro la integridad física de los viandantes o provocar daños en el mobiliario urbano, tales como acrobacias o juegos de habilidad con bicicletas, patines y monopatines, “fuera de las áreas habilitadas a tal fin”.
No se podrá explotar petardos, cohetes o cualquier tipo de material pirotécnico, propios, por ejemplo, en Navidades, “salvo autorización expresa”.
Las moragas en la playa u hogueras en cualquier espacio público también se prohibirán, “salvo en los supuestos de fiestas populares o tradicionales debidamente autorizadas”.
Prostitución y taxis piratas
En este mismo artículo, se prohíben “las prácticas sexuales y el ofrecimiento, solicitud, negociación y aceptación directa o indirecta de servicios sexuales en la vía pública”. En todo caso, la Consejería entiende que la prostitución será un problema de convivencia ciudadana cuando se ejerza en lugares a menos de 200 metros de centros educativos, parques infantiles, zonas residenciales o de cualquier otro lugar en el que se realicen actividades comerciales o empresariales.
El transporte privado de viajeros, es decir, los taxis pirata también serán sancionados en virtud de este artículo, como también los mecánicos ilegales que se recoge en el artículo 17, donde también se prohíbe de forma expresa el lavado de vehículos, una práctica habitual de los inmigrantes subsaharianos.
Otra de las costumbres muy arraigadas en Melilla, como comer pipas en el Paseo Marítimo y tirar las cáscaras al suelo será sancionado en el capítulo dedicado a la limpieza del espacio público. Todo tipo de desperdicios, como las colillas, papeles, chicles, restos de comida, envases y bolsas deberán tirarse en contenedores y papeleras.
Normas ya tipificadas y sancionadas como tirar la basura dentro de los horarios establecidos y en el interior de los contenedores se recogen en el Reglamento para la Convivencia, como también tirar escombros o derramar aceites, lubricantes o cualquier tipo de líquido contaminante.
Estas prácticas incívicas tienen su sanción correspondiente de 750 euros para las consideradas leves, como defecar, orinar y escupir en la vía pública. En cambio serán calificadas de faltas graves, sancionadas hasta un máximo de 1.500 euros, cuando se tiren desperdicios desde vehículos en marcha, viviendas en altura o se ponga en peligro la higiene, salubridad o seguridad de los viandantes.
Las ‘caquitas’ de los perros
Los propietarios de una mascota deberán recoger las deposiciones de sus animales de compañía y evitar que hagan sus necesidades en aceras y espacios de tránsito peatonal. De no hacerlo, se establece una primera sanción de 500 euros, si se reincide, la multa puede ascender a los 750 euros y a la tercera infracción la cuantía ascenderá a los 1.500 euros.
Así, el Reglamento para la Convivencia Ciudadana y la Protección del Espacio Público tipifica y sanciona toda esta serie de conductas en aras de “preservar el espacio público como un lugar de encuentro, convivencia y civismo, en el que todas las personas puedan desarrollar en libertad sus actividades con pleno respeto a la dignidad y a los derechos de los demás y a la pluralidad de expresiones y formas de vida diversas, que enriquecen nuestra ciudad”.
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