Melilla podría quedarse sin el único cine que queda en la ciudad. El Cine Teatro Perelló ya no es rentable. Solo cubre los gastos por lo que su situación es crítica. Segundo Navarro, uno de los propietarios del negocio asegura a El Faro que si algún empresario estuviera interesado en adquirirlo, no dudaría en venderlo aunque la decisión no es solo suya, ya que solo es el copropietario.
El cariño y el respeto hacia el negocio familiar que fundó su abuelo, le hacen estar aferrado a él y querer continuar aún sin ganar dinero. Segundo Muñoz comenzó limpiando los chicles del suelo del cine y a lo largo de su vida ha pasado por otros puestos del negocio. En la actualidad no vive del cine, ningún miembro de la familia lo hace. Afortunadamente trabaja en otro negocio.
El Cine Perelló ha sobrevivido al cierre de todas las salas de cine que ha habido en Melilla. Su futuro no es muy prometedor tampoco. A la falta de entrada de dinero se le une que han tenido que hacer reparaciones y arreglos. Hace unas semanas, la fuente de alimentación del ordenador que proyecta las películas dejó de funcionar, por lo que tuvieron que sustituirlo. Una factura que ascendió a 3.333 euros. Un dinero difícil de recuperar.
Un técnico especialista proveniente de Madrid se tuvo que desplazar hasta la ciudad, lo que elevó el precio del arreglo. Más de mil euros en transporte y dietas que se unió al coste de la pieza en sí, comprada de un cine que no corrió la misma suerte y que desgraciadamente tuvo que cerrar.
A todo ello se unen otros retoques y sustituciones como el cambio de las butacas. Poco antes de la pandemia cambiaron los asientos y no hace mucho el respaldo de las mismas. Más de 400 butacas a 140 euros cada una.
"Estamos subsistiendo, no comemos ninguno de la empresa del cine". "Hasta el día que deje de haber dinero para pagar a los empleados aguantaremos", aseguró a El Faro Segundo Navarro.
Ante esta situación los propietarios han pensado en reinventar el negocio. Segundo Navarro apuntó que hace poco tiempo comenzó a desmantelar la parte de arriba del teatro con la idea de poner unas butacas más grandes y hacer una especie de reservado. Una idea que abandonó pronto debido a la poca demanda del cine. La ilusión se le desvaneció enseguida aunque señaló que tiene otras ideas en mente.
El problema principal del negocio es la falta de demanda. El copropietario hizo hincapié en que hay días entre semana que proyectan películas para una sola persona. Los fines de semana puede llegar a haber grupos de hasta 30 personas. Un público insuficiente para hacer que el negocio salga adelante. "Llevamos muchos negativos en la espalda", recalcó Segundo Navarro.
El coste de mantener todos los aparatos electrónicos y las luces encendidas es cada vez mayor. La factura de la luz se ha casi duplicado desde que el precio de la energía aumentó. Según explicó a este diario Segundo Navarro, el mes pasado pagaron más de mil euros de luz, cuando hace un año no superaba los 600 euros.
Segundo Navarro quiso dejar claro que el Cine Teatro Perelló no recibe ningún tipo de subvención de la Ciudad, a pesar de haber intentado que le concedieran alguna ayuda y los cambios que ha tenido que hacer en el edificio para lograrlas. Entre ellas, mejoras en la accesibilidad para personas con discapacidad, cuya instalación ascendió a más de 12.000 euros, según explicó.
"El cine es cultura. Si esto no va cualquier día se cierra y adiós", sentenció este propietario. Una idea que comparte otro de los propietarios, José Juan Navarro, que afirma que muchas veces se plantea si lo mejor es cerrar el cine. Que el edificio sea de la familia es lo que lo salva, si tuvieran que pagar un alquiler, subrayó, hace mucho que lo habrían cerrado. "En el momento que tengamos que poner dinero, cerramos el local", subrayó.
Segundo Navarro contó a El Faro que un día se enteró de que su abuelo había ido a una subasta y había adquirido el cine Perelló. Un edificio que siempre había soñado tener desde que llegó a Melilla. Por aquel entonces fue el primer cine de la ciudad que había cerrado.
Una vez en la familia, se pusieron manos a la obra para poder inaugurar el cine de nuevo. Instalaron aire acondicionado, nuevas butacas y reestructuraron lo que se les permitía. Al ser un edificio modernista, el Cine Teatro Perelló está protegido. No se pueden hacer grandes cambios en la fachada ni en su interior.
Cuando abrió el 16 de diciembre de 1978 todo era muy diferente a la actualidad. José Juan Navarro, otro de los propietarios, recuerda que la primera película que proyectaron fue ‘La sombra de un gigante’.
Por aquel entonces era un negocio rentable. El cine se llenaba de espectadores que acudían a ver las películas que proyectaban. Sobre todo de militares que salían de sus trabajos e iban directamente.
"Aquello era una alegría", destacó Segundo Navarro. El cine era un lugar de paso, dijo, del que entraban y salían cientos de espectadores. El momento más álgido del cine, recuerda, fue el estreno de la película 'Titanic' en 1997. Para este propietario fue la película más taquillera en la historia del Perelló y la que más duró en cartelera. Más de un mes de proyecciones, que no se ha vuelto a ver. "Fue un mes maravilloso", recalcó, ya que actualmente las películas duran poco más de una semana en cartel.
Las distribuidoras, señaló, no quieren compartir espacio en su cine, por lo que no le queda más remedio que estrenar una sola película.
Desafortunadamente, los buenos tiempos del cine terminaron. Poco a poco, los melillenses dejaron de elegir la gran pantalla para ver los estrenos cinematográficos y se decantaban más por las plataformas online. La pandemia fue la puntilla. La crisis del coronavirus hundió mucho más el negocio. Desde entonces se vino abajo, reconoció el copropietario.
José Juan Navarro aclaró a este diario que las distribuidoras les ofrecen sus películas y ellos las eligen pensando en cuáles pueden ser más comerciales. "Buscamos la mejor película que se estrena el fin de semana", añadió.
La última esperanza de este año la tenían puesta en la última película del director James Cameron 'Avatar', cuya primera parte fue un taquillazo, pero que con esta secuela no ha sido así. "No están viniendo muchos espectadores", destacó.
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